Imagen de la isla de Gran Canaria donde rodó Miguel Ángel Silvestre / AH
Imagen de la isla de Gran Canaria donde rodó Miguel Ángel Silvestre / AH

Miguel Ángel Silvestre revela lo que más le gusta de Canarias: "La cercanía de la gente"

Durante sus rodajes en Canarias, Miguel Ángel Silvestre se ha ido enamorando un poco más y más del archipiélago canario

Irene Cartaya

Algunas historias se graban en el alma antes que en la cámara. Eso es lo que parece haberle ocurrido a Miguel Ángel Silvestre y Katia Fellin, protagonistas de la serie Weiss y Morales, cuya relación con Canarias ha trascendido la ficción para convertirse en una experiencia vital.

Durante el rodaje de varios episodios en Gran Canaria y La Gomera, ambos actores no solo descubrieron paisajes, sino también formas de vivir que los han marcado profundamente. La entrevista difundida por RTVE revela ese vínculo.

La conexión con la gente

Silvestre lo resume con una frase sencilla, pero cargada de emoción: “La cercanía de la gente”. Para él, eso es lo que mejor define su experiencia en las islas. Más allá de los platós, encontró calidez, naturalidad y una hospitalidad que no olvida. De hecho, confiesa que muchos de sus mejores amigos en Madrid son canarios, lo que confirma una afinidad que va más allá de lo profesional.

Katia Fellin, por su parte, se mostró sorprendida por el estilo de vida isleño: “La gente disfruta cada momento, eso me encantó”. Con espontaneidad y buen humor, incluso se atrevió con una frase del habla popular: “¿Se la goza? ¿Se dice así, no?”. Una expresión que resume bien el espíritu canario que ambos han sentido de cerca.

Sabores que enamoran

La gastronomía también dejó huella. En el vídeo compartido por RTVE, Silvestre anima a su compañera a probar el almogrote, “un queso típico canario”, dice con entusiasmo. Aunque el comentario parece trivial, refleja ese interés genuino por conocer y compartir lo que hace especial al archipiélago.

El actor destaca que “la gastronomía es muy buena”, pero no se queda ahí. Reitera lo que para él es el gran tesoro canario: las personas. Esa combinación entre el sabor del queso y la calidez humana crea un recuerdo difícil de borrar.

Una cultura que sorprende

Entre los aspectos que más sorprendieron a Fellin está la presencia de la cultura drag, especialmente visible en Gran Canaria. “Hay mucha gente drag, también por los carnavales, y eso es algo que me gusta mucho y que no me esperaba en el sur de Europa”, confesó la actriz italiana con auténtico entusiasmo.

Sus palabras no son solo una anécdota. Hablan de diversidad, de una isla que abraza con orgullo su identidad, que se muestra abierta, festiva y acogedora. Para quienes no la conocen en profundidad, esa visibilidad puede resultar reveladora.

Una huella duradera

La conexión de ambos intérpretes con el archipiélago no parece pasajera. Más allá de sus compromisos profesionales, la emoción con la que hablan de Canarias sugiere algo más profundo. Es el tipo de vínculo que se construye a partir de momentos compartidos, de descubrimientos sencillos que se quedan en la memoria.

“Hay muchas excusas para volver”, concluye Silvestre. Y su afirmación no suena a tópico, sino a deseo real. A esa mezcla de gratitud y nostalgia que queda cuando un lugar —y su gente— logran hacerse un hueco en el corazón.

Canarias, algo más que un decorado

Para quienes siguen su carrera, esta entrevista ofrece un retrato más íntimo del actor castellonense. Pero para Canarias, supone también un guiño valioso: el reconocimiento sincero de quienes han mirado más allá del paisaje para encontrar una identidad única.

Weiss y Morales se rodó entre volcanes y barrancos, pero lo que queda es el reflejo humano: la hospitalidad, la alegría, el sabor y la cercanía. Eso es lo que de verdad ha enamorado a sus protagonistas.