Las aguas del temor a una nueva crisis del petróleo parece que se han calmado, al menos de momento. El miedo de que el parlamento iraní cerrara por primera vez el estrecho de Ormuz, en el golfo Pérsico, como respuesta al ataque estadounidense a tres de sus centrales nucleares se ha disipado a raíz del alto al fuego. De momento la actividad en el estrecho se mantiene y el petróleo se comercia sin sobresaltos, para suerte de los territorios especialmente dependientes, como Canarias.
Cualquier factor que afecte al petróleo tiene un efecto global, tal y como demostraron la Guerra del Golfo, la Guerra del Yom Kipur o la Guerra de Irak. La volatilidad de los precios y el comportamiento en la cotización está estrechamente ligado no solo a la evolución económica, sino también a eventos políticos, cambios normativos o conflictos bélicos.
La amenaza de cerrar el estrecho de Ormuz, donde se estima que se transporta cerca del 20% del petróleo mundial, apuntó directamente a una posible alza del precio del barril de brent, sin embargo, por ahora los precios se mantienen estables.
Dependencia canaria
De momento, desde el sector apuntan que es pronto para especular sobre una posible afección real en Canarias. Si bien no se apunta a un posible desabastecimiento de petróleo, sí que señalan al encarecimiento de los precios, que afectará a nivel global, con un mayor coste del transporte y de la producción energética.
En Canarias, la alta dependencia de derivados del petróleo para la producción eléctrica es uno de los factores que más se podría ver afectado por un posible cierre del estrecho. La producción eléctrica en Canarias depende en un 80% de los productos derivados del petróleo.
Esto supone que para generar electricidad los seis sistemas eléctricos de Canarias demandan un alto consumo de combustibles fósiles. Según el Anuario Energético de Canarias de 2023, último publicado, las islas consumieron 1.565,9 kilotoneladas métricas de productos petrolíferos. De esta cifra 675,6 fueron de fueloil, 868,2 de gasóleo y 22 de diesel-oil.
Esto se tradujo en que ese 2023 la media del precio del megavatio hora fue de 224,90 euros. Un precio que todavía se veía afectado por el aumento de los costes de la electricidad motivado por la Guerra en Ucrania, frente a los 161,54 euros de media que se registró en 2020.
El viaje del petróleo
¿Pero de dónde proviene el petróleo que genera nuestra energía? Los datos de las importaciones a las Islas no analizan directamente el origen del petróleo refinado, sino el país del que proviene. El petróleo refinado supone el segundo producto en importaciones en Canarias, con un impacto de 512 millones de euros.
El petróleo refinado que llega a las islas proviene principalmente de Italia (21,4%), según los datos de Cotec de 2024. Siguen en la lista Nigeria (11,7%), India (11,5%), Países Bajos, (10,5%), Estados Unidos (8,85%), Reino Unido (7,43%) y Omán (6,26%). Justo las importaciones de este último país sí tendrían una repercusión directa, ya que está situado en el propio estrecho. En total, las importaciones de Omán tuvieron un impacto de 35 millones en Canarias en 2024.
Del golfo Pérsico, Omán es el único país con cierta relevancia para Canarias en materia de importaciones. Emiratos Árabes Unidos supone el 0,12% de las importaciones totales a las Islas, Irán el 0,03% y Arabia Saudita el 0,052%.
El coste
Más allá del impacto directo, la cuestión del alza de los precios del petróleo encarecería la propia producción eléctrica en las islas, trasladándose a los bolsillos de todos los españoles en dos aspectos: por el aumento de la factura, pero también por las compensaciones que el Estado da a Endesa por la producción en los sistemas no peninsulares, que tienen cargo a los Presupuestos Generales del Estado.
Para tener una idea del coste de generación en el Archipiélago, el Estado reconoció que el coste de generación en 2019 por parte de Unelco fue de 1.356.122.820 euros.
