Alberto Rodríguez: "Si no fuéramos valientes no estaríamos aquí"

El candidato de Drago Verdes Canarias a la presidencia del Gobierno de Canarias atiende a Atlántico Hoy | "Si a los partidos que forman el Gobierno de Canarias les preocupa la división de la izquierda, que vayan juntos a las elecciones", subraya

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Alberto Rodríguez, durante un acto de Drago Verdes Canarias en Tenerife. / RAMÓN DE LA ROCHA-EFE
Alberto Rodríguez, durante un acto de Drago Verdes Canarias en Tenerife. / RAMÓN DE LA ROCHA-EFE

Muchos de los que ahora, a diario, suben y bajan por las escaleras de la Grada Curva del Estadio Insular no recuerdan la trascendencia que tuvo ese lugar durante años. Para los más jóvenes, incluso, sólo es una parte más de un parque urbano. Pero durante un tiempo fue un lugar en el que habitaban los sueños: mayoritariamente los de los aficionados de la Unión Deportiva Las Palmas. Pero ahí se cocinó mucho más que fútbol. En 1962, un error arbitral en contra de los intereses del equipo amarillo agitó tanto el ambiente que antifranquistas e independentistas aprovecharon el jaleo para dejar varias pintadas con el lema Canarias Libre. Con la llegada de la democracia, Santiago Carrillo y el Partido Comunista reunieron en un mitin a 10.000 personas. Años más tarde, Felipe González multiplicó por dos el número de asistentes en un acto del PSOE. Allí se celebraron también noches de Carnaval y la llegada de los Reyes Magos. Y de ese anfiteatro, que cuando uno era niño parecía un gigante, huyó al galope Eddy Grant —con sus rastas al viento— después de que se montara una batalla campal de consideración durante su concierto.

La Grada Curva, con todo su simbolismo, fue el lugar elegido el pasado viernes por Drago Verdes Canarias para presentar a las personas que encabezarán sus listas en las próximas elecciones locales del 28 de mayo en los ayuntamientos de Las Palmas de Gran Canaria y Telde, el Cabildo de Gran Canaria y la circunscripción insular al Parlamento de Canarias. Allí citó Alberto Rodríguez y su equipo a Atlántico Hoy para hablar de esos comicios, su situación personal después de que el Tribunal Supremo le condenara a un mes y quince días de prisión por un delito de atentado contra un agente de la autoridad y Meritxell Batet —presidenta del Congreso— le retirara el acta de diputado, de la división de la izquierda, de los problemas de Canarias y de las propuestas de la alianza que lidera como candidato a la presidencia del Gobierno autonómico.

[Pregunta] Compagina su trabajo en la fábrica de Cepsa con la precampaña electoral. ¿Cómo lo lleva? ¿Cómo encaja turnos con viajes entre islas?

[Respuesta] Así lo ha querido el Tribunal Constitucional que, según se ha publicado en los medios, ha optado por posponer las decisiones importantes sobre cuestiones políticas para no cometer injerencias en la campaña electoral. Y yo creo que realmente, al no resolver mi situación, está cometiendo una injerencia por una vulneración de derechos fundamentales y de los derechos políticos, en este caso no resolviendo el recurso que tiene desde hace un año y pico y que me mantiene a mí fuera del escaño que votaron más de 60.000 canarios. Como bien dice, hago turnos en la fábrica, de 12 horas, por la mañana o por las noches. Frente a eso están el resto de candidatos y candidatas de otros partidos, que modificaron el reglamento recientemente en el Parlamento de Canarias para poder seguir cobrando un sueldo público y para seguir teniendo una cobertura económica mientras hacen campaña, a pesar de que no hagan el trabajo como diputado porque el Parlamento ya está cerrado. Es evidente que estamos haciendo la precampaña en condiciones de desigualdad, pero no tenemos miedo ni vamos a esconder este hecho. Creemos que es justo y democrático que la gente sepa que esto está ocurriendo. No nos achanta y no nos quita las ganas. Nos estamos organizando como podemos y si tenemos que ir a una entrevista después de estar toda la noche currando, oye, pues vamos. Para la movilidad entre Islas todo el mundo está poniendo algo de dinero para ayudar, para que nos podamos mover. Estamos con muchas ganas, con mucha ilusión y y tejiendo desde abajo una alternativa que lleva muy poquito tiempo. 

Alberto Rodríguez, junto a Carmen Peña, que encabezará la lista de Drago Verdes Canarias al Parlamento por Tenerife. / RAMÓN DE LA ROCHA-EFE
Alberto Rodríguez, junto a Carmen Peña, que encabezará la lista de Drago Verdes Canarias al Parlamento por Tenerife. / RAMÓN DE LA ROCHA-EFE

Como usted apunta, llevan muy poco tiempo e intentan asomar la cabeza en un escenario en el que el resto de partidos tienen una marca conocida, una estructura consolidada y años de experiencia. Pero a ustedes se les nota cómodos en el papel de outsider: muy lejos de las posiciones de la derecha y pisando callos en la izquierda.

