La Fundación Juegaterapia, una institución que desde 2010 se dedica a cuidar de los menores en tratamiento oncológico y su entorno, ha presentado junto a Georgina Rodríguez el Baby Pelón número 36 de su colección, un símbolo de la lucha contra el cáncer infantil. Estos muñecos, que no tienen pelo en homenaje a los niños en tratamiento, se han convertido en un símbolo de esta causa. Los fondos recaudados con sus ventas se destinarán a transformar hospitales pediátricos en lugares más alegres, divertidos y mágicos.
De la mano de Sarah, una niña que actualmente se encuentra en tratamiento oncológico, la influencer y empresaria Georgina Rodríguez se ha unido a la familia de la Fundación Juegaterapia diseñando el pañuelo de este nuevo Baby Pelón. El encuentro entre Sarah y Georgina quedó plasmado en el making of de la sesión de fotos para la presentación del muñeco.
Un homenaje a la familia de Georgina Rodríguez
Georgina Rodríguez ha diseñado el pañuelo junto a sus hijos: Cristiano Jr., los mellizos Mateo y Eva, Alana Martina y Bella Esmeralda, como un homenaje especial a su hijo Ángel. El pañuelo está decorado con mariposas y corazones, elementos que rodean los nombres de todos los miembros de su familia, aportando un toque personal y emotivo a este símbolo de lucha.
Los Baby Pelones son una idea original de la Fundación Juegaterapia que comenzó en 2014, con el objetivo de sensibilizar sobre el cáncer infantil. Estos muñecos muestran uno de los signos más visibles de la enfermedad, la pérdida de pelo, y nacieron como un homenaje para decirles a los niños que, incluso sin cabello, siguen siendo preciosos. Hasta la fecha, se han vendido más de 2 millones de Baby Pelones.
Transformar hospitales pediátricos con los Baby Pelones
La Fundación Juegaterapia trabaja para que los hospitales pediátricos atiendan no solo las necesidades médicas, sino también el bienestar emocional de los niños en tratamiento y sus familias. Con proyectos como cines, jardines, estaciones lunares y unidades del color, la Fundación busca convertir los hospitales en lugares mágicos, logrando que “la quimio jugando se pase volando”.
Junto al excelente trabajo del personal sanitario, estos espacios pretenden ser un hogar temporal para los pequeños durante su tiempo de ingreso, aportando alegría y color en un entorno muchas veces difícil.