Comprar una casa en Canarias es cada vez más difícil, el precio se acerca a su máximo histórico

El precio de la vivienda nueva y usada aumentó en el Archipiélago un 5,8% y está cada vez más cerca del máximo histórico de 2007 y 2008

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Cartel de una casa en venta / EFE
Cartel de una casa en venta / EFE

El precio de la vivienda, tanto nueva como usada, se incrementó en Canarias un 5,8% en 2023, cerca, concretamente a un 3,5%, de su máximo histórico entre 2007 y 2008, coincidiendo con el bum del sector inmobiliario. En el resto del país este encarecimiento se situó en un 5,1% y el aumento fue mucho más notable en las áreas metropolitanas

Según los datos difundidos por la tasadora Tinsa y recogidos por Efe, el conjunto del año ha estado marcado por sucesivas subidas de los tipos de interés que han encarecido la financiación y frenado las compraventas y las hipotecas, el precio en las islas creció un 5,8%, mientras que en las capitales y grandes ciudades lo hizo un 4,8%.

Cerca del máximo histórico

Durante el mes de diciembre, la vivienda se revalorizó un 3,7% en tasa interanual y ambos archipiélagos fueron las que protagonizaron el mayor incremento, del 7,5%. Con estos incrementos, el precio de la vivienda en Canarias y Baleares solo está un 3,5% por debajo de los máximos que registró entre 2007 y 2008, coincidiendo con el bum del sector inmobiliario.

De manera general en todo el país, desde los mínimos que se anotó después del estallido de la burbuja inmobiliaria, la vivienda se ha revalorizado más de un 39%. Donde más ha crecido desde entonces ha sido en las capitales y grandes ciudades (47%) y donde menos en el resto de municipios (23,4%).

Por su parte, a nivel general la vivienda está un 18,2% por debajo de los máximos de 2007 y 2008. La menor diferencia desde esos años se registra en las islas (-3,5%), seguida de las capitales y grandes con el 14% y la mayor distancia se observa en la costa mediterránea (28%). Según ha señalado la tasadora, la tasa de dudosidad aumentó, pero se mantiene en niveles contenidos gracias a la resistencia del empleo, que continúa sosteniendo la solvencia de los hogares a la par que su poder adquisitivo se restablece a medida que se modera la inflación.