Claro, como nosotras hemos dicho en anteriores ocasiones, realmente venimos a ser una vacuna contra la corrupción, contra la desmovilización política y el descrédito creciente. El análisis es rápido y claro. Hay muchísima gente que conoce cómo se las gastan los partidos de toda la vida cuando gobiernan. Y bajo ningún concepto les van a volver a votar ni les van volver a apoyar porque ya aprendieron, ya aprendimos como sociedad: recortes, austeridad, presión del territorio, etcétera. Pero después, a la vez, se encuentran que con la ventana de ilusión que se abrió en 2019 los cambios, simplemente, fueron de nombres, de colores, de siglas, pero no de políticas. Las políticas han seguido siendo las mismas y eso ha generado frustración, decepción en amplias capas de la población. 

Y frente a eso, ¿qué propone Drago Verdes Canarias¿ ¿Qué les diferencia?

Lo que Drago Verde Canarias viene a poner sobre la mesa en esta campaña electoral, y no digamos en el universo político canario, es una alternativa a la desmovilización, una alternativa a la abstención y una alternativa a la idea de que todos son iguales. ¿En Canarias hay alguien que aparezca como esa opción? Bueno, nosotras queremos asumir ese espacio con valentía. Porque tiene que haber una fuerza política, por ejemplo, que diga que la turistificación sin freno nos lleva a la ruina. Y esa es Drago Verdes Canarias. Hoy [el pasado viernes, para el lector] Ángel Víctor Torres, el presidente del Gobierno de Canarias, acaba de decir que es populismo, que quien critica a la industria turística que apuesta por la llegada de más y más turistas es populista, un enemigo del progreso y la economía. 

El turismo, guste o no, es el motor económico de esta tierra.

Nosotras lo que estamos diciendo es que este modelo turístico, en el que cada vez vienen más y más turistas y que es la base del motor económico del Archipiélago y la base de nuestro PIB, lo que ha provocado es que tengamos una tasa de paro severa, que hayan aumentado las listas de espera en Sanidad, que la tasa de suicidios en las Islas por primera vez se sitúe por encima de la media europea. Todos estos datos son actuales, no de hace una década, sino datos actuales. Por primera vez, insisto, Canarias se sitúa por encima de la media europea en la tasa de suicidios. Y además, con un perfil joven y con una relación directa con las condiciones socioeconómicas de la gente, que no puede desarrollar su proyecto vital y eso, en los casos más dramáticos, acaba incluso en suicidio. Pero podemos hablar de más.

Hablemos de más.

También de los precios de la vivienda, que están totalmente disparados. O del dato que ha salido estos días, que apuntaba que Canarias registra el menor descenso de la inflación del país. Frente a toda esa realidad hay espacio para una empresa valiente que diga que tenemos que cambiar el modelo productivo y que tenemos que parar. Esto no se soluciona, a la vista está, con más y más turistas. Eso lo único que está provocando es el colapso de los espacios públicos, la masificación de los espacios públicos, como se pudo ver durante la Semana Santa. O el caso más sangrante: Fuerteventura sin acceso a agua potable. La movilidad está colapsada, nuestras infraestructuras no dan abasto, la población es expulsada de las zonas donde vive por los precios de la vivienda… Ante todo, hay que ser valiente. Si eso significa que tenemos que estar enfrente del poder político, mediático y económico del Archipiélago, pues ahí estaremos. Pero bueno, si no fuéramos valientes no estaríamos aquí.

Alberto Rodríguez, durante la presentación de los candidatos de Drago Verdes Canarias al Parlamento. / ELVIRA URQUIJO-EFE
Alberto Rodríguez, durante la presentación de los candidatos de Drago Verdes Canarias al Parlamento. / ELVIRA URQUIJO-EFE

Tira de datos, pero no todas las cifras de este Gobierno de Canarias han sido horribles o demuestran que han dejado de lado a la gente. En 2019 había 5.500 familias protegidas por la Prestación Canaria de Inserción (PCI) y ahora hay 40.000. Y Canarias tiene en estos momentos el doble de personas dependientes que reciben prestación que en 2018. ¿No cree que puede ser injusto?

