¿Qué se sabe del test de sociabilidad para perros de la nueva ley de Bienestar Animal?

A falta de que se especifique cómo será finalmente el test, este artículo analiza cómo es el examen con el mismo nombre de la Real Sociedad Canina de España

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Un perro en un test de sociabilidad./ CORDON PRESS
Un perro en un test de sociabilidad./ CORDON PRESS

La nueva ley de Bienestar animal que impulsó la ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra (Podemos) está a punto de entrar en vigor: a partir del próximo 29 de septiembre, la tenencia de mascotas en España tendrá nuevas e importantes modificaciones. 

Algunas de las más destacadas son, por lo común de estas mascotas, las que afectan a los perros. Entre otros cambios, la nueva norma prevé la obligatoriedad de un seguro de responsabilidad civil para estos animales, un cursillo online para poder tener perros y una de las figuras más controvertidas de la ley que explicamos en este artículo: la introducción de test de sociabilidad para determinar las habilidades sociales de los perros y, en consecuencia, son lo que se considera "de manejo especial" o no.

Aún tiene que desarrollarse

El texto que se aprobará el 29 de septiembre es una norma marco. Esto significa que gran parte de su contenido se desarrollará en los meses -y años- posteriores a su aprobación. El texto, respecto al test de sociabilidad, sólo recoge lo siguiente: "Los lugares y espacios privados en que se desenvuelven habitualmente los perros que, tras los test para valorar su aptitud para desenvolverse en el ámbito social previstos en el artículo 24.3, fueran calificados como de manejo especial deberán disponer de condiciones de seguridad suficientes para evitar fugas o posibles agresiones".

Dado que no especifica nada más allá de eso, analizaremos cómo es el test de sociabilidad que actualmente realiza la Real Sociedad Canina de España (RSCE) para Perros de Utilidad y Deporte, uno de los test más completos y avalados en España. Este tiene como objetivo determinar el nivel de comportamiento social y de educación básica de cada can que se somete a él. 

Comportamiento y obediencia

La primera parte del examen está compuesta de siete ejercicios. En el primero de ellos se plantea un escenario en el que el perro debe estar tumbado con distracciones a su alrededor y aguantar así durante dos minutos. Después "los guías abandonan el ring de forma ordenada".

Después, los ejercicios dos, tres y cuatro sirven para comprobar si el can es capaz de "caminar sin tirones de forma controlada por circuitos determinados que decida el juez, donde habrá líneas rectas, giros y cambios de ritmo. El perro tiene que estar predispuesto a obedecer al guía".

El quinto ejercicio consiste en pasear con el perro entre personas en movimiento, a las que va saludando el propietario para examinar su reacción. En el sexto, el guía suelta la correa y se separa unos pasos del perro y este debe permanecer sentado y tranquilo.

En la última prueba, el perro será llamado mediante dos opciones: estando quieto en posición tumbado, mientras el dueño se aleja, y a la señal del juez, acude a su guía; y en la otra opción, habrá una tercera persona que sujetará al perro del collar, mientras que el propietario se aleja, llamará al perro y la persona que sujeta la correa liberará al animal y este acude a su guía.

Comportamiento en el entorno urbano

En este caso hay ocho pruebas. La primera consiste en bajar y subir de un coche con correa y bozal y el perro debe de ir lo antes posible hacia la acera. El segundo ejercicio consiste en un paseo urbano con correa. En la tercera, el dueño tendrá que interactuar con otras personas como viandantes o ciclistas. En la cuarta, el propietario se deberá cruzarse con otro perro, mientras los dueños vayan por el centro de la calle y los perros por los extremos.

La quinta prueba prevé que el perro esté tumbado y relajado en un espacio abierto, mientras que en la sexta deberá subir y bajar escaleras cruzándose con otros peatones. El séptim odesafío consistirá en la manipulación con un cepillo u objeto similar para ver que el perro es capaz de permanecer tranquilo durante todo el proceso. Finalmente, la octava y última prueba será una inspección y chequeo del perro por parte de un veterinario.

Apto o no apto

Una vez completadas todas las pruebas que comprenden las dos partes, el resultado será "apto" o "no apto". Se deben superar al menos 11 de las 16 pruebas que recoge el examen para considerar que el perro lo ha superado.

En caso de que el ejemplar haya sido declarado "apto", se podrá solicitar su acreditación a la RSCE. En el caso de que se declare "no apto" en una prueba, tendrá dos oportunidades más para superarla, pero deberán transcurrir, al menos, dos meses entre las distintas convocatorias.