"Valoro mucho la confianza de quienes me piden un tatuaje de reconstrucción"

ENTREVISTA AH | Sara Rivero, más conocida como Sara Rock, ayuda a cerrar un ciclo a mujeres que vencieron el cáncer de mama por medio de tatuajes de aureola y pezón

Guardar

Featured Image 19891
Featured Image 19891

La tatuadora canaria Sara Rivero, conocida profesionalmente como Sara Rock, reconoce sentirse muy afortunada al haber podido hacer del Arte su profesión. Lo que no esperaba es que, a través de la misma, podría marcar la vida de muchas mujeres para mejor.

Tras culminar sus estudios de Bellas Artes en la Universidad de La Laguna (ULL), pronto empezó como aprendiz hasta ir adentrándose en la técnica del tatuaje artístico, que lleva ejerciendo ocho años. Trabaja en Malibu Tattoo Studio (calle de la Rosa, 13, Santa Cruz de Tenerife) marcando en la piel sus diseños únicos, entre ellos unos en especial que producen un efecto muy positivo en sus portadoras: los de aureola y pezón tras intervenciones por cáncer de mama.

"Haces algo con lo que puedes ayudar a muchas personas", subraya esta tatuadora que reconoce emocionarse al ver la expresión final en el rostro de esas mujeres que "no saben cómo darte las gracias". Por ello, desea alentar a otros estudios de tatuaje a que sean conscientes de la labor tan importante que realizan al devolver un poco de sí mismas a muchas mujeres, dentro del proceso de rehabilitación física y psicológica tras superar el cáncer.

Image

Sara Rock trabajando en uno de sus proyectos | FACEBOOK SARA ROCK

- ¿Qué le ha aportado personalmente esta experiencia de reconstrucción por medio del tatuaje?
"Me da una satisfacción personal muy grande. Hay algo que sabes hacer y encima, con esa manera de hacer las cosas, puedes ayudar a muchas personas. Me enriquece muchísimo verles la expresión cuando ellas no saben cómo darte las gracias o cuando, como me pasó con una señora asturiana, me invitaron a una gran fabada en su casa. Esas cosas te hacen sentir bien contigo misma, que formas parte de un engranaje en esta sociedad, que es una cadena de favores. Me siento orgullosa de poder hacerlo y me encanta que ellas confíen en mí. La confianza que me demuestran al pedirme un tatuaje de reconstrucción es lo que más valoro. Por ello quiero animar a las personas que estén en esta situación a informarse de todas las opciones que tienen. También es importante resaltar el hecho de que, cuando sufres un problema así, la Seguridad Social se hace cargo de las mastectomías, pero las reconstrucciones no la paga al 100 %. Por eso es importante alentar a otros tatuadores para que entiendan que quizás estas personas no tienen recursos para pagar 600 euros y poder terminar de reconstruirse. Por ello, aliento a otros estudios de tatuaje a que quizá, no siempre como lo hago yo, pero sí una vez al año o una vez cada cierto tiempo, puedan ayudar a este movimiento, poner un granito de arena".

- ¿Cuántos años lleva realizando este tatuaje específico?
"En tatuaje de reconstrucción llevamos unos tres años. El primer año los casos eran más separados en el tiempo. Venían muy contados, pero se ha ido corriendo la voz y, sobre todo, ver el trabajo ayuda. Las pacientes han podido comprobar en persona el resultado y se han sentido más seguras porque es verdad que al principio asusta un poco si no tienes ningún tatuaje. De pronto te dicen que vas a un estudio para hacerte una reconstrucción. Muchas tenían la idea preconcebida de que iban a ver a cuatro moteros peludos del mundo del tatuaje y les daba un poco de impresión, pero al ir viendo los resultados de las que se atrevieron primero cada vez tenemos más afluencia de este tipo de tatuajes".

- ¿Cuántos ha realizado a lo largo del tiempo?
"No lo sé. Lo cierto es que muchísimos, cada vez más. Como mínimo, al principio eran unos tres al mes y cada vez son más. Ahora, igual a la semana uno o, incluso, dos. En el estudio soy la única que los realiza".

- ¿Cómo enfrentarse a este tipo de tatuaje por primera vez?
"Empecé con una señora que conocí, que me lo pedía como favor. Tuvo que esperar un año porque, claro, es una responsabilidad enorme. Su caso concretamente no fue por un cáncer, sino por un accidente que tuvo. Se clavó un volante en los pechos y necesitaba pigmentarlos. Yo le decía que no y ella, que se los pintaba con lápiz de maquillaje, quería que, por favor, solo le cogiera ese tono. Al final lo hice de manera muy precavida, poquito a poco y de varias veces. Yo tatúo a color, y lo que neceditaba consistía en aplicar esa técnica de realismo a un pezón. La verdad es que los resultados son geniales".