Vamos a ver, usted me entiende perfectamente. No puede ser un éxito para ningún gobierno, y mucho menos para un gobierno progresista, que haya más gente que necesite cobertura social. Al contrario, un gobierno progresista, un gobierno que venga a poner sobre la mesa una alternativa ilusionante y de esperanza para que la población pueda desarrollar su proyecto de vida, tiene que tender hacia una sociedad con salarios dignos y más empleo, donde los servicios públicos den más cobertura al conjunto de la ciudadanía y no al revés. Tiene que trabajar para reducir el número de personas que necesitan esas coberturas. ¿Cómo nos podemos alegrar de esas cifras? ¿Cómo podemos hablar de eso cuando el tiempo de espera en dependencia es el más alto del país o listas de espera de 600 o 700 días en Sanidad según las especialidades? No se puede sacar pecho de eso ante la sociedad, porque la sociedad cubre necesidades donde no llegan las administraciones. Eso pasa en Canarias, no muy lejos de aquí.

¿A qué se refiere?

Pasó durante la pandemia, durante el confinamiento. Tuvo que ser la ciudadanía organizada la que llevaba a casa de la gente de la comida para que se pudieran alimentar. Eso no ocurrió en territorios muy lejanos, insisto, eso ocurrió en nuestro propio país, eso ocurrió en Canarias y fue la sociedad civil organizada la que en muchos casos, jugándose además que los multaron, la que llevó alimento, acompañamiento o medicamentos a otras familias durante lo más duro de la pandemia. Y por supuesto que ese trabajo lo tienen que hacer las instituciones y atender a todas esas obligaciones sociales, faltaría más. Pero más allá de todo eso, lo que nosotros ponemos sobre la mesa es el cambio del modelo productivo, porque a la larga van a dar igual todas las medidas de protección que se articulen porque el sistema no va a dar abasto, no va a dar abasto porque el modelo trabaja hacia su propia autodestrucción. Si cada vez hay más masificación, cada vez habrá más destrucción del territorio y los turistas se encontrarán un producto de peor calidad. Da igual que todos los años, desde la industria turística, se llenen la boca con la importancia de que vengan más y más turistas. Además, lo estamos viendo y no es una cuestión de dureza o no, es una cuestión de análisis de la gestión. Algo no se ha hecho bien cuando la tasa de pobreza severa en el Archipiélago es mayor que en 2019, cuando la gente tiene problemas para pagar la factura de la luz, para llegar a final mes, para afrontar cualquier imprevisto o para tener proteína en la dieta. Ya estamos hablando de cosas muy graves. Esta es nuestra visión clara y por eso no tenemos pelos en la lengua a la hora de criticar lo que creemos que es criticable de la gestión.

Canarias, históricamente, siempre ha dependido de un sector económico: la cochinilla, la caña de azúcar, el turismo… Habla de cambio de modelo productivo, pero ¿cuál es la alternativa que ustedes proponen? 

Lo primero, un símil futbolístico: hay que parar la pelota, parar el balón. Hay que poner sobre la mesa que no se puede seguir construyendo, no se pueden seguir aprobando planes de ordenación en el que se multipliquen los macroproyectos, como sucede ahora mismo. Hoy mismo hay movilización en El Hierro. La semana pasado hubo movilizaciones en La Palma, en Fuerteventura. Y la próxima semana habrá movilizaciones aquí, en Gran Canaria, del tejido social del Archipiélago, que pide que haya una moratoria y que consigamos recursos para las Islas a través de una tasa. Es curioso, por cierto, que ahora algunos se llenen la boca hablando de la tasa pero llevan cuatro años gobernando y no han sido capaces de establecerla para usar esos recursos en infraestructuras, servicios públicos, protección del territorio…

Alberto Rodríguez en la presentación de Proyecto Drago. / AH
Alberto Rodríguez en la presentación de Proyecto Drago. / AH

Técnicamente, en Canarias hay una moratoria turística. 

[Sonríe] Bueno, si la hay nadie la ve. Lo digo porque no hay más que ir a las zonas turísticas para ver la construcción de macroproyectos. Aquí, quien ha parado ese tipo de proyectos ha sido la sociedad civil jugándose el pellejo y poniéndose delante de las palas. No es que haya una política de las instituciones para frenar eso. Eso es lo primero. Cuando consigamos eso habrá que hacer números: tenemos una cantidad ‘X’ de turismo que nos genera una riqueza determinada. Habrá que analizar también cuál es el número de turistas que es sostenible, la cifra que el territorio y la sociedad canaria pueda sostener. Y a partir de ahí lograr que aumente el gasto turístico, que los ingresos sean mayores y premiar a la calidad sobre la cantidad para luego diversificar la economía. 

Todo el mundo habla de diversificar la economía, pero Canarias no tiene otras ramas industriales en las que destacar.

Evidentemente Canarias no va a ser una potencia en industria pesada. Nadie está planteando eso. Cuando se habla de industria no nos referimos sólo a la siderurgia. Hoy hay multitud de ramas de la economía que se pueden explorar en el Archipiélago y que no se están explorando. Y si se hace no es con la profundidad que se debiera. Ahí tenemos el software, tenemos los avances que se están haciendo en inteligencia artificial, en programación dentro de las comunicaciones. También hay que evitar ponernos de espaldas a nuestro continente, al continente africano. No vivir continuamente conectado de forma única y bilateral con el continente europeo y analizar lo que nos rodea en nuestro entorno. Pero hay más.

