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Representación artística de un cometa. /Pexels

El IAC detecta por primera vez un chorro de gas y polvo en un cometa de fuera del Sistema Solar

El hallazgo supone una oportunidad única para investigar el comportamiento físico de un cuerpo formado en otro sistema planetario

Por primera vez, los astrónomos han detectado un chorro estrecho de gas y polvo (un jet) en un cometa interestelar, es decir, un cometa que se formó fuera de nuestro Sistema Solar y que ahora lo está atravesando. El Two-meter Twin Telescope (TTT), ubicado en el Observatorio del Teide (Tenerife), es el instrumento que ha logrado el hito.

Se trata del cometa 3I/ATLAS (C/2025 N1), el tercer objeto confirmado proveniente de fuera del sistema solar, que fue descubierto el 1 de julio de 2025 por la red ATLAS (Asteroid Terrestrial-impact Last Alert System) en Chile. Su estudio permite observar material que se formó en otro sistema estelar.

Actividad en objeto interestelar

Hasta ahora se habían observado cometas interestelares, pero nunca se había visto una actividad tan localizada (un chorro bien definido que sale de un punto concreto del núcleo). El estudio, publicado en la revista Astronomy & Astrophysics, aporta la primera evidencia directa de actividad localizada en el núcleo de un cometa formado fuera de nuestro Sistema Solar, lo que ofrece una oportunidad única para estudiar la naturaleza física de estos cuerpos.

La investigación ha sido liderada por Miquel Serra-Ricart, director científico de Light Bridges, junto a Javier Licandro, investigador del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), y Miguel R. Alarcón, investigador predoctoral del IAC y director de operaciones científicas en Light Bridges. El hallazgo incluye además la observación de su modulación periódica, lo que ha permitido confirmar que el núcleo del objeto rota. 

17 horas

Según explica Serra-Ricart, ya en julio el equipo había detectado variaciones en el brillo de la coma del cometa que apuntaban a un periodo de rotación cercano a las 17 horas. “Ahora reportamos el primer jet en un cometa interestelar que, además, confirma la rotación calculada en julio”, señala.

El chorro fue identificado mediante técnicas avanzadas de procesado de imagen aplicadas a observaciones realizadas durante 37 noches entre julio y septiembre de 2025, dentro del proyecto PLANETIX25. Las imágenes permitieron distinguir un chorro estrecho de material que emerge desde la región del núcleo iluminada por el Sol, claramente diferenciado de la cola de polvo.

El análisis reveló que el chorro no permanece fijo, sino que oscila de forma periódica alrededor del eje de rotación del cometa. Esta modulación ha permitido determinar que el núcleo del 3I/ATLAS gira con un periodo de entre 14 y 17 horas, siempre que el jet se origine cerca de uno de los polos. Este resultado confirma mediciones previas realizadas con datos del propio TTT, el Gran Telescopio Canarias (GTC) y la Universidad Complutense de Madrid.

Oportunidad única

Para Licandro, “caracterizar los jets en un cuerpo como 3I/ATLAS representa una oportunidad única para investigar el comportamiento físico de un cuerpo prístino formado en otro sistema planetario”.

Pese a su procedencia interestelar, el cometa presenta un comportamiento muy similar al de los cometas del Sistema Solar. “El 3I/ATLAS es un cometa interestelar extraordinariamente normal”, destaca Serra-Ricart, subrayando que la detección del chorro permite comparar directamente los mecanismos de actividad entre cometas de distintos sistemas planetarios.

El descubrimiento ha sido posible gracias al uso intensivo de las capacidades de computación y almacenamiento de ASTRO POC, una infraestructura público-privada de cómputo astrofísico, y a la aplicación de técnicas como la transformación laplaciana, que permite realzar estructuras débiles dentro de la coma interna del cometa.

Los chorros cometarios son considerados indicadores clave del estado físico y rotacional del núcleo. Su detección en un objeto interestelar como el 3I/ATLAS contribuye de forma significativa a comprender cómo se comportan el gas y el polvo en cuerpos que han viajado por el espacio interestelar y conservan material original de la formación de otros sistemas planetarios.

Light Bridges, institución privada de investigación con sede en Canarias, gestiona los telescopios robóticos más grandes y recientes del Observatorio del Teide, en colaboración con el IAC, y desarrolla su actividad en el ámbito de la observación astronómica y el tratamiento masivo de datos.