El Hotel Occidental Las Canteras, obligado a apagar la música de su terraza por las quejas vecinales. / AH
El Hotel Occidental Las Canteras, obligado a apagar la música de su terraza por las quejas vecinales. / AH

El Hotel Occidental Las Canteras, obligado a apagar la música de su terraza por las quejas vecinales

El establecimiento deberá cesar el uso de los equipos de sonido en su azotea en un plazo de dos días, tras constatarse actuaciones musicales no autorizadas | El caso se suma a otros conflictos por ruido en la zona de Las Canteras

Martín Alonso

El Hotel Occidental Las Canteras, situado en la calle Sargento Llagas, 24, deberá paralizar el uso de los aparatos de sonido instalados en su terraza en un plazo máximo de dos días, según una resolución de la Dirección General de Edificación y Actividades del Ayuntamiento capitalino, firmada el 8 de octubre de 2025.

La medida llega después de que vecinos denunciaran molestias por música en vivo procedente del ‘roof-top’ del establecimiento, donde agentes de la Policía Local comprobaron la presencia de un músico tocando con guitarra y altavoces cuyo sonido alcanzaba a viviendas próximas.

Según el expediente del Consistorio, los responsables del hotel no contaban con autorización municipal para realizar actuaciones musicales, a pesar de que existía una resolución previa de octubre de 2024 en la que se les instaba expresamente a cesar cualquier actividad de música en directo y retirar los equipos de sonido.

Normativa

El informe técnico incluido en el expediente recuerda que el artículo 67.5.c de la Ordenanza Municipal de Edificaciónestablece con claridad que “no se admitirá música” en las cubiertas planas de edificios con uso hotelero, comercial o cultural.

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Panorámica de la terraza del Occidental Las Canteras. / AH

Además, durante el trámite de audiencia, el establecimiento no presentó alegaciones frente a la denuncia ni aportó documentación que acreditase una posible autorización.

Advertencia

La resolución advierte de que, si el hotel no cumple el requerimiento voluntario, la Policía Local procederá al precinto de los equipos y se podrá abrir expediente sancionador.

Pese a ello, la administración aclara que su objetivo no es imponer sanciones gravosas, sino garantizar el cumplimiento de la normativa acústica y preservar la convivencia vecinal. Las infracciones muy graves de la Ley 7/2011 de Actividades Clasificadas y Espectáculos Públicos pueden alcanzar multas de entre 15.001 y 30.000 euros, aunque el procedimiento municipal busca una solución proporcional y preventiva.

Convivencia compleja

La situación del Occidental Las Canteras se enmarca en una problemática recurrente en la capital grancanaria: la dificultad para compatibilizar la vida vecinal con la actividad de ocio en azoteas y terrazas.

En los últimos años, establecimientos de la zona de Las CanterasTriana o el Puerto han sido objeto de advertencias y actuaciones municipales por exceder los límites de ruido o realizar actuaciones en directo sin permiso. En la mayoría de los casos, los procedimientos se han resuelto mediante precintos temporales o acuerdos voluntarios entre los propietarios y la administración local.

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Terraza del Occidental Las Palmas. / AH

Fuentes conocedoras de la situación apuntan a que el incremento del turismo urbano y la transformación de los hoteles tradicionales en espacios de ocio ha generado nuevas tensiones en áreas residenciales consolidadas. No obstante, tanto los empresarios como el consistorio han mostrado voluntad de diálogo para encontrar un equilibrio entre la oferta turística y el bienestar ciudadano.

Ocio y descanso

El caso del Occidental Las Canteras pone sobre la mesa la necesidad de armonizar el ocio nocturno con el descanso vecinal en una ciudad que aspira a mantener su atractivo turístico sin renunciar a la calidad de vida de sus residentes.

El cumplimiento de la normativa vigente —más allá de sanciones o expedientes— se presenta como la herramienta principal para garantizar una convivencia sostenible en los barrios turísticos.

En palabras de un técnico consultado, “no se trata de castigar, sino de ordenar; de que cada actividad funcione dentro de sus límites y horarios”. Una premisa que cobra especial relevancia en un entorno como Las Canteras, donde la línea entre ocio y descanso es cada vez más delgada.