Canarias esconde entre sus paisajes más conocidos un lugar que pocos visitantes logran descubrir en su totalidad. Se trata de una piscina natural que, a simple vista, podría confundirse con una fortaleza medieval por la peculiaridad de su construcción. Este enclave es perfecto para quienes buscan un baño seguro y relajante, pero también una experiencia visual impresionante.
A medida que uno se acerca, el contraste entre la naturaleza volcánica y las estructuras humanas sorprende. Este lugar ofrece la oportunidad de nadar en aguas cristalinas mientras se contemplan unas vistas increíbles de la costa norte de Gran Canaria, todo dentro de un ambiente tranquilo y familiar.
Las Salinas de Agaete
Hablamos de Las Salinas de Agaete, en el noroeste de Gran Canaria. Este conjunto de tres piscinas naturales está protegido del mar abierto gracias a pilones de hormigón que simulan almenas, reduciendo el impacto de las olas. Las piscinas están conectadas entre sí mediante tubos volcánicos, lo que hace que nadar en ellas sea toda una aventura para grandes y pequeños.
El lugar cuenta con un solárium amplio, fácil acceso desde el cercano Puerto de Agaete y zonas de aparcamiento. Además, rodeado de un palmeral y tierras de cultivo, este rincón ofrece un contraste verde que lo convierte en un destino aún más atractivo para quienes quieren escapar del bullicio turístico habitual.
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Un pueblo con encanto
A solo cinco minutos en coche, se encuentra Agaete, uno de los pueblos con más encanto tradicional de Gran Canaria. Su casco histórico, repleto de casas blancas y patios antiguos, mantiene viva la esencia del pasado. Pasear por sus calles y descubrir lugares como la iglesia de la Concepción o el famoso Huerto de las Flores es una experiencia que complementa cualquier visita.
El valle que envuelve al pueblo añade un toque de frescura y color al recorrido, y su fusión de naturaleza y arquitectura convierte esta zona en un auténtico tesoro para quienes buscan conocer la Gran Canaria más auténtica.
Cultura y gastronomía
Antes de despedirse de Agaete, es imprescindible visitar la necrópolis de Maipés, un yacimiento arqueológico donde la historia aborigen se muestra de forma impactante. Después, lo ideal es bajar hasta el Puerto de las Nieves, el enclave marinero más famoso de la zona.
Aquí, las casas blancas y azules a pie de playa ofrecen una postal perfecta. Además, es uno de los mejores lugares de la isla para disfrutar de pescado fresco, recién capturado y cocinado junto al mar, poniendo el broche de oro a una jornada perfecta en este rincón único de Gran Canaria.