La cocina tradicional tiene ese don especial de transformar lo humilde en auténtico manjar. Donde algunos ven desecho, otros saben encontrar tesoros llenos de sabor. En Canarias, hay un plato que lleva generaciones dando lecciones de sencillez y contundencia, de esos que perfuman la casa y llenan el estómago con algo más que alimento: con memoria.
Un plato que, lejos de desaparecer, sigue conquistando paladares en guachinches, casas familiares y bares de toda la vida.
La esencia de las carajacas
Hablamos de las carajacas canarias, una receta de toda la vida elaborada con hígado de ternera adobado. Esta preparación convierte una parte del animal poco valorada en una delicia llena de sabor potente, textura jugosa y una salsa que pide pan… o papas.
El secreto está en el marinado, que se elabora con ajo, pimentón, tomillo, orégano, aceite de oliva y vinagre de vino blanco. Una mezcla intensa que penetra en la carne tras varias horas de reposo, realzando su sabor y aportando un toque ácido y especiado muy característico.
Preparación paso a paso
Para preparar unas buenas carajacas necesitas filetes de hígado, que se cubren con el adobo y se dejan reposar en la nevera al menos 4 horas. Mientras tanto, puedes arrugar unas papas o prepararlas al horno como guarnición.
Tras el marinado, los filetes se cocinan dos minutos por cada lado en una sartén caliente. La salsa del adobo también se calienta aparte, para acompañar y rematar el plato con ese sabor que lo hace inolvidable.
