¿Qué es la agricultura vertical y por qué está lejos de triunfar en Canarias?

Hay experiencias que confirman que la agricultura vertical es la opción más viable, rentable y sostenible para obtener alimentos saludables, especialmente en las áreas urbanas donde se concentra la mayor parte de la población

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Agricultura vertical / AH
Agricultura vertical / AH

La población mundial aumentará en 2.000 millones de personas para 2050, según las Naciones Unidas y, por ello, se hace necesaria la búsqueda de producción agrícola capaz de suministrar alimentos frescos en cantidad suficiente, ya que los escasos recursos y el suelo actual cultivado no pueden hacer frente a la creciente demanda de comida. 

De esta forma, la agricultura vertical se ha presentado en algunos lugares del mundo como una forma sostenible de obtener esos alimentos con una gestión óptima de la energía y de los recursos. En todo el mundo ya hay experiencias que confirman que la agricultura vertical es una opción viable, rentable y sostenible para obtener alimentos saludables, sobre todo en las áreas urbanas donde se concentra la mayor parte de la población. 

¿Y Canarias?

Sin embargo, según la empresa Koppert, especializada en el desarrollo de métodos de cultivo seguros y sanos, este método de agricultura es más bien “un planteamiento de futuro más que de presente”. Esto se debe a que este tipo de plantaciones se desarrollan, sobre todo, “en lugares áridos —como Arabia Saudí— donde no hay suficiente agua, en zonas frías y con pocas horas de luz —como el norte de Europa o en grandes ciudades”. 

La agricultura vertical se caracteriza por permitir la producción de ciertas frutas y verduras en lugares cerrados, sin luz del sol y con la posibilidad de obtener varias cosechas al año al no depender del clima. Los cultivos que mejor se adaptan a la agricultura vertical son los de mayor valor económico, siendo preferibles las variedades de menor tamaño y con ciclos cortos de producción.

Agricultura vertical

Las plantas crecen sin suelo sobre plataformas hidropónicas colocadas a diferentes alturas para aprovechar al máximo el espacio disponible y realizan la fotosíntesis gracias a la iluminación LED. Durante todo el proceso de cultivo se controla la luz, la humedad, el CO2, los nutrientes y el riego, gracias a la incorporación de tecnologías avanzadas entre las que se encuentra el big data para optimizar la producción y predecir los volúmenes a recolectar.

Los cultivos que mejor se dan con este método de agricultura son el cebollino, champiñón, col rizada, coriandro, endibia, eneldo, escarola, espárrago, espinaca, fresa, hierbabuena, lechuga, menta, perejil, remolacha, romero, rúcula, salvia o seta shiitake, entre muchos otros. La elevada tecnificación y la posibilidad de controlar al máximo todas las condiciones del cultivo facilitan que la agricultura vertical tenga importantes ventajas en comparación a la agricultura tradicional en suelo.