Estas son las cuevas submarinas más peligrosas de Canarias: lodo, oscuridad y laberintos

El fondo marino de Canarias esconde secretos inimaginables, entre ellos, peligrosas cuevas que se han llevado por delante la vida de buceadores y bañistas que hacen caso omiso a las advertencias

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Imagen de la entrada a la Cueva de Los Camarones con una cruz / DIVING ATLANTIS
Imagen de la entrada a la Cueva de Los Camarones con una cruz / DIVING ATLANTIS

Los submarinistas adoran los mares de Canarias. De alguna forma tienen una muestra de los siete mares rebosantes de vida marina, la mayoría en el interior de las cuevas volcánicas que llaman la atención de los amantes del buceo. La temperatura del agua es otro aliciente, en invierno el termómetro en el agua llega a los 20 grados de temperatura incluso estando a 25 o 30 metros de profundidad y en pleno invierno. En primavera descienden un poco más, hasta los 18 grados, pero aún así, la sensación térmica es ideal para los submarinistas. 

Entre las especies hay morenas, pedregales, barracudas, tortugas, alfonsitos, sargos, tamboriles espinosos o meros de hasta 30 kilos de peso y entre todo eso destacan las cuevas submarinas más peligrosas de Canarias: la Cueva de los Camarones, y la Cueva del Tancón en Tenerife. 

Imagen de submarinistas en la Cueva de Los Camarones y la cruz de la entrada / DIVING ATLANTIS
Imagen de submarinistas en la Cueva de Los Camarones y la cruz de la entrada / DIVING ATLANTIS

Laberintos, lodo y mucho peligro 

La Cueva de los Camarones está a 30 metros de profundidad y se encuentra en el sur de Tenerife a unos 300 metros de la costa de El Palm-Mar, en Arona. Esta cueva ya se ha cobrado varias vidas. El primer trágico accidente ocurrió el 20 de noviembre de 1975 cuando dos buceadores muy experimentados, Juan José Benítez —campeón de Canarias y de España de submarinismo— y Francoise de Roubaix, compositor musical francés y colaborador del comandante Cousteau, querían hacer un reportaje en la cueva. 

Ambos habían accedido a la cavidad, que además tiene varios canales en forma de laberintos, con unas bombonas de oxígeno con capacidad para 30 minutos pero no fueron suficientes para permitirles salir a flote y regresar a la superficie. Lo que ocurre es que la Cueva de Los Camarones no tiene ninguna entrada o burbuja de aire donde los buceadores puedan aprovechar para tomar aire y eso ni siquiera es lo peor. El fondo está lleno de sedimentos por lo que si un pez asustado se agita y remueve, el lodo sale a flote y el agua pasa de estar cristalina a no permitir ver absolutamente nada durante horas. Eso fue exactamente lo que les pasó a los dos aventureros y lo que se repitió años después con dos atrevidos más. 

Imagen de la entrada del bufadero que conecta con el interior de una de las cuevas más peligrosas de Canarias y en la que no se permite el bañoREDES (1)
Imagen de la entrada del bufadero que conecta con el interior de una de las cuevas más peligrosas de Canarias y en la que no se permite el baño / REDES

La chimenea asesina 

La Cueva del Tancón es otro paraje precioso y peligroso a partes iguales. Ya son seis las víctimas que han muerto en este bufadero, donde el agua sube y baja al son de las mareas y crea auténticas lavadoras humanas de la que es muy difícil escapar con vida. 

El baño está más que prohibido, pero hay personas que se han saltado las advertencias encantadas por un espacio que parece ideal pero que se puede convertir en la peor pesadilla en cuestión de segundos. La chimenea natural tiene cinco metros de profundidad y conduce a una cueva con filos volcánicos escarpados. En cuatro años, la Cueva del Tancón se cobró la vida de seis personas. 

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