La creación de empresas en Canarias se disparó un 37,5 % en mayo, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). A simple vista, podría parecer un síntoma de recuperación económica. Sin embargo, los expertos advierten que se trata de un espejismo estadístico: muchas de las nuevas sociedades sustituyen a otras disueltas voluntariamente, sin que ello implique una expansión real del tejido productivo.
En total, se constituyeron 429 nuevas sociedades en el Archipiélago, frente a las 312 del mismo mes del año anterior. Por provincias, Las Palmas registró 204 sociedades nuevas (+44,7 %) y Santa Cruz de Tenerife 225 (+31,6 %). También aumentaron las disoluciones: 70 empresas cerraron, once más que el año pasado.
Lo mismo en toda España
Este fenómeno se da también a nivel estatal. En mayo se crearon 13.229 sociedades mercantiles en toda España, un 36,9 % más que en mayo de 2024. Las disoluciones también subieron un 25,3 %, con 1.706 empresas cerradas frente a 1.361 el año anterior.
Estas cifras, aunque positivas en apariencia, no implican necesariamente un fortalecimiento del tejido empresarial, según apuntan especialistas en economía y empleo.
“No se crean, se sustituyen”
“Lo que hay es un cambio de titularidad, no una creación neta de tejido productivo”, advierte José Miguel González, director de Consultoría en Corporación 5. “Cuando uno analiza estas estadísticas, no solo hay que fijarse en las empresas creadas, sino también en las disueltas y en las causas detrás de esos movimientos”, explica.
Según sus cálculos, el 90 % de las disoluciones en Canarias son voluntarias y se concentran en sectores como seguros, inmobiliarias, construcción y comercio, los mismos que encabezan la creación de nuevas empresas. El patrón es claro: lo que se disuelve se vuelve a registrar con otro nombre o titular, manteniendo prácticamente igual la estructura empresarial.
Empresas pequeñas y frágiles
González subraya además que todas las nuevas sociedades creadas en mayo en Canarias son limitadas, es decir, con estructura pequeña y capital restringido. “El 55 % de nuestras empresas tienen entre una y dos personas en plantilla”, recuerda.
Estas cifras revelan que el incremento empresarial no tiene un impacto real en el empleo ni en la capacidad productiva. No se trata de grandes inversores ni de compañías con músculo, sino de iniciativas de supervivencia o relevo.
Empleo: poco arrastre real
“El empleo es consecuencia del crecimiento económico. Si hay más empresas, es porque hay más crecimiento. Pero si son muy pequeñas, probablemente no generen mucho empleo cuantitativamente”, matiza el economista.
Para comprobar el impacto laboral real, González remite a otras estadísticas, como la Encuesta de Población Activa o los datos de afiliación a la Seguridad Social. Las cifras del INE por sí solas no permiten valorar el efecto sobre el empleo.
Barreras que persisten
González apunta a otro problema estructural que sigue frenando el emprendimiento en Canarias: la burocracia. “El trámite es idéntico para cualquier tipo de empresa, y eso penaliza especialmente a las más pequeñas”, denuncia.
A su juicio, la administración debería facilitar la actividad económica con herramientas como el silencio administrativo positivo o la declaración responsable, que permitirían a los emprendedores comenzar antes de completar todos los trámites. “No todas las inversiones pueden soportar mucho tiempo abonando costes sin obtener ingresos”, concluye.