El documento que está sobre la mesa para que se convierta en el futuro Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG) del Teide está generando un amplio rechazo desde el ámbito científico y conservador. El pasado lunes 29 el Patronato del Parque Nacional del Teide aprobó el borrador del texto, pero curiosamente lo hizo con el voto en contra del principal centro de investigación de España, el CSIC, que rechaza la mayor permisividad del texto por suponer una “degradación en la conservación”.
Según narra el delegado del CSIC en Canarias, Manuel Nogales, el día de la votación del documento sucedió “algo que no había ocurrido nunca” en otro patronato: que el organismo autónomo votó en contra del documento y que el director conservador del Parque Nacional del Teide, Manuel Durbán, se abstuvo. “A mí me parece sintomático cuanto menos”, explica sobre la falta de consenso entre las administraciones.
En contra del texto
No solo el CSIC votó en contra, también lo hizo la Universidad de La Laguna, los dos representantes del Organismo Autónomo de Parques Nacionales, el representante de la Federación de Montaña, la representante de los guías turísticos y los representantes de los grupos ecologistas.
El CSIC argumentó 10 puntos en contra del borrador pactado entre el Cabildo de Tenerife y el Gobierno de Canarias. Si bien ese informe es confidencial y prefieren no filtrarlo -hay medios que lo poseen y aclaran que no ha sido por su parte- Nogales explica a grandes rasgos cuáles han sido los motivos que han motivado a su voto en negativo.
En esencia, explica que con el nuevo texto “hay una degradación en la conservación clara del PRUG anterior al PRUG nuevo”. Esta degradación la observan en tres puntos fundamentales: la falta de mecanismos para reducir el alto número de visitantes que tiene el parque nacional, el aumento de la presión al ecosistema al permitir más eventos deportivos y la mayor permisividad a la apicultura.
Sin límites de acceso
La principal cuestión que apunta Nogales que motivó la negativa es que pese a la alta cantidad de visitantes que acoge el Teide cada año, el PRUG no establece un sistema claro para limitar el número de visitantes. “Hay que regularlo de alguna manera”, explica, aunque matiza que “somos conscientes de la dificultad”.
En 2024, el parque nacional superó por primera vez los 5 millones de visitantes, lo que supone que más de 13.000 personas al día acudieron a este espacio protegido. El traslado a través de vehículos, principalmente privados, y el incumplimiento de los límites de acceso a zonas restringidas han impulsado el debate sobre la limitación al uso de estos espacios, ya que también supone un importante impacto en un ecosistema frágil.
Eventos deportivos
Otro punto que les llevó al ‘no’ del centro de investigación es el alto número de eventos deportivos que permite el borrador. Según apunta, hasta ahora el número de pruebas deportivas que se permitían en el Teide eran excepcionales, mientras que ahora “se quiere que estén perfectamente contempladas y legalizadas la Bluetrail, Tenerife 360, la Vuelta Ciclista Tenerife y la Vuelta Ciclista España”.
“Con todo el lío que hay con incidencia humana imagina legalizar cuatro carreras”, apunta al respecto de la mayor permisividad. De hecho apunta que se ha “retorcido” el plan que actualmente está en vigor para permitir la Bluetrail durante 12 años de manera ininterrumpida, cuando el texto habla de la excepcionalidad de estos eventos. Además, también reprocha que se aumenta la permisividad para transitar por determinadas pistas con bicicletas, cuando antes estaba prohibido.
Apicultura
Pero uno de los temas que más ha motivado el rechazo del documento es la apertura a una mayor actividad de la apicultura en el parque nacional. El texto apunta que podrá autorizarse “la instalación de hasta 2.600 colmenas y dicho máximo irá disminuyendo anualmente a razón de 150, durante cuatro años, hasta alcanzar las 2.000”. Una cifra que reprocha Nogales.
El rechazo está justificado porque, según explica, las abejas de la miel no garantizan la polinización y, de hecho, “desplazan a los polinizadores locales”. “Esta es una cuestión muy importante que el PRUG no contempla”, explica. Asimismo, apunta que el documento no contempla los planes de especies amenazadas que hay en el Teide.
Criterio político
El actual texto de plan rector es el resultado de numerosas modificaciones del documento que dejó cerrado el anterior Ejecutivo insular, en manos del PSOE y Ciudadanos. Desde el punto de vista del investigador ese documento era “infinitamente mejor”. Por ello afirma que en esta mayor permisividad hay un criterio político y no de conservación.
Llamamiento al entendimiento
Desde el punto de vista de Nogales todavía hay tiempo para mejorar el texto. “A mi me encantaría que pudiéramos estar más alineadas las instituciones públicas, pero hay cuestiones en las que nosotros nos tenemos que posicionar en base al conocimiento científico”, explica.
“El PRUG tiene mucha capacidad de mejora y ahí es donde tenemos que echar la energía”. Por ello pide seguir trabajando en un documento que se centre en la conservación porque, tal y como explica, el artículo 4 de la ley de parques nacionales establece que el primer precepto para estos espacios tiene que ser la conservación y “cuando te lees el (borrador del) PRUG la mayor parte de la inversión no es en conservación”. “Eso chirría bastante”, apunta.


