Este sábado iba a producirse la concentración que los colectivos ecologistas habían convocado en el Teide para denunciar la falta de control que existe en el parque nacional. Finalmente se ha tenido que aplazar porque el propio Cabildo de Tenerife rechaza la ubicación, y es emisor de los informes necesarios para su aprobación.
El rechazo de la convocatoria ha avivado el cabreo de los convocantes, especialmente de la Asociación Tinerfeña de Amigos de la Naturaleza (ATAN), quienes han calificado a la presidenta insular de “aprendiz de dictadora”.
El escaparate
Más allá del aumento paulatino de la tensión entre la administración y los colectivos sociales, los incumplimientos de las normas en el Teide, el parque nacional más visitado de España, tienen un escaparate accesible a todo el mundo: las redes sociales. Ya sea a través de grabaciones propias o de terceros que filman las infracciones, muchas de ellas se tienen conocimiento de las redes sociales.
ATAN ha hecho una recopilación de las últimas infracciones o alteraciones subidas a redes sociales para evidenciar la razón de la convocatoria. Uno de los casos más habituales en las grabaciones son aquellas personas y vehículos que transitan fuera de los senderos. Esta es una situación que se da no solo en el entorno de las cañadas sino también en el ascenso al pico.
Fuera de los senderos
En los vídeos compartidos se pueden ver diferentes situaciones de incumplimiento de la obligación de no salirse de los senderos, incluso en aquellas zonas donde los carteles recuerdan que está prohibido. En los vídeos compartidos se ve cómo una persona recrimina a varios turistas por haberse salido del camino marcado, así como corredores que se saltan los senderos, incluido en el pico del Teide.
Pero también hay imágenes que muestran las marcas de vehículos trazadas en los piroclastos volcánicos por fuera de los senderos o de ciclistas que circulan en zonas prohibidas. Algunas de esas grabaciones muestran a vehículos tipo boggie (quads) por senderos no asfaltados. De hecho es común la imposición de infracciones a este tipo de empresas, principalmente por no ofrecer servicios turísticos sin contar con la licencia obligatoria.
Hogueras y colapso
El caso de las hogueras en el parque nacional también está siendo recurrente, principalmente denunciado por personas que descubren los restos de basura y cenizas. Una situación que denunció la Fundación Telesforo Bravo Juan Coello el pasado abril y que causó la indignación por haber restos de plásticos con alimentos por todo el paraje natural
El colapso de vehículos en el parque nacional es otra de las principales denuncias que hacen los colectivos ecologistas y medioambientales. En los vídeos compartidos se pueden ver momentos de alto tráfico en las zonas más sensibles, colapso en los apeaderos y vehículos que están aparcados en zonas prohibidas, llegando a dañar flora que está en los límites de la carretera.
Vigilancia estancada
Estas constantes infracciones y la situación del colapso de los vehículos es la que ha llevado a los grupos ecologistas a convocar una manifestación para denunciar que el Teide también tiene “un límite”. Una de los principales reclamos es el aumento de la vigilancia en la zona, ya que se supone que hay seis guardas rurales.
El aumento de la vigilancia está estancado porque todavía el Cabildo de Tenerife no tiene las plenas competencias de la gestión del parque nacional. Asimismo está estancada la aprobación del nuevo Plan Rector de Uso y Gestión del Teide, a través del cual se podrían establecer limitaciones más duras como los rodajes, cuestión que había planteado el anterior Gobierno Insular, pero que el actual ha descartado.
Este retraso en la aprobación también impide la contratación de nuevos guardas forestales. Pero esta no es la única cuestión retrasada. El pleno del Cabildo de Tenerife había aprobado una moción que establecía que el 1 de enero de 2025 comenzara a operar una tasa turística para hacer uso de los espacios naturales de la isla. Esta restricción también afectaba al parque nacional, sin embargo, de momento solo opera en uno de los espacios naturales de la isla.