Las Palmas de Gran Canaria está cambiando. Nuevas construcciones, nuevos ‘jocicos’ con la llegada de cada vez más personas de países europeos, más franquicias y menos comercio local…Todo un proceso de gentrificación que ya no afecta solo a las grandes ciudades, sino que también atraviesa a capitales como la canaria.
Así lo señala un estudio del Centre d’Estudis Demogràfics de la Universitat Autònoma de Barcelona, que ha analizado cómo han cambiado los barrios de las principales ciudades españolas entre 2011 y 2021.
La investigación, titulada Cómo la gentrificación ha redefinido las ciudades españolas, sitúa a Las Palmas de Gran Canaria como una de las ciudades donde la transformación urbana y social ha avanzado durante la última década, en especial en las zonas costeras y el centro.
Qué es la gentrificación
La gentrificación se define como “el proceso de sustitución de una población de menor estatus socioeconómico por otra de mayor poder adquisitivo”, según apunta el estudio. Este fenómeno viene acompañado de un encarecimiento de la vivienda, cambios en los comercios y claro, de vecinos y vecinas, como indica.
Para saber en qué barrios la gentrificación es mayor, los investigadores han creado un indicador que va de 0 a 1 y que muestra cuánto y a qué ritmo están cambiando las zonas de una ciudad.
Para calcularlo analizan distintos aspectos de cada barrio, como si llega población más joven, si aumentan los vecinos con trabajos mejor pagados, si crecen los hogares de personas que viven solas o comparten piso y, sobre todo, cómo suben los precios del alquiler. Con todos estos datos, el índice permite comparar qué barrios están cambiando más rápido y con mayor intensidad.

El barrio más gentrificado
Según este análisis, Santa Catalina-Las Canteras es el barrio más gentrificado de Las Palmas de Gran Canaria. Es decir, es donde más se han producido todos esos factores de cambio. El estudio le da a esta zona una puntuación de 0,55 del 0 al 1, una cifra que los investigadores consideran significativa.
Esta medición sitúa al barrio capitalino al nivel medio de ciudades como Barcelona en cuanto a cambios sociales y residenciales. En otras palabras, cada vez es más difícil vivir en la zona para quienes llevan años allí y tienen menos recursos.
El caso de Guanarteme
Un ejemplo de esta dificultad de continuar viviendo en los barrios de toda la vida es Guanarteme. El informe también apunta a este barrio como foco de la gentrificación en las zonas junto a la costa, tras haberse producido en el centro, en este caso sería la zona de Triana-Vegueta.
Los investigadores subrayan que este avance hacia la costa no es exclusivo de Las Palmas, sino que se repite en ciudades como Valencia o Málaga, donde la presión residencial y el atractivo del entorno aceleran los cambios sociales.

Un fenómeno que va a más
A diferencia de Madrid o Barcelona, donde la gentrificación se ha extendido por amplias zonas, en Las Palmas el fenómeno sigue estando bastante localizado. Sin embargo, el estudio advierte de que ya no es algo puntual y podría seguir avanzando si no se toman medidas.
Pues, durante la última década, los autores constatan subidas generalizadas del alquiler, uno de los principales motores de la gentrificación, especialmente en ciudades insulares y turísticas, donde la competencia por la vivienda es más intensa.
Riesgo de exclusión residencial
Esto produce una expulsión lenta y silenciosa de los vecinos y vecinas de siempre, que no pueden permitirse seguir viviendo en su barrio, a otras zonas más alejadas o con peores condiciones. Se produce una colonización de nuevos perfiles con mayor capacidad económica.
Y claro, en una ciudad insular como Las Palmas, todo se complica, ya que hay menos espacio para “moverse” cuando los precios suben, lo que deja a muchas familias con pocas alternativas. Se incrementa así el riesgo de exclusión residencial y la segregación urbana.
Alerta para las administraciones
Los autores del estudio insisten en que estos datos deben servir como herramienta de alerta para las administraciones públicas. Allí donde la gentrificación empieza a manifestarse, señalan, es clave actuar con políticas públicas que protejan el derecho a la vivienda y eviten la expulsión de los vecinos.
En el caso de Las Palmas de Gran Canaria, el informe deja un mensaje claro: la gentrificación ya está aquí, sobre todo en Santa Catalina, Las Canteras y Guanarteme, por lo que el reto ahora es evitar que se extienda sin control por el resto de la ciudad.