Juan Pérez Pérez, además de capitán de la marina mercante, dirigió la terminal de contenedores de Opcsa y fue presidente de Asociación de Consignatarios y Estibadores de Buque de Las Palmas (Asocelpa). Es, por su trayectoria, uno de los grandes personajes del puerto, y por eso la patronal más antigua de Canarias le rinde homenaje para celebrar su centenario.
Pérez, que también fue distinguido en la última edición de los premios Puerto, escaló desde abajo en esto de la navegación... Primero cadete, después oficial y finalmente capitán: 15 años en el mar, con escalas frecuentes en Canarias, hasta que lo fichó Contenemar para su nueva línea con Nuadibú y, luego, para dirigir su terminal de contenedores.
Ahí empezó su trayectoria en el mundo de la estiba, con las grúas container, utilizadas para mover la carga en la década de los 80 en La Luz.
Las terminales
Vivió, por tanto, el cambio de la mercancía generaliza al contenedor, cuyo uso se ha generalizado en el transporte marítimo internacional. El impacto de ese cambio en los equipos de trabajo fue notable, incluso recuerda montar una "casa mata" para darle clase a los estibadores y formarlos en el mismo puerto.
Asegura que la primera grúa de contenedores la trajo La Luz Market. Era una Tango de la casa Liebheer, la misma que instaló un mes después Contenemar también en el Puerto de Las Palmas. Eran grúas pequeñas, que despachaban barcos de 500 TEU.
Luego fue Opcsa quien tomó la delantera con una grúa tipo Panamax de segunda mano para atender barcos más grandes. La empresa liderada por Javier Esquivel, que apostó por el trasbordo desde La Luz, contrató a Pérez para dirigir su terminal. Fue a medios de los 80, con las normas "salvajes" del Estado para separar las empresas de estiba de las consignatarias, ordenando así la revoltura de "operadores portuarios" que existía entonces.
Sudáfrica
El éxito de Opcsa, sobre todo tras integrarse en la naviera MSC, es historia reciente del puerto, como sus recién estrenadas Malacca Max o Super Over Post Panamax, que son las grúas con mayor capacidad del mercado, preparadas para trabajar con buques de hasta 24.000 TEU.
Entre los hitos de MSC en Las Palmas destaca la línea regular para las importaciones y exportaciones entre Sudáfrica y los puertos del Mediterráneo. Desde ese momento, La Luz dejó de ser un simple puerto de escala a gestionar trasbordos de 8.000 contenedores.
Esas operaciones, con la tecnología actual, son más fáciles de realizar, pero en aquella época había que apuntar y registrar cada movimiento a mano, en "tochos de papeles".
Un buque partido
La entrada del Puerto de Las Palmas en la estiba internacional fue épica. "Fuimos tan locos y temerarios que aceptamos rescatar al MSC Carla", rememora Pérez, un buque que se partió por la mitad en 1997, cerca de Azores, y fue remolcado hasta la terminal de Opcsa para salvar sus 587 contenedores.
Esa operación de rescate reforzó la confianza de la naviera en los estibadores isleños, incrementando los trasbordos e invirtiendo en maquinaria para ganar en competitividad, una apuesta que llega hasta la actualidad, como acredita la compra de diez nuevas grúas para la terminal.
Rabo de toro
También destaca Pérez la paz social y la profesionalización de los estibadores gracias a los cinco acuerdos marco, con un cambio de mentalidad importante que sirvió para defender la insularidad de los puertos canarios y lograr influencia en la patronal estatal.
Esa unión ha sido clave para el éxito del puerto, cuya impronta y manera de hacer las cosas difiere de otros grandes recintos. "Nosotros al artilugio para enganchar los contenedores le llamamos rabo de toro, pero en Valencia le dicen cuello de cisne", bromea el expresidente de Asocelpa, que se pone más serio para lanzar su mensaje preferido: "Vamos por la cuarta generación y la competencia es salvaje, pero el puerto siempre es lo primero".