Convenio colectivo en Armas: el comité pide que la naviera pague a sus empleados cursos obligatorios

Otras empresas del sector ya abonan a sus trabajadores la formación para estándares de capacitación, certificación y vigilancia para la tripulación

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Buque 'Volcán de Timanfaya' de Naviera Armas. / ARCHIVO
Buque 'Volcán de Timanfaya' de Naviera Armas. / ARCHIVO

Los miembros de la tripulación de un barco, sea cual sea, necesitan tener una formación básica en el conocimiento, la comprensión y las habilidades necesarias para desempeñar su papel de manera efectiva y segura. Es lo que se conoce como STCW, siglas en inglés para "Estándares de capacitación, certificación y vigilancia para la tripulacion".

Se trata de unas aptitudes esenciales que no sólo se deben acreditar antes de comenzar a trabajar en un buque, sino que se tienen que ir renovando cada cinco años a través de los llamados "cursos STCW", que varían para cada puesto y responsabilidades que tenga cada miembro de la tripulación.

Armas no paga los cursos

Dado que la renovación de estos cursos es obligatoria y su obtención de forma subvencionada por el Estado tiene muchísima más demanda que oferta, muchas navieras optan por pagar a sus tripulantes estas renovaciones en academias privadas homologadas. Otras, como es el caso de Naviera Armas -en su derecho, por otra parte, de no hacerlo-, prefieren no abonar a sus trabajadores el coste de estos cursos, que asciende a varios cientos de euros cada uno.

Sin embargo, en los últimos años se ha producido una paradoja en Naviera Armas: la compañía facilita a las academias que imparten las clases pagadas por sus propios empleados a realizar los cursos en sus barcos.

Los trabajadores piden que pague la empresa

A día de hoy, los trabajadores de Naviera Armas están negociando un nuevo convenio colectivo en el que, entre otras cosas, están tratando de lograr precisamente que el pago de estos cursos obligatorios corra a cuenta de la empresa.

La posibilidad de sacarlos de forma gratuita en el Instituto Social de la Marina -lo que los marineros conocen como Casa del Mar- existe, pero es muy remota. Las convocatorias para este tipo de cursos son poco frecuentes y no cubren la extensa demanda de todo el sector marítimo de Canarias, por lo que sus listas de espera duran años y muchos marineros prefieren costearse los cursos de su bolsillo para poder seguir trabajando.

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