¿Tú crees que vamos a subir?

Ese horizonte llevaba oculto mucho tiempo. Ya sólo por poder verlo merece la pena la espera de este partido

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Sergi Cardona, Sandro y Jonathan Viera celebran el tercer gol de la UD Las Palmas en su visita al Cartagena FC. / LALIGA
Sergi Cardona, Sandro y Jonathan Viera celebran el tercer gol de la UD Las Palmas en su visita al Cartagena FC. / LALIGA

Nos lo preguntamos desde que salimos de la cama. Unas veces visualizamos el momento del pitido del árbitro con la euforia en las gradas y la Rama improvisada en las calles de Gran Canaria y donde esté un canarión sembrado por el mundo; pero otras veces nos viene el Cordobazo como un amigo cenizo y sólo escuchamos ese silencio casi sepulcral que deja ecos lejanos de los pocos aficionados del equipo contrario que están en las gradas. Entonces lo que hacemos es preguntar a todo el mundo, o bien nos preguntan a nosotros, como cuando preguntamos si habrá vida después de esta vida, y cada uno responde lo que necesita escuchar el otro, que sí habrá vida después de la muerte y que, por supuesto, Las Palmas gana cuatro a cero el sábado en el Gran Canaria.

Esta mañana, al dejar a mi hija en el colegio, un padre, buen amigo y seguidor de la Unión Deportiva, me preguntaba lo que yo había preguntado ayer mismo a otro padre de una amiga de mi hija, en este caso periodista deportivo. La pregunta era exactamente la misma, con el pronombre personal al principio: “¿tú crees que vamos a subir?”, y la respuesta en ambos casos fue idéntica: “claro que subimos”, así, con esa claridad y esa seguridad que sólo podrían escribir los dioses, los hados o los que trazan el azar del fútbol, quizá de los azares más enrevesados, en algún lugar del infinito.

Camiseta de la Unión Deportiva firmada por los jugadores que jugaron con Quique Setién en Primera División. ¿Tú crees que vamos a subir?
Camiseta de la Unión Deportiva firmada por los jugadores que jugaron con Quique Setién en Primera División. ¿Tú crees que vamos a subir?

A mí lo que me gusta de estos días son justamente los prolegómenos, todo lo que ya llevamos jugado de partido sin que los equipos hayan saltado al césped, este estado de euforia o de contenida alegría, las opiniones de unos y de otros, o la llegada inevitable del pesimista y del aguafiestas que te dice que pasará lo de siempre y que nos vendremos a casa farfullando el fracaso; pero no, lo de siempre incluye muchos ascensos y muchos momentos inolvidables y triunfantes en el Insular, en el Gran Canaria o en muchos estadios de España o del extranjero (en Bratislava, por ejemplo, o aquí contra el Torino). Tenemos derecho a estar ansiosamente alegres y a vivirlo con la intensidad con la que se viven estos encuentros. Ya luego, cuando empiece a rodar el balón, saldremos de este mundo de sueños y volveremos a la realidad futbolística, la que no tiene respuestas hasta que no termina el partido. Como en el poema de Kavafis, aquí lo que importa es el viaje y esa Ítaca que no deja de remover recuerdos y gestas inolvidables de la Unión Deportiva. Yo ya he sacado la camiseta firmada por los jugadores que jugaron la última temporada con Quique Setién en Primera. La guardaba desde que descendimos. Verla de nuevo, ya es casi como atisbar la orilla y contemplar Tamadaba cuando uno viene en el ferry desde Tenerife. Ese horizonte llevaba oculto mucho tiempo. Ya sólo por poder verlo merece la pena la espera de este partido.

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