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¿Canarias tiene lo que Trump quiere? Hay que hablar de tierras raras / FARRUQO

¿Canarias tiene lo que Trump quiere? Hay que hablar de tierras raras

Fuerteventura podría tener tierras raras en sus fondos marinos pero los permisos para investigarlo están paralizados. Vecinos, Cabildo y asociaciones aseguran que una mina submarina haría más daño que bien

Sus nombres son de los más raros de la tabla periódica, que ya es decir. Su rareza también tiene que ver con la manera en la que se encuentran en la naturalezamuy repartidos y en concentraciones muy pequeñas. Pero “de raras no tienen nada, las tocamos todos los días”, dice Jorge Méndez Ramos, investigador y profesor de física en la Universidad de La Laguna. 

Este científico es experto en tierras raras, y ha investigado durante 12 años, con el proyecto Magec-REEsearch, de las dos universidades públicas del Archipiélago, la posibilidad de encontrar aquí estos elementos esenciales para la industria tecnológica, y por tanto, valiosos para los intereses políticos

Todos los gobiernos quieren controlar un recurso natural, cuya extracción, por otra parte, afecta a territorios que sus habitantes quieren defender. En este tema hay, sobre todo, dudas. Y la primera es la primera: ¿De qué estamos hablando exactamente?

¿Qué son las tierras raras?

Sus nombres quizá no dicen mucho: Lantano, Cerio, Terbio, Erbio, Iterbio, Itrio, Prometio, Europio, Escandio, Gadolinio, Praseodimio, Neodimio, Samario, Disprosio, Holmio, Tulio y Lutecio. 

Tierras raras. / Peggy Greb (Wikimedia)

Su descripción, algo más: Son 17 elementos de la tabla periódica, los lantánidos (separados, en la parte baja) junto al itrio y el escandio. Si algunos de estos nombres se parecen es porque homenajean al pueblo sueco en el que se hallaron en el siglo XVIII, Ytterby. El resto se fueron descubriendo poco a poco hasta llegar al prometio, que sí es raro de verdad: se cree que solo hay un kilo en toda la corteza terrestre

Pero sus pseudónimos son los que nos ponen en situación: “Oro tecnológico”, "oro verde" o como las llama Méndez Ramos, las "vitaminas de la industria". Están en las entrañas de los smartphones, los coches eléctricos o los molinos eólicos. Sin ellas no parece posible la vida tal como la conocemos, ni la transición energética tal como la concebimos. ¿Cómo se han convertido en elementos imprescindibles?

¿Para qué queremos tierras raras?

Una cosa hay que concederle a las tierras raras: sería imposible leer este reportaje sin ellas. Son parte de la fabricación y el funcionamiento de ordenadores, móviles, cerámicas avanzadas, aerogeneradores, coches eléctricos o híbridos, microondas, fibra óptica, sistemas de iluminación, láseres, misiles o satélites. "Los dispositivos necesitan imanes, que funcionan gracias a las propiedades magnéticas de las tierras raras", explica el profesor.  

"Están en la base de las telecomunicaciones y, solo por eso, ya dominarían el mundo”, dice. Pero también hacen posibles las resonancias magnéticas, gracias al gadolinio; y el europio, por ejemplo, es el ingrediente estrella de la tinta de seguridad que impide que se falsifiquen los billetes de euro.   

Además, el futuro de las energías renovables depende de ellas. El proyecto Magec investigó cómo generar hidrógeno verde con materiales luminiscentes combinados con tierras raras, de tal modo que no se aproveche solo la luz visible, sino también la energía infrarroja. Y, por poner otro ejemplo, el itrio o el disprosio capturan y convierten la energía solar en electricidad. Pero, ¿por qué son noticia ahora?

¿Por qué hablamos de ellas ahora?

La respuesta corta es que Trump ha marcado la agenda: su interés en comprar Groenlandia, que además de otros atractivos para Estados Unidos, podría tener hasta el 25% de las tierras raras del mundo, ha puesto sobre la mesa los intereses del país americano en estos recursos. 

La respuesta larga es que las tierras raras son un recurso en auge desde hace años. Son parte clave en la fortaleza económica de China, que extrae el 60% de estos recursos en el mundo en una sola mina: Bayan-Obo, y se encarga del procesado del 90%.

Glaciar en Groenlandia. La isla tiene algunos de los yacimientos de tierras raras con más potencial del mundo. /Wikimedia

La Unión Europea depende casi en exclusiva de lo que importa del país asiático: tanto las tierras raras, como la tecnología para procesarlas y muchos de los productos que las utilizan, como paneles solares. Ante esta situación, Europa busca la manera de emanciparse de China

¿Qué dice Europa?

