El Supremo confirma el ataque al honor los insultos en redes contra un árbitro infantil en Lanzarote

Ambos demandados deberán pagar una indemnización de 12.000 euros y borrar los comentarios lesivos que publicaron en la página de Facebook del club deportivo Chinijos Costa Teguise

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Vehículos de la policía local de Costa Teguise / AYUNTAMIENTO
Vehículos de la policía local de Costa Teguise / AYUNTAMIENTO

El Tribunal Supremo ha considerado este martes un ataque al honor y la dignidad los insultos que dos personas publicaron en redes sociales contra un árbitro de balonmano en Lanzarote, después de que suspendiese un partido infantil, al entender que no era seguro que algunos jugadores compitieran con unas gafas no adecuadas.

Según la sentencia, ambos demandados deberán pagar una indemnización de 12.000 euros y borrar los comentarios lesivos que publicaron en la página de Facebook del club deportivo Chinijos Costa Teguise, así como publicar el fallo de la propia sentencia que ha dictado la Sala de lo Civil del alto tribunal.

Descalificaciones personales

Los magistrados creen que con sus publicaciones no se limitaron a criticar la suspensión del partido infantil de balonmano, sino que descalificaron al árbitro "en su esfera personal y profesional, como policía local, de forma absolutamente desproporcionada" y sin vinculación con respecto a su actuación en el partido, en la que, precisa el Supremo, no tiene "que soportar comentarios notoriamente injuriosos".

En este contexto, el árbitro demandó en un principio a cuatro personas, a quienes reclamó 30.000 euros al considerar vulnerado su derecho fundamental al honor, y un juzgado de Arrecife (Lanzarote) condenó a tres de ellas y fijó la indemnización conjunta en 18.000 euros.

Una absolución y rebaja

Más tarde, la Audiencia de Las Palmas absolvió a uno de ellos y rebajó la cuantía de la indemnización a 12.000 euros, una sentencia que ahora ha confirmado el Tribunal Supremo.

"El problema es que esta persona está llena de frustraciones y con uniforme es un peligro para los ciudadanos a pie, jugadores y similares (...)" o "La verdad es que es un pobre desgraciado con uniforme, que el único argumento que tiene es 'aquí mando yo' y no hay más (...)" son algunos de los comentarios "deshonrosos" publicados en las redes sociales que propiciaron las denuncias por parte del afectado.

Atentar contra el honor

Unas expresiones que, según el Tribunal Supremo "sobrepasan los límites de la libertad de expresión para atentar frontalmente contra el honor del demandante y su dignidad como persona (...)", a quien otro de los comentarios se refirió como "enfermito" y dijo que tenía "pocas luces".

Los magistrados añaden que identificar al destinatario de las ofensas no requiere llamarle con nombres y apellidos, cuando sea posible saber quién es "por las referencias indirectas o las circunstancias concurrentes".

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