Daniel, dueño de un negocio que quedó calcinado en 2007: "No quiero ni recordarlo"

En 2007 un incendio forestal provocado arrasó con 19.291 hectáreas, 8.000 de ellas de bosque | El fuego quemó más de un centenar de viviendas, destruyó fincas, negocios y obligó a desalojar a 4.550 personas de cuatro municipios de Gran Canaria

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Imagen de cómo quedo el Restaurante Las Cañadas después del incendio de 2007 en Gran Canaria / CEDIDA
Imagen de cómo quedo el Restaurante Las Cañadas después del incendio de 2007 en Gran Canaria / CEDIDA

Solo hizo falta una cerilla para que un verano cualquiera se convirtiera en uno de los peores vividos en Canarias. Con solo una cerilla Juan Antonio Navarro Armas, el autor confeso de los hechos, prendió fuego a 19.291 hectáreas hectáreas en Gran Canaria en un acto que tal y como él mismo reconoció en el juicio se le había "ido de las manos". 

La decisión de ese agente forestal, que pretendía dar una lección de los pocos medios con los que contaba el personal contratado y de paso ampliar su contrato, no solo se llevó por delante kilómetros y kilómetros de vegetación, también ocasionó daños personales que todavía a día de hoy, siguen pesando. Es que el fuego, el humo y las cenizas no se olvidan aunque hayan pasado 16 años, mucho menos lo que supone para familias trabajadoras perder el negocio y el sustento de la noche a la mañana, como fue el caso de Daniel Suárez, que vio arder su restaurante en aquel fatídico 27 de julio de 2007. "No quiero ni recordarlo", relata a Atlántico Hoy Daniel. 

Cuando empezaron las llamas 

Recordar una tragedia no es fácil, sobre todo cuando has hecho un gran esfuerzo por olvidar el verano que se llevó por delante tu negocio: un precioso restaurante rústico situado en el valle de Veneguera, enclave que resultó gravemente afectado. Las condiciones ambiantales extremas resultaron ser clave, con unas temperaturas máximas que alcanzaban los 45 grados y mínimas de 30 se produjo el cóctel perfecto para que el incendio forestal se llevara por delante miles de hectáreas en cuestión de días. 

"Nosotros estábamos allí (en el restaurante) en ese momento, pero las autoridades competentes nos echaron porque no podíamos quedarnos. Nos desalojaron y después pasó lo que pasó. El restaurante se quemó todo", recuerda Daniel, el propietario del Restaurante Las Cañadas. "Lo pasamos mal, se pasa fatal y al que se le haya quemado algo lo sabrá", intenta explicar el propietario que vio como las llamas se comieron su establecimiento y lo dejaron en una triste gama de colores que abarcaba varios tonos de negro. 

Imagen de restos del mobiliario después del incendio de 2007 que sufrió el Restaurante Las Cañadas, en Gran CanariaCEDIDA (1)
Imagen de restos del mobiliario después del incendio de 2007 que sufrió el Restaurante Las Cañadas, en Gran Canaria / CEDIDA

Las ayudas

Daniel tuvo que esperar antes de ver su negocio florecer de nuevo. Él no quiso tirar la toalla pero la administración tampoco se lo puso fácil. "Las ayudas llegaron tarde, las que llegaron, porque no llegaron todas las que prometieron. Fueron pocas ayudas para los daños que generó ese incendio, no dio", cuenta. 

Las trabas burocráticas para acceder a esas ayudas también supusieron un traspiés en más de una ocasión. "Tenías que ir certificando los gastos y luego te iban dando el dinero, no es que te dieran primero el dinero para hacerlo", critica. "Estuvimos un año y tres meses con el restaurante cerrado y salimos adelante por el esfuerzo, si no llega a ser por eso ...", recuerda Daniel, que asegura que "sí hubo ayuda del Gobierno de Canarias pero del Gobierno central no hubo nada".  

La respuesta del Estado 

El 3 de agosto el Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó medidas urgentes aprobadas en materia de incendios forestales para Canarias. "Durante los últimos días del mes de julio y primeros del mes de agosto de 2007, se han sucedido en el archipiélago canario diversos incendios forestales que han afectado con especial intensidad a las Islas de Gran Canaria, Tenerife y La Gomera", relataba el documento. 

Para paliar los daños, el BOE publicaba que dada "la magnitud de estos hechos, y de sus consecuencias, obliga a los poderes públicos a adoptar medidas extraordinarias, en el marco del principio constitucional de solidaridad y por aplicación de los de equidad e igualdad de trato en relación con situaciones precedentes", medidas que según uno de los propios damnificados, fueron escasas y en algunos casos, ni siquiera llegaron. 

De la catástrofe de 2007 a la de 2023

En 2007 fueron muchas las víctimas que sufrieron daños materiales en sus bienes o negocios a raíz del incendio provocado. Hubo más de 300 afectados y 22 partes personadas que no estuvieron conformes con las indemnizaciones impuestas. El juicio se alargó hasta que pudieron llegar a acuerdos con la empresa Gesplan, esponsable civil subsidiario ya que era quien había contratado al vigilante y autor del grave incendio. 

Hasta 10 años después, en 2017, la plataforma de afectados 'Más Nunca' denunció públicamente no haber recibido respuesta. Desde 2009 los representantes sostenían que todos los anuncios de ayudas que se hicieron a pie de fuego, seguían sin cumplirse. En aquel momento también aseguraron que de las cerca de 2.000 personas afectadas por la catástrofe, aproximadamente 1.000 habian recibido ayudas en materia de agricultura y ganadería y alrededor de 60 en viviendas, pero el 66% de las ayudas solicitadas al Estado habían sido denegadas, tal y como aseguró el portavoz Gustavo Rodríguez en 2009. En 2017 la plataforma insistió en que no se habían valorado todos los daños pasados diez años desde el incendio. 

Ahora que Daniel puede mirar de frente al pasado recuerda su mantra, que "de todo se puede salir, menos de la muerte", algo que forma parte de su aprendizaje teniendo presente que para salir de una situación similar "hay que echarle ganas, echarle tiempo y asumir que no puedes hacer otra cosa más que luchar por tu negocio".