Pocas cosas conquistan tanto como una buena mesa frente al mar. En Gran Canaria, donde el océano es parte del paisaje cotidiano, hay un rincón gastronómico que ha sabido convertir esa cercanía con el Atlántico en parte de su esencia. Se trata del restaurante-asador La Marisma, un establecimiento que lleva más de una década celebrando los sabores más auténticos del archipiélago canario.

En una época en la que la cocina canaria vive un renacer entre lo tradicional y lo contemporáneo, La Marisma destaca por su fidelidad a los productos locales y su respeto por la cultura gastronómica del archipiélago. Cada plato es una oda a la tierra y al mar: desde el gofio escaldado hasta un pulpo a la carmela o un chuletón de novillo del país que huele a brasa y a maestría.

Un festín frente al oceáno

No es casualidad que este restaurante haya sido reconocido con un Solete de Carretera de la Guía Repsol en 2022, un distintivo reservado para los lugares con encanto que combinan autenticidad, calidad y ambiente. 

Ubicado en la carretera de la costa número 6, en Moya, este asador ofrece una vista panorámica al Atlántico que convierte cualquier comida en una experiencia sensorial completa. El murmullo del mar se mezcla con el chisporroteo de su parrilla, donde el carbón y el humo se encargan de elevar los aromas a otro nivel. El menú, con precios medios inferiores a 35 euros, combina platos clásicos con propuestas más innovadoras. En su carta conviven los sabores del campo y el mar: mariscos nacionales, pescado fresco del día, arroces y carnes a la brasa que seducen a cualquier paladar.

Un espacio para desconectar

Pero La Marisma va más allá de la buena cocina. Su propuesta se completa con el espacio Food & Chill Out, un área pensada para quienes buscan un ambiente relajado con la brisa marina como compañera. Allí, un equipo culinario vanguardista ofrece platos que reinterpretan la tradición con un toque moderno: el medallón de solomillo al ajo tostado, la carmela de lapas, el atún Yeray o el arroz negro con chipirones son algunos de los favoritos de su clientela habitual.

La experiencia se redondea con una coctelería creativa y un servicio de shisha que invitan a prolongar la sobremesa mientras el sol se esconde sobre el horizonte.

Un lugar para cada ocasión

Más allá de su carta, La Marisma conquista por su trato cercano, su servicio impecable y la capacidad de adaptarse a cualquier momento: desde una comida informal junto al mar hasta eventos privados o reuniones especiales. El restaurante cuenta con espacios reservados para quienes prefieren disfrutar con mayor intimidad, y sus visitantes coinciden en destacar la atención del equipo y la calidez del entorno.

Cuando cae la tarde, la música en directo envuelve el ambiente y el cielo se tiñe de tonos dorados. Es entonces cuando el restaurante muestra su lado más mágico: una cena frente al mar, buena compañía y los sabores más representativos de Canarias.