Así que, en 2024, se aprobó la Ley Europea Materias Primas Fundamentales, con el objetivo disminuir la dependencia en recursos clave como petróleo, gas y tierras raras. La idea es que, para 2030, se extraiga dentro del territorio comunitario el 10% de las materias que consume al año, se procese el 40% y se recicle el 25%

Sin embargo, la asociación ecologista Amigos de la Tierra analizó en un informe las consecuencias de la ley en España y afirman que el impacto de la extracción de roca para obtener los metales es mayor del que contempla la ley y tiene asociados múltiples marcas sociales y medioambientales, como la pérdida de biodiversidad, la contaminación y los conflictos con las comunidades locales afectadas.

Gráfico del informe que explica cómo se reducirían las necesidades de extracción primaria con medidas de economía circular y suficiencia. /Amigos de la Tierra

Aseguran que no se está analizando realmente la necesidad de la minería y que, con sistemas de recogida y reciclaje más ambiciosos y la aplicación de economía circular, lograrían cubrir casi la mitad de la demanda de metales y reducir la mitad de los requerimientos de extracción primaria. Y en este contexto, Canarias ha entrado a jugar a la mesa de la geopolítica.

¿Qué está pasando en Canarias?

Las investigaciones sobre este recurso en el Archipiélago no son nuevas: en los 80 y los 90 se realizaron los primeros estudios y ya se afirmó que un tipo de mineral muy concreto, las carbonatitas, que se encuentran en Fuerteventura, podrían albergar una buena cantidad de tierras raras, lo que han corroborado estudios posteriores. 

“En Fuerteventura podría haber hasta 10 kilos por cada tonelada de roca bruta”, cuando la concentración habitual es 100 veces menor, expone Méndez, que insiste en que ellos han estudiado la concentración "pero no cuánta cantidad podría haber", porque ese no es el trabajo de los científicos. 

Las rocas más antiguas de Canarias, en las Cuevas de Ajuy, declaradas Monumento Natural. /Turismo de Canarias

Así que, en este punto, entra la empresa privada: Tenaridos, filial de Satocán solicitó al Gobierno de Canarias permiso para explorar en tres zonas de la isla: Puerto del Rosario, Pájar y La Oliva. Las solicitudes se admitieron a trámite y la Dirección General de Industria firmó los permisos. 

¿Habrá una mina en Fuerteventura?

La noticia, sin embargo, se encontró de frente a vecinos, ecologistas y políticos locales y de otras islas, que aluden a los graves impactos medioambientales que el proyecto podría tener en áreas protegidas con figuras como la Red Natura 2000 o Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA).

Adriana Espinosa, responsable de Recursos Naturales y Residuos de Amigos de la Tierra, contó a Atlántico Hoy que avanzar con la exploración es "ir en contra de la proteccion del medioambiente y todos los recursos que el entorno proporciona a la economía y el bienestar de las islas". Y añadió: "Hay que abordar todas las alternativas para reducir la necesidad de minería, y eso no se está haciendo". 

Por ahora, el consejero de Industria del Gobierno de Canarias, Manuel Domínguez, ha anunciado que no se va a autorizar la investigación de la presencia de tierras raras en Fuerteventura. Para Jorge Méndez, "antes de explotar hay que explorar", firme en la opinión de que no se pueden tomar decisiones antes de saber con qué contamos. 

¿Sabemos realmente lo que hay en el fondo marino?

La Ley de minas estipula que un proyecto como los diseñados para Fuerteventura conste de tres fases: exploración, investigación y explotación, que suman varios años de trabajo antes de alcanzar ninguna certeza. El proceso se ha paralizado antes de empezar con la fase de exploración, y a tenor de lo dicho por Domínguez, puede que de manera indefinida. Así que es imposible saber si hay un yacimiento real que justifique la minería.

El Cabildo de Fuerteventura, por su parte, afirma que las solicitudes presentadas por Tenáridos presentan imprecisiones y "deficiencias legales que las hacen contrarias a la ley". Además, denuncia que no se ha realizado un informe ambiental previo sobre la incidencia en espacios protegidos, en una isla cuya totalidad se encuentra bajo la figura de protección de Reserva de la Biosfera

Cadena humana en Fuerteventura como protesta contra la exporación submarina para buscar tierras raras. EFE

Pero Fuerteventura no es el único punto potencialmente rico en tener tierras raras en nuestras costas. El otro tiene un problema añadido: la política de fronteras

¿De quién es el suelo?