"La primera barrera que surge es psicológica y emocional porque las personas que se hacen ese tipo de trabajo han pasado un proceso duro, largo y doloroso. Tienen la confianza, pero está pendiente de un hilo"

-¿Y cuándo comenzaron a solicitarle este servicio de forma específica?
"Me habían preguntado algunas veces, pero en ese entonces, como ya me veía capaz de hacerlo, comenzamos a informarles. Fui aprendiendo un poco con la práctica, de la experiencia. A la siguiente persona que preguntó le expliqué que iríamos poquito a poco. Normalmente se hacen sesiones cortitas, entre tres y cuatro en total, para ir viendo todos los detalles sin machacar mucho la zona. Salió muy bien y, a partir de ahí, empezó a correrse la voz. Contactó conmigo un cirujano del Hospital de Nuestra Señora de La Candelaria y, a continuación, empezamos a trabajar directamente. Actualmente sé que varios cirujanos derivan aquí a las pacientes, pero yo empecé hablando con uno de ellos, que confía en mi trabajo. También he intentado hacer publicidad, pero tenemos un hándicap añadido: las redes sociales. Normalmente te bloquean por pornografía o contenidos indebidos, lo que lo hace un poco complicado. Nosotros trabajamos mucho con las redes, pero al final ha sido más el boca a boca".

- ¿Cómo prepara cada caso?
"Normalmente, a los cirujanos les envío fotos por WhatsApp para que ellos lo puedan ver previamente. Es importante que las receptoras se hagan una idea real de cómo es este tema porque muchas vienen en el aire y luego se quedan asombradas. A la hora de la verdad no saben cómo es el resultado que van a obtener. Es verdad que muchas personas no tienen ni idea de que tienen ese recurso y a lo mejor se embarcan otra vez en hacerse una operación, colocarse un pezón, que se ponga necroso. Ya los cirujanos no tiran por esa opción. Realmente prefieren pigmentarlo porque saben que es más rápido, viable y le va a dar mejores resultados que otra operación más complicada".

- ¿Es una técnica complicada?
"Es complicada en el sentido de que tienes que tener claros conceptos como el color y el volumen porque, al fin y al cabo, es como trabajar realismo, pero aplicado a una zona concreta del cuerpo. La primera barrera que surge es psicológica y emocional porque las personas que se hacen ese tipo de trabajo han pasado un proceso duro, largo y doloroso. Tienen la confianza, pero está pendiente de un hilo porque no sabes muy bien cuál va a ser el resultado. Te sientes nerviosa, tienes miedo a que no quede bien, a que te duela. Son un montón de factores que afectan. Lo primero, siempre intentar empatizar bastante, que la persona esté en un ambiente súper relajado y que confíe realmente en tu trabajo. Ahí tienes que tener muy claro lo que haces porque, si dudas de ti mismo, se traduce en el cliente y hace que eso se acreciente".

"Aliento a otros estudios de tatuaje a que, una vez al año o una vez cada cierto tiempo, puedan ayudar a este movimiento, poner un granito de arena"

"En segundo lugar, es muy importante tener en cuenta el tema de los colores, dar con el tono concreto, porque cada piel es diferente, cada reconstrucción varía en función de si tienen injertos de otra parte del cuerpo. Todo eso hace que varíe un poco la cicatrización, por lo que tienes que tener muy clara la gama con la que trabajas. Como suelo trabajar solo y exclusivamente con tatuajes para mí fue más sencillo, pero sí he visto muchos que se quieren meter en este mundillo por ejemplo por dinero. Yo solo cobro el material porque el estudio lo pone todo. Sé que ese trabajo se cobra muy caro y, entonces, meterse así porque sí me parece un error. Tienes que tener muy claros estos conceptos para que el resultado sea óptimo porque, si no, bastante han pasado ya para que encima se lleven otra decepción. Es como cerrar un ciclo".

ImageEjemplo de tatuaje de mama | CEDIDA

- ¿Es particularmente doloroso este tatuaje al tratarse de una zona muy delicada y sensible?
"Cuando realizan una mastectomía lo que hacen es cortar los nervios en la operación. Al hacer la incisión, que es horizontal, anula la mayoría de los nervios sensitivos con lo cual o no tienes apenas sensibilidad o muy poca, pero la piel no deja de ser delicada. En algunos casos, si hay muy poca cantidad de piel tienes que ir con mucho cuidado, con lo cual yo siempre prefiero, para que ellas estén más relajadas, remitirlas al médico de cabecera o al cirujano para que les recete alguna crema anestésica, que se aplica antes y es un alivio porque en primera instancia no das nada y eso ayuda a relajarse un poquito".

