Antonio Morales y el Granca: “Ojalá aquí hubiese algún Roig como en Valencia”. / DAVID DELFOUR-CABILDO DE GRAN CANARIA
Antonio Morales y el Granca: “Ojalá aquí hubiese algún Roig como en Valencia”. / DAVID DELFOUR-CABILDO DE GRAN CANARIA

Antonio Morales y el Granca: “Ojalá aquí hubiese algún Roig como en Valencia"

Morales y Romero abordan en público el impago del principal patrocinador, la búsqueda de alternativas y la falta de interés del empresariado por entrar en el accionariado del club

Martín Alonso

El desayuno informativo organizado este martes por el Instituto Insular de Deportes (IID) dejó una radiografía cruda sobre la situación económica del CB Gran Canaria. El presidente del Cabildo, Antonio Morales, y el consejero insular de Deportes, Aridany Romero, abordaron sin rodeos el problema de los impagos de patrocinadores, la extrema dependencia del dinero público y la ausencia de inversión privada en el club. Morales lo resumió con una frase tan directa como significativa: “Ojalá aquí hubiese un Roig”, en referencia al propietario de Mercadona y del Valencia Basket y a un modelo sustentado desde el capital privado.

El primer frente expuesto fue el del principal patrocinador, Newport, a través de la marca Dreamland, que mantiene un impago de 370.000 euros. Romero confirmó que la empresa ha remitido un burofax al Cabildo en el que expresa su voluntad de ponerse al día en los próximos días y asumir también las obligaciones correspondientes a la presente temporada. Pese a esa comunicación, el consejero reconoció que el IID ya trabaja con un escenario alternativo por si ese ingreso no llega: Estamos buscando en el mercado una alternativa como patrocinador, admitió.

Empresarios turísticos

El presidente insular fue más allá y, ante una pregunta sobre la excesiva dependencia de los fondos públicos por parte de los clubes de élite de la Isla, señaló directamente al empresariado turístico. Morales recordó que "los hoteles atraviesan una etapa de plenos de ocupación" y reclamó de forma explícita que parte de esos beneficios reviertan también en el deporte grancanario, especialmente en proyectos profesionales como el del baloncesto.

José Antonio Newport, a la derecha, es el promotor de Dreamland Studios Gran Canaria. / AH
José Antonio Newport, a la derecha, es el promotor de Dreamland Studios Gran Canaria. / AH

A partir de ese señalamiento surgió el otro gran debate de fondo: la posibilidad de abrir el accionariado del CB Gran Canaria al capital privado, aunque fuera con un porcentaje inferior al 50%. Morales fue tajante al expresar su deseo de que aparezca un gran inversor local, pero dejó una conclusión demoledora: en Gran Canaria, el baloncesto "no es percibido como un negocio rentable".

Romero reforzó esa idea apuntando que resulta anómalo que una institución pública sea la propietaria de un equipo profesional. Reconoció que la ley permitiría la entrada del empresariado en el capital del club, pero también dejó al descubierto la falta absoluta de movimientos en esa dirección. "Ningún empresario se ha interesado por comprar acciones, ni siquiera por conocer el valor real de la entidad", subrayó. A su juicio, el modelo actual resulta cómodo para el sector privado, que observa cómo el Cabildo asume prácticamente en solitario el coste del proyecto.

Momento delicado

Todo este debate público se produce con un trasfondo económico especialmente delicado, que Atlántico Hoy ha venido detallando en los últimos trece días. El CB Gran Canaria ha solicitado un adelanto de 500.000 euros para poder disponer de liquidez durante esta temporada. El ejercicio anterior se cerró con un déficit cercano a los 200.000 euros, mientras que la deuda total ya alcanza los 2,5 millones de euros. A ello se suma un problema estructural de fondo de maniobra valorado en unos 700.000 euros, que condiciona seriamente la operatividad diaria del club.

Las palabras de Morales y Romero no solo confirman la gravedad de la situación, sino que abren de manera inequívoca el debate sobre la viabilidad del actual modelo de propiedad pública y la necesidad de una mayor implicación del sector privado. Mientras tanto, el CB Gran Canaria afronta la temporada con la continuidad de su principal patrocinio en el aire y con el Cabildo ya moviéndose para evitar que el problema económico derive en un conflicto deportivo.