Desde 2013 se especula con que el Monte Tropic, un monte submarino localizado a 269 millas al sur de El Hierro, tenga altas concentraciones de estos elementos, además de telurio, cobalto y níquel. Pero cualquier intento de investigar estas tierras es inviable: desde hace diez años y de manera soterrada, este enclave submarino se encuentra en disputa entre España y Marruecos

En 2014, España presentó ante las Naciones Unidas una solicitud para ampliar su plataforma continental al oeste de Canarias, con el objetivo de incluir dentro de sus fronteras marítimas el monte submarino. La ONU sigue evaluando la propuesta española, mientras Marruecos continúa presionando para ampliar su influencia marítima en la región.

Y para añadir más leña, que la CIA haya decidido borrar la frontera entre Marruecos y el Sáhara Occidental deja a Canarias en una situación incierta respecto a la titularidad de sus aguas. Marruecos podría reclamar la ampliación de su Zona Económica Exclusiva (ZEE) hasta las 200 millas náuticas desde las costas del Sáhara, generando conflictos con la flota pesquera de las islas y sobre los recursos minerales, como los yacimientos de tierras raras. 

Al mismo tiempo, la creciente importancia de los recursos minerales en todo el mundo podría atraer la atención de otros actores globales, agregando complejidad al conflicto. Entonces ¿por qué meternos en este berenjenal?

¿Va a cambiar la economía canaria?

La gran ventaja proclamada de la minería es la diversificación de la economía, maná para una sociedad con monocultivo de turismo. Sin embargo, algunas de las reivindicaciones que se hicieron en las protestas de Fuerteventura iban, precisamente, en la línea de que el proyecto podría afectar, no solo a los ecosistemas de la zona, sino a la propia actividad turística, sector principal en la isla. 

"La legislación medioambiental más restrictiva del mundo es la europea, lo que se haga aquí se va a hacer con garantías medioambientales", dice Jorge Méndez. Sin embargo, las asociaciones ecologistas defienden que la idea de una minería sostenible es un oxímoron: "Dentro de la Unión Europea también se vulnera la propia legislación ambiental", declara Espinosa. 

El Observatorio Ibérico de la Minería ha documentado la existencia de más de cien minas en España que vulneran los derechos sociales y/o ambientales, y aun quedan por examinar 400 explotaciones. Lo que nos lleva a la última duda: qué elegir. 

¿Recursos naturales o biodiversidad?

Toda la costa de la Fuerteventura está sometida a algún tipo de protección en mayor o menor medida, y hasta en las llamadas zonas de transición (las menos estrictas en cuanto a la conservación de espacios), la actividad humana está sujeta a criterios de sostenibilidad. 

Mapa de las zonas declaradas Reserva de la Biosfera en Canarias. /GRAFCAN

"No queremos explotar tierras raras en Europa, pero sí las compramos de China, que las están sacando de cualquier manera, sin protección medioambiental, sin derechos humanos y sin derechos laborales", reflexiona Méndez. Sin embargo, Sofía Menéndez, de Ben Magec-Ecologistas en Acción expresa a este medio que no se trata de sacarlas en otro lado: "Nuestra portura es totalmente contraria. Solo aceptamos el decrecimiento y la recuperación o reciclaje de toda la basura electrónica". Se basan en el informe sobre la minería submarina realizado por la organización ecologista. 

Entre los hábitats más afectados estarían las dunas costeras fijas "con vegetación herbácea o las galerías y matorrales ribereños", según en informe medioambiental del Cabildo. Pero los efectos sobre cualquier población que habite las costas sigue siendo inciertos.

Delfines en la costa de Fuerteventura. /Gonzalo Caro / Flickr

Para los cetáceos, por ejemplo, "la minería afectaría bastante a un ecosistema marino ya comprometido. Vemos menos cetáceos en el mar, antes veíamos muchísimos. Hay que hacer una evaluación de impacto ambiental", propone Francesca Fusar, bióloga en la Sociedad de Estudio de los Cetáceos en el Archipiélago Canario (SECAC)

Bonus track: la ley del mar

España acaba de ratificar el Tratado Global de los Océanos. Con este acuerdo vinculante todos los Estados se comprometen, entre otras medidas, a proteger a biodiversidad de altamar y a limitar las actividades extractivas en estos ecosistemas. Amigas de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, SEO/BirdLife y WWF, demandan que este pacto tenga "una posición firme sobre una moratoria o prohibición de la minería submarina".

"Nuestra investigación ya acabó y la polémica tiene que ver con los permisos que ha pedido una empresa", aclara Méndez, que avisa en su último estudio que han encontrado "afloramientos dispersos e irregulares" y que no está en su mano analizar la viabilidad económica de un posible yacimiento. Y concluye: "Somos conscientes de que estamos en territorio pequeño, frágil, lleno de legislación y espacios protegidos, no en cualquier lado".