Hay lugares donde el tiempo no pasa. Rincones en los que el aroma del azúcar tostado, el crujir del hojaldre y la calidez del café evocan recuerdos de infancia, celebraciones familiares y paseos lentos por calles empedradas. En La Orotava, hay un sitio que encierra más de un siglo de historia entre vitrinas.

Quien prueba sus dulces no solo se lleva una receta: se lleva una parte del alma del norte de Tenerife. Casa Egon no es solo una confitería, es una institución. Y su historia comenzó, como tantas grandes historias, con un giro inesperado del destino.

Un viaje sin retorno

Egon Alfred Wende Bard nació en 1890 en la entonces ciudad alemana de Breslau. Repostero y cocinero de formación, su vida dio un vuelco cuando la Primera Guerra Mundial lo sorprendió en medio de un viaje rumbo a África. El barco en el que viajaba recaló en Canarias y, sin saberlo, Egon pisó por primera vez la tierra que lo haría eterno.

Tras un paso breve por Santa Cruz y La Laguna, donde abrió una lechería y colaboró como cocinero en el Hotel Camacho, Egon se trasladó a La Orotava en 1916. Allí fundó un pequeño obrador que, ese mismo diciembre, se convirtió oficialmente en la Confitería y Café Taoro.

Nace Casa Egon

En la esquina de la calle La Quinta con Tomás Zerolo empezó todo. Con ayuda de trabajadores locales, Egon inició una aventura repostera que, casi sin querer, lo llevó también al amor: una de sus primeras empleadas fue Luisa Rocío Báez, con quien se casó en 1920.

La dulcería se mudó a la calle León y, en 1925, se estableció definitivamente en el número 5 de esa misma calle, en un edificio del siglo XVIII donde aún hoy Casa Egon recibe a sus fieles. Desde los años veinte, el negocio también funciona como restaurante, abastecido por vino de cosecha propia.

@guachinchesmodernos En Casa Egon más de un siglo ha pasado desde que los sabores de Alemania y Canarias se mezclaran. Van ya por la 4ª generación. Ubicada en La Orotava, es paso obligado para todo el que quiera descubrir el pastel tinerfeño. Las milhojas ocupan un puesto de honor en sus vitrinas.Hechas con hojaldre, yema y mermelada de albaricoque, las milhojas suelen ser las primeras en terminarse. 📝 Pedimos por recomendación los 4 dulces más típicos y con más historia. Uno de pistacho y dos barraquitos. En total pagamos 14,10€ no nos dieron ticket 🐶 Si 💳Dispone de datáfono 🅿️ No tiene parking 🚗 Es accesible ♿️ Es accesible por la parte trasera 🚾 Hay wc adaptado 📍C/León 5, La Orotava ⏰ de martes a sábado de 10:00 a 20:30. Lunes y domingo: cerrado ☎️ 922330087 🙆🏼‍♂️Esta es nuestra humilde experiencia de este lugar. ¿Lo conocías?🙋🏼‍♀️ . . #tenerife #confiteria #dulces #laorotava #milhojas #pasteles #historia #canarias #islascanarias #comidacanaria #jardines ♬ sonido original - Jonay&Joana

Una empresa familiar

Egon y Luisa perdieron a su único hijo recién nacido. Pero años más tarde, en 1939, se incorporó al negocio Benigno Rocío, sobrino de Luisa, quien terminaría heredando la tradición. A su lado, su esposa Pastora y sus seis hijos: Ángel Luis, Benigno, Francisco Javier, Emilio, Jesús Manuel e Isidro.

Desde el fallecimiento de Benigno en 2010, el peso de Casa Egon recae sobre Ángel Luis Rocío, quien continúa la labor con la ayuda de otros miembros de la cuarta generación familiar. Su filosofía ha sido clara: cambiar lo mínimo, conservarlo todo.

Dulces con historia

Entre las delicias más emblemáticas destacan las milhojas, hechas con hojaldre, yema y mermelada de albaricoque, las primeras en agotarse cada día. También los roscos de yema y las galletas artesanales, que pueden encargarse incluso del tamaño de una tarta.

Entrar en Casa Egon es viajar al pasado sin salir del presente. Y es que en esta dulcería, más que vender dulces, se conserva la memoria de un pueblo.