La presidenta de la Autoridad Portuaria de Las Palmas ( APLP), Beatriz Calzada, ha expresado su preocupación por la decisión del Gobierno de Canarias de instalar una planta de energía en el Puerto de La Luz para generar electricidad de emergencia desde un barco, un tema que se considera "muy complicado" y con una difícil solución inmediata.
En un primer encuentro de trabajo, la APLP comunicó al Ejecutivo que no veían el proyecto por razones de "seguridad operativa", pero los consejeros del puerto se han reunido con los técnicos del Gobierno y se ha abierto un periodo de "reflexión", explica Calzada.
Pendiente
La presidenta aclara que el asunto tendrá que votarlo el consejo de administración y no existen plazos establecidos. La planta flotante, por tanto, volverá a la APLP cuando se madure la decisión a tomar sobre la ubicación del buque.
La principal inquietud radica en la repercusión de la instalación en la actividad comercial, pues el Puerto de Las Palmas está experimentando una situación de "lleno total" y la central flotante le "resta 200 metros de negocio", reconoce Calzada.
Las patronales también ha expresado sus dudas sobre el proyecto por la ocupación de la línea de atraque. El barco con la central eléctrica estaría atracado o en fondeo durante cinco años, tres por el contrato inicial y dos prorrogables, que es el tiempo estimado para la entrada en funcionamiento de la nuevas centrales eléctricas de Gran Canaria.
Sin espacio en toda la isla
La idea del Gobierno era montar la planta en tierra, pero no se encontraron terrenos en el norte de la isla, razón por la que se ha optado por la solución del barco y el puerto.
La instalación funcionará de manera puntual, solo cuando el sistema lo necesite, con la finalidad de evitar un cero energético, o sea, apagones.
Esa necesidad de prevenir la caída de la red de manera urgente es lo que ha llevado a los consejeros a solicitar más información técnica y replantearse el no inicial.