Temporada de transición, lesiones, despedidas y algunas alegrías

El cambio en la presidencia, la plaga de lesiones, el adiós de un capitán y una gran racha final marcaron un curso tan convulso como exigente

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Foto oficial de la plantilla del CD Tenerife para la temporada 2022-23 tomada en abril desde el mirador de Jardina./ CD TENERIFE.
Foto oficial de la plantilla del CD Tenerife para la temporada 2022-23 tomada en abril desde el mirador de Jardina./ CD TENERIFE.

Cuando comenzó la temporada 2022-23 para el CD Tenerife las expectativas eran altísimas. Si uno roza el cielo una vez, espera poder tocarlo en el siguiente intento. Pero a lo largo del curso los blanquiazules deambularon por mitad de tabla, sintieron el aliento del descenso en algún tramo de competición y terminaron con buen juego y sensaciones, pero sin haber ocupado en ningún momento una de esas ansiadas seis primeras plazas. Tampoco puede decirse que haya sido una temporada fácil, con molestias de muchos jugadores y también lesiones más duraderas como las de Shashoua, Corredera, Dauda o Durmisi. Todo ello en medio de la transformación institucional por la irrupción de José Miguel Garrido como accionista mayoritario. Se anunció un cambio en las filas del Tenerife: entró Paulino, salió Concepción.

Después de 17 años en el cargo, Miguel Concepción se despidió acuciado por su situación judicial. En el calendario del primer equipo se metió, a toda prisa y con calzador, un partido contra el Brondby para rememorar la gesta de alcanzar las semifinales de UEFA en 1997. Pero los daneses no vinieron a pasearse y, en el partido del Centenario blanquiazul, ganaron 4-0 y se tomaron la revancha ante un Heliodoro medio vacío. Emotivos homenajes se sucedieron sobre el verde pero gran parte de la afición, desincentivada por los apuros clasificatorios, decidió quedarse en casa. Como último acto, Concepción reinauguró la remozada Ciudad Deportiva Javier Pérez, pese a reconocer que faltaban algunos detalles que, a día de hoy, siguen pendientes. 

Concepción Paulino
 Paulino Rivero tomó el relevo de Miguel Concepción en la junta celebrada el 15 de diciembre./ CDT.

En apuros y sin director deportivo

En el tinerfeñismo muchos coincidían que uno de aciertos de la etapa de Miguel Concepción era haber contratado a Juan Carlos Cordero como director deportivo. Pero, con la llegada de la nueva directiva, Cordero se sentía constreñido en el nuevo organigrama donde prevalecía la figura del consejero deportivo Juan Guerrero, por lo que decidió poner rumbo a Zaragoza. El artífice de la plantilla más competitiva de los últimos años construyó un equipo con nombres entonces desconocidos, como Mellot, Soriano, León Corredera, que hoy son piezas clave del Tenerife. Además, también fue responsable de otras contrataciones de jugadores con más cartel en la categoría, como Dauda, Gallego o Elady. Aunque no renunció a las cesiones, Cordero priorizó los futbolistas en propiedad con el objetivo de aumentar el patrimonio del club y, a largo plazo, beneficiarse de la venta de algún activo, tal y como ocurrió con Shaq Moore.

Sea como fuere, el Tenerife llegó al mercado invernal sin director deportivo y más preocupado por la permanencia que por mirar hacia arriba. En el 17º puesto de la tabla, recién eliminado de Copa por el Pontevedra, el propio Ramis calificó como deficiente la primera vuelta. Con solo seis victorias en 21 partidos de Liga, el Tenerife estaba jugando con fuego. Provisionalmente Juan Guerrero tomó la responsabilidad de fichar y trajo en préstamo a Kike Salas y Durmisi. Ante la recuperación de Sergio González y José León, el central del Sevilla tuvo poco protagonismo, si bien algo más que Durmisi, cuyo desafortunado paso por el Tenerife terminó el día de su debut. Tardó quince minutos en lesionarse y perderse el resto del curso.

Ramis comentó en una comparecencia que esperaba "algo más" del mercado de invierno y seguramente echó en falta un delantero en un tramo de la temporada en el que no pudo contar con Dauda ni Elady, y Shashoua no terminaba de recuperarse. Pero al final, nada. Con la llegada de 2023 no hubo novedades en el ataque blanquiazul.

Durmisi y Kike Salas, con Paulino Rivero sobre el césped del Heliodoro antes de comparecer en rueda de prensa./ CD Tenerife.
Durmisi y Kike Salas, con Paulino Rivero sobre el césped del Heliodoro./ CD Tenerife.

