Imagen de el restaurante El Diablo, en Lanzarote / TURISMO DE LANZAROTE
Imagen de el restaurante El Diablo, en Lanzarote / TURISMO DE LANZAROTE

El restaurante de Lanzarote que ha fascinado a National Geographic: "Es el número uno de Canarias"

Este restaurante de Lanzarote representa una oportunidad de experimentar la fuerza del volcán de una forma segura, deliciosa y culturalmente enriquecedora

Irene Cartaya

Canarias no solo es conocida por su diversidad paisajística, sus playas volcánicas o su clima primaveral eterno. También destaca por una gastronomía única, en la que los productos locales, el legado cultural y la innovación se mezclan para crear experiencias inolvidables. Entre toda su oferta culinaria, hay un restaurante que ha captado la atención de medios internacionales por su propuesta tan singular como espectacular.

Ubicado en un entorno de origen volcánico, este establecimiento no solo ofrece una buena comida, sino que convierte cada visita en una auténtica experiencia sensorial. Su método de cocinado ha sido calificado como uno de los más impactantes del mundo.

Cocina sobre un volcán

El restaurante El Diablo, situado en pleno Parque Nacional de Timanfaya, en la isla de Lanzarote, ha sido reconocido por la revista National Geographic como el número uno de Canarias y uno de los más exclusivos de toda España. Su mayor singularidad radica en su método de cocción: los alimentos se preparan directamente con el calor natural de un volcán activo.

El establecimiento está construido sobre una plataforma de piedra basáltica, y su parrilla aprovecha el calor geotérmico del subsuelo, que alcanza temperaturas de hasta 500 grados centígrados. No hay hornos eléctricos ni carbón: aquí, la naturaleza es la cocina.

Una experiencia única

Este método de cocción, tan llamativo como eficaz, permite asar carnes y mariscos con resultados excelentes. Además de su calidad gastronómica, el restaurante ofrece a los comensales la oportunidad de contemplar el impresionante paisaje volcánico que lo rodea, creando una atmósfera difícil de replicar en cualquier otro lugar del mundo.

El Diablo no es solo un restaurante: es una experiencia que une gastronomía, ciencia y naturaleza, convirtiendo cada plato en una forma de conexión directa con el entorno. El calor que emana del interior de la Tierra se convierte aquí en el ingrediente principal.

Reconocimiento internacional

National Geographic ha destacado el valor de este restaurante no solo por su propuesta gastronómica, sino también por su integración en el paisaje protegido del Timanfaya. Su arquitectura, respetuosa con el entorno, y su concepto de cocina geotérmica lo convierten en un referente dentro y fuera de las islas.

Pocos lugares en el mundo permiten almorzar literalmente sobre un volcán activo, con vistas a un mar de lava solidificada y bajo una bóveda de cristal diseñada para resistir las inclemencias del terreno.

Sabor a tradición canaria

La carta de El Diablo no se limita al espectáculo visual. Además de sus carnes asadas al calor volcánico, el restaurante ofrece platos típicos de la cocina canaria, como las populares papas arrugadas con mojo o postres elaborados con gofio local.

Uno de los más llamativos es un dulce servido en un cono de cenizas comestible, un homenaje directo a la tierra que lo hace posible. Esta combinación entre modernidad, creatividad y respeto por la tradición es lo que ha convertido a El Diablo en un referente gastronómico del Archipiélago.

Turismo y sostenibilidad

El restaurante también sirve como ejemplo de cómo combinar turismo gastronómico y sostenibilidad, al aprovechar los recursos naturales sin alterar el ecosistema. Situado en uno de los parques nacionales más visitados de España, El Diablo se ha consolidado como una parada imprescindible para quienes buscan algo más que un buen menú: buscan una historia, un paisaje y una forma diferente de entender la cocina.

Para quienes visitan Lanzarote, El Diablo representa una oportunidad única de experimentar la fuerza del volcán de una forma segura, deliciosa y culturalmente enriquecedora. Más allá de su fama, se trata de un lugar que invita a reflexionar sobre la relación entre el ser humano y la Tierra, mientras se disfruta de una de las cocinas más sorprendentes del país.