- ¿Se animan más las jóvenes a realizarse esta reconstrucción por tatuaje?
"La verdad es que no. En un principio pensé que podían ser personas más jóvenes quienes tuvieran, quizás, la mente más abierta a este tipo de aplicaciones, pero acuden mujeres bastante mayores. Es cierto que siempre vienen acompañadas, porque les da impresión. Quizás ellas nunca se habían planteado tatuarse y empiezan con uno bastante delicado e intenso. Yo siempre prefiero conocerlas primero y después les doy la cita para tatuar porque el primer contacto es importante. Sí es verdad que empiezan un poco más reticentes, pero luego, al ver la situación, se prestan bastante. Después, también ayuda mucho el boca a boca.

- ¿Cómo cambia una mujer tras animarse a dar este paso?
"La percepción que tienen de sí mismas cambia radicalmente. Se me eriza el pelo recordando un caso que me impactó muchísimo. Ella se había operado y había terminado el proceso de una doble mastectomía hacía 10 años, por lo que no tenía ninguno de los dos senos. Antes se hacía micropigmentación. En aquel momento ella no se había querido meter con el tema porque estaba asustada. Pues al final el cirujano, para que veas cómo hay profesionales maravillosos en ese ámbito, se implicó tanto que vino con ella al estudio y, al final, ella decidió hacérselo. Tenía mil dudas, venía asustadísima y nerviosa, lo había pasado fatal. Le hicimos la doble reconstrucción y no me olvidaré nunca del momento en que se miró al espejo. Llevaba diez años sin hacerlo. Cuando esa mujer rompió a llorar para mí fue un subidón. Cuando te das cuenta de que estás haciendo lo que deberías hacer. Ella cambió la percepción de sí misma, se volvió a sentir como había sido siempre. Volver a verte y percibirte como has sido siempre para ellas es un subidón de autoestima importante". 

ImageResultado de un tatuaje de reconstrucción | CEDIDA

- ¿Por qué no hay apenas centros que realicen este tipo de tatuaje?
"Es delicado. Hay muchos centros que no se animan a hacerlo porque quizás no creen que puedan tener esa delicadeza que tienes que mostrar a la hora de hacer ese trabajo o temen, a lo mejor, las consecuencias de que quede medianamente mal. Imagina que pase cualquier cosa, como el caso de un tatuaje que tiene alguna infección, pues en esa zona hay que tener más cuidado. También requiere quitar tiempo de otros trabajos. Este tipo de tatuaje está valorado por sesiones en 600 euros, lo que es carísimo. Pero nosotros, por ejemplo, ponemos un precio simbólico, 50 euros por el material, que es del estudio, y las sesiones que hagan falta. Es un negocio que, si lo haces un poco como nosotros, no es tan redondo si lo que quieres es ganar dinero. Va a depender un poco de la cantidad de trabajo que quieres tener para dedicar ese tiempo, en el que a lo mejor no ganas nada, a otro tipo de tatuaje".

- ¿Hay algún caso en el que no se recomiende?
"Siempre lo hacemos cuando tenemos un informe del alta por parte de los médicos y los cirujanos, cuando consideran que en ese caso no hay ningún tipo de riesgo. Realizamos siempre pruebas de alergia para evitar que se pueda dar el caso. Hay muchas ocasiones en las que estas aplicaciones de tatuaje no se pueden hacer, como en el caso de personas que tengan coagulación en sangre extrema o muy alta. Pero es curioso porque mira que a muchas personas, cuando se tatúan, les sale una costra, o te dicen que se les infectó un poco, pero en ningún caso de las reconstrucciones de mama pasa nada. Con lo cual también es cuestión de los cuidados que aplica cada persona de manera consciente a su tatuaje. Ellas se los cuidan tan tan, tan bien y siguen tan al pie de la letra todo que nunca han tenido ningún problema.


Sanidad asumirá los costes de los tatuajes de pezones

El pleno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS) y el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, han determinado que tanto las prótesis de mama como la micropigmentación de la areola mamaria pasarán a estar financiados por el Estado. La medida ya había contado con la petición unánime de todos los grupos del Congreso el año pasado. Finalmente, fue confirmada por la ministra de Sanidad, María Luisa Carcedo este mes de noviembre.

El tatuaje busca recrear, a través de la técnica de micropigmentación, tanto el pezón como la areola circundante, dejando el resultado más cercano posible al aspecto real. Ambos procedimientos resultan fundamentales en el proceso de reconstrucción mamaria para aquellas mujeres con cáncer de mama que deben atravesar una mastectomía, la cual implica la extirpación completa de los pechos. De esta manera, puede tener gran peso en el proceso de recuperación de las pacientes afectadas por esta enfermedad.