Mejorar la defensa, luego el ataque

La segunda vuelta llegó con ilusiones renovadas y, a raíz de una visita a Cartagena, el Tenerife empezó a cambiar de cara. Recuperados de sus respectivas molestias, José León y Sergio González volvieron a rendir en el eje de la zaga después de una primera vuelta irregular, lastrados por las lesiones y el bajo rendimiento. La excelencia defensiva del curso pasado aún quedaba lejos pero los blanquiazules afinaron en la retaguardia y esa sensación de que el rival iba a marcar a la mínima oportunidad se diluyó. Tres victorias en seis jornadas, por un solo gol y dejando la portería a cero (ante el Cartagena a domicilio y en casa frente a Albacete y Mirandés) anunciaron que el hormigón estaba de vuelta. 

Esta mejora defensiva precedió a una racha de tres partidos sin marcar un solo gol, ante Sporting, Eibar y Oviedo. Resuelta la defensa, ahora fallaba la delantera. En ese delicado momento de la temporada llegó la visita de Las Palmas al Heliodoro. En cinco minutos, dos goles de Gallego acabaron con la sequía y las penas del tinerfeñismo en un partido que terminó como la máxima goleada de los blanquiazules hasta ese momento, con un recordado triunfo por 4-1 en el que también marcaron Waldo y Nacho de penalti. 

Jonathan Viera y Aitor Sanz en la última fiesta del fútbol canario celebrada en el Heliodoro./ CD Tenerife.
Jonathan Viera y Aitor Sanz, en el derbi de esta temporada en el Heliodoro./ CD Tenerife.

Un final soñado, pero llegó tarde

La contundente victoria en el derbi canario pareció un espejismo cuando, en el siguiente partido en casa, el Tenerife sufrió para empatar ante el Villareal B, que jugó casi todo el partido con un hombre menos. En el 94 Gallego salvó un punto y el Heliodoro pensó que el Tenerife volvería a las andadas. Pero después de un insípido empate sin goles en Lugo, los blanquiazules volvieron a su feudo y consiguieron, ahora sí, la victoria más rotunda del curso, con un 4-0 sobre el Ibiza con goles de Iván Romero, Waldo, Gallego y Sipcic. Fue el comienzo de la mejor racha de la temporada, que llegó demasiado tarde, cuando ya las opciones de engancharse a la zona alta eran prácticamente nulas. 

En las siete últimas jornadas, el Tenerife enganchó la mejor racha de toda la temporada con cuatro triunfos seguidos en casa mientras que, como visitante, cosechó dos empates y una derrota. Además de al Ibiza, también venció por 1-0 a Leganés y Levante mientras que puntuó en su visita al Huesca y al Zaragoza, con sendos empates por 1-1. La única derrota en esta últimas siete jornadas fue en la visita a Andorra, y llegó de penalti en el minuto 90. Mención especial merece el último partido en el Heliodoro de la temporada, con una remontada de película en el último minuto para imponerse por 2-1 al Burgos. En ese partido el Heliodoro se despidió de Carlos Ruiz después de diez años como en el club y también Ramis, quen había sido distinguido días antes como 'Leyenda Blanquiazul.'

 
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Carlos Ruiz, manteado por sus compañeros el día de sus despedida del Heliodoro./ CDT.
 

Mauro Pérez, finalmente

En medio de este torbellino de partidos, en abril se anunció la contratación de Mauro Pérez por tres temporadas. El profesional tinerfeño ya había trabajado con Ramis en el Albacete pero también había sido el responsable de su destitución la temporada posterior a que el cuadro manchego jugara el 'playoff'. En ese momento el técnico le daba vueltas a su continuidad en el Tenerife, asegurando que su rendimiento marcaría su decisión. Aunque en principio la directiva apostaba por Ramis la llegada de Mauro Pérez, aparentemente, era un paso en la dirección contraria. Cuando el entrenador desveló su intención de no renovar, el tinerfeñismo empezó a cuestionarse quién sería su sustituto.

Para dar respuesta a esta pregunta, Mauro Pérez compareció en rueda de prensa y anunciar que se encontraban sondeando el mercado en busca de "un Ramis con matices". Cierto sector de los aficionados, ávidos de un estilo vistoso y arriesgado, se desilusionó. Confirmado Asier Garitano como técnico, todo apunta a que el orden y el compromiso seguirán siendo señas de identidad del Tenerife, aunque con un discurso nuevo y la experiencia de quien sabe lo que es ascender a Primera. Romper con el estilo de Ramis hubiera sido demasiado arriesgado, más aún cuando el equipo, en el último tramo de temporada, demostró que el rigor y el espectáculo pueden convivir sobre el verde.

Mauro Pérez, en el centro, fue presentado por el director general del Tenerife, Santiago Pozas, y el consejero deportivo, Juan Guerrero./ EFE Ramón de la Rocha.
Santiago Pozas y Juan Guerrero presentaron a Mauro Pérez en abril./ EFE Ramón de la Rocha.