Restos arqueológicos aborígenes en Canarias, concretamente en la isla de El Hierro./ ARCHIVO
Restos arqueológicos aborígenes en Canarias, concretamente en la isla de El Hierro./ ARCHIVO

Preocupación en Patrimonio por un proyecto en Arico encima de potenciales yacimientos arqueológicos

En el Complejo Ambiental de Arico se va a instalar una planta de secado de lodos sobre una zona "riesgo de presencia de elementos culturales de carácter arqueológico” y no se ha hecho ninguna prospección

Álvaro Oliver González, redactor jefe en Tenerife

Actualizada:

El proyecto para la instalación de una planta de secado solar de lodos en el Complejo Ambiental de Tenerife, en el municipio de Arico, no ha incluido ningún tipo de estudio arqueológico previo, a pesar de que parte del terreno afectado se encuentra en áreas poco transformadas que podrían albergar restos patrimoniales. Así lo advierte el Servicio Administrativo de Patrimonio Histórico del Cabildo de Tenerife, que participó en el trámite de evaluación ambiental con un informe crítico sobre esta omisión.

En su análisis, el servicio técnico destaca que “los extremos sur y norte del proyecto ocupan un espacio mucho menos transformado y, por tanto, con mayor riesgo de presencia de elementos culturales de carácter arqueológico”. A pesar de ello, el promotor no ha realizado ninguna prospección ni ha contado con personal técnico cualificado en la materia. Según el informe, “para la redacción del Documento Ambiental no se ha contado con especialista en arqueología ni se ha realizado prospección arqueológica por parte de técnico cualificado”.

La Comisión lo sabe

El órgano insular también subraya que ni siquiera se ha consultado "el inventario patrimonial ya existente sobre el complejo, "una de cuyas copias está en manos de la entidad gestora del Complejo”.

La Comisión de Evaluación Ambiental de Tenerife (CEAT), que aprobó el informe ambiental del proyecto el 23 de enero de 2025, reconoce esta debilidad. En su resolución final, señala que “se considera que potencialmente podrían existir valores patrimoniales en las zonas citadas más inalteradas”. Sin embargo, no condiciona la viabilidad del proyecto a una prospección previa ni establece medidas específicas de protección arqueológica, lo que podría abrir la puerta a controversias en fases posteriores.

¿Qué es el proyecto y qué propone?

El proyecto contempla la construcción de una planta de secado solar térmico de lodos, una técnica que reduce el contenido de agua de los lodos provenientes de estaciones depuradoras de aguas residuales. Este proceso permite disminuir el volumen y peso de los residuos antes de su transporte o disposición en vertedero, reduciendo también su impacto ambiental y coste económico.

La tecnología elegida, SolarBatch, consiste en introducir los lodos en invernaderos cerrados con ventilación forzada y volteo mecánico. Allí se seca el material gracias a la energía solar. Según los datos técnicos, los lodos entran con una concentración del 15% de materia seca y salen con un 58% tras el proceso.. La planta estará compuesta por tres módulos de secado de 104 metros de largo y 16 de ancho, ocupando una superficie total útil de casi 6.000 metros cuadrados.

Estará dimensionada para tratar hasta 10.000 toneladas anuales de lodos, todos procedentes de depuradoras operativas en la isla. Se ubicará dentro del Complejo Ambiental de Tenerife, principal centro insular para el tratamiento de residuos, cuya autorización ambiental fue modificada en diciembre de 2023 para permitir la admisión de lodos con menos del 65% de humedad.

Tramitación administrativa

El proyecto ha sido evaluado mediante el procedimiento de evaluación de impacto ambiental simplificada, conforme a la legislación vigente y no se sometió a evaluación ordinaria. La Comisión de Evaluación Ambiental de Tenerife aprobó el informe favorable el 23 de enero de 2025, con la condición de que se cumplan las medidas ambientales descritas en el documento ambiental y en el programa de vigilancia ambiental.

Durante la tramitación, se han recabado informes de distintos servicios públicos, entre ellos el de Patrimonio Histórico, que no se ha opuesto formalmente al proyecto pero dejó constancia de su preocupación ante la falta de estudios específicos en materia arqueológica. Esa advertencia, aunque incorporada en el informe final, no ha derivado en la exigencia de una prospección o vigilancia arqueológica obligatoria.