Hiurma Chico, ingeniera agrícola, en uno de los terrenos cultivados|MONTAJEAH
Hiurma Chico, ingeniera agrícola, en uno de los terrenos cultivados|MONTAJEAH

La agricultura canaria sigue perdiendo terreno: “Más del 60% del suelo cultivable está en desuso”

Hiurma Chico, ingeniera agrícola, considera que los altos costes de producir, además de la gestión del agua fuerzan que cada vez se abandone más terreno agrícola poniendo en juego la continuidad de los cultivos y la autonomía alimentaria

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La superficie agraria útil de Canarias corresponde aproximadamente a 130.000 hectáreas, pero gran parte de este terreno agrícola no está en uso. En el año 2023, se cultivaron en las islas un total de 40.042,1 hectáreas, de las cuales 27.505 son de regadío y 12.537,1 corresponden a terreno de secano, según los datos que ha ofrecido a Atlántico Hoy la ingeniera agrícola, Hiurma Chico.

Las islas cuentan con una gran superficie cultivable, pero un 60% de este suelo no está siendo trabajado”, destaca, añadiendo que la agricultura en el Archipiélago ha experimentado un descenso en la superficie cultivada en los últimos años, con una pérdida significativa de hectáreas de cultivo.

Principales problemas

“Los principales problemas que tiene la agricultura en las islas se encuentran en el aumento de los costes de producción, puesto que tanto los fitosanitarios como los fertilizantes han duplicado su coste en los últimos años”, pero no es el único motivo porque, según nos comenta, “a esto se debe sumar el aumento de la presión que está sufriendo el suelo por el interés urbanístico”.

Por otra parte, está el tema del agua, “otro gran problema”. Chico sostiene que el elevado consumo de agua en las diferentes infraestructuras hoteleras está elevando el precio de esta. “Hoteles, piscinas y campos de golf están haciendo acopio de gran parte del agua que se genera en balsas y galerías, lo que aumenta su precio ante la gran demanda”.

Emergencia Hídrica

Los terrenos no cultivados van aumentando año tras año. La escasez del agua podría ser una de las hipótesis para el abandono, pero la poca flexibilidad horaria para regar en “la agricultura de fin de semana” es otro de los motivos. 

La ingeniera agrícola comenta que la emergencia hídrica que se ha decretado en algunos municipios de Tenerife “obliga a regar los cultivos entre semana”, lo que ha provocado que muchos terrenos cultivados para el autoconsumo “y que son atendidos por sus propietarios, principalmente familias que solo disponen de los fines de semana para atender los huertos, decidan dejar de cultivarlos al no contar con la posibilidad de regarlos esos días”.

Estímulos al agricultor   

Tampoco se puede obviar la competencia desleal. Señala nuestra entrevistada la existencia de cooperativas que “pagan muy poco a los agricultores de la tierra por su productos y después pagan un precio mayor a productores foráneos”.

Explica que no se trata de emular al presidente estadounidense, Donald Trump, con sus aranceles para blindar nuestros productos, “pero sí hay que dar más estímulos al agricultor canario”, indicando que, de lo que se trata es de apostar por nuestra economía y nuestros productos, incidiendo en que “la soberanía alimentaria marca la capacidad que tiene una zona de persistir”.

¿Autoabastecimiento?

Añade Chico que si seguimos disminuyendo la producción propia, “cada vez dependeremos más de otros proveedores”, recordando que en plenas restricciones generadas por la pandemia de la COVID “si no llegamos a sufrir desabastecimiento total fue porque aún contamos con una agricultura local fuerte”.

En cualquier caso, el autoabastecimiento total en las Islas “es imposible”, comenta , argumentando que determinadas frutas y verduras son más rentables traerlas de fuera “por el elevado gasto de cultivarlas" , sin olvidar otros productos casi imprescindibles, como, por ejemplo, el aceite

Todo es trabajo

Si hace algunas décadas se planteó que Canarias podría ser un lugar idóneo para el cultivo del olivo y la producción de aceite, la profesional agraria rechaza la idea y manifiesta que en el archipiélago no habría capacidad ni siquiera para generar el aceite que se consume en las cocinas canarias.

Aquí el olivo habría que regarlo”, insiste. Manifiesta que este producto se plantó inicialmente por la cooperativa Cumbres de Abona, “pensando que el suelo de la zona que estaba en desuso era ideal para el olivar, al considerar que su demanda hídrica es baja, pero la realidad es que si quieres un producto de calidad necesitas regarlo y dar cuidados de fertilización y fitosanitarios, lo que encarece demasiado el producto final”

Concluye la experta agraria que todo lleva su trabajo y de lo que se trata es de trabajar en pro de la agricultura y de sus profesionales con el fin de que no se sigan abandonando ni las producciones ni el campo.