Cuénteme.

¿Cómo puede ser que en Canarias no se haya explorado, como fuente de energía, la geotermia? Tenemos ahí, en el propio entorno de la Macaronesia, a las Azores que es una potencia y una referencia a nivel internacional en esta materia. En soberanía alimentaria hay multitud de temas por explorar que no se hacen. ¿Por qué? Porque hay una maquinaria ingente que pasa por encima de todo lo demás, que es el turismo de masas, el consumo masivo y al que se dedican recursos públicos. Y lo que están haciendo desde las instituciones canarias, por mucho que se diga en la campaña electoral, es aumentar y darle más combustible a la maquinaria turística. Tenemos un ejemplo en las campañas financiadas con dinero público para que vengan nómadas digitales, que lo que hacen en la práctica es encarecer los precios de alquiler y expulsar a la población canaria, la población residente de su barrio, de su pueblo. Pero hay una percepción entre la sociedad sobre el problema que cada vez cala más. Torres nos ha llamado populistas, pero se equivoca al caricaturizarnos. ¿Cuántos somos los locos? Hay una pulsión social muy grande en el Archipiélago de que Canarias no aguanta más. Tenemos que cambiar el rumbo temerario. La sensación de una parte importante de la ciudadanía, y lo veremos el 28 de mayo, es que las instituciones canarias, con el Gobierno de Canarias al frente, están pisando el acelerador en vez del freno. Y por eso creemos que hay mucha gente que va a alzar su voz el 28 de mayo y se van a llevar una sorpresa en las urnas. 

Uno de los últimos estudios del CIS sobre las Islas apuntaba que la mayor preocupación de los canarios es el acceso a la vivienda.

No hay nada de política pública 

¿Cree que ha faltado un proyecto para, frente a las dificultades que puede conllevar un plan para construir viviendas publicas, favorecer el alquiler de casas vacías?

Volvemos a lo que decíamos al principio. ¿Por qué nosotros somos tan duros en la crítica y en el análisis de la gestión que ha hecho el gobierno actual en estos cuatro años? La política de vivienda de las instituciones ha sido nula. Nula en un contexto de tener partidos que se hacen llamar progresistas en las administraciones públicas y de avance brutal del sector, donde los fondos de capitales extranjeros y los fondos buitre han dirigido la política pública de vivienda en el Archipiélago. Las instituciones canarias ni están ni se les espera. No han hecho absolutamente nada. Y esto es gravísimo. Ahí vemos las consecuencias, que la gente no puede tener un proyecto vital porque no puede acceder a una vivienda. Es muy común oír a una persona joven decir “yo nunca podré tener casa en mi vida porque no puedo afrontar los precios de los alquileres y jamás me van a dar una hipoteca con mi contrato precario”. Pero no es que sólo sea grave a nivel social, sino que también es grave a nivel democrático que la política de vivienda en el Archipiélago la está marcando el sector inmobiliario, la están marcando las grandes empresas, los fondos de inversión y los capitales extranjeros.

Alberto Rodríguez, líder de Proyecto Dragoa la derecha , charla con Joan Baldoví e Íñigo Errejón en la Plaza Santa Ana
Alberto Rodríguez, líder de Proyecto Drago a la derecha , charla con Joan Baldoví e Íñigo Errejón en la Plaza Santa Ana. / AH

No todo son fondos buitres. Hay que tener en cuenta también a esas personas que tienen una segunda vivienda y la incluyen en alquiler vacacional porque les va a dar un rendimiento alto.

Correcto, hay quien tiene una vivienda y la alquila en vacacional para sacar unas perritas, como se suele decir. Pero ese no es el problema de Canarias. La radiografía, de primera mano, a pesar que los datos públicos brillan por su ausencia, es que el alquiler vacacional desmedido que está invadiendo el Archipiélago está en manos de grandes capitales, son las que controlan absolutamente todo el negocio. Lo que más abunda son grandes tenedores de viviendas, que tienen cinco, diez, 15, 20 o 25 viviendas y ese fenómeno es el que realmente provoca que los precios sean inasumibles para los canarios y las canarias. ¿Qué podemos hacer? Porque no hay ningún tipo de control. Como bien decía, no hay políticas que se establezcan para ver qué se hace con las viviendas. No surge. En el Archipiélago el alquiler está por las nubes. No hay ningún tipo de política pública para el mercado de compraventa de vivienda, pero tampoco con respecto al alquiler social. Y se deja al libre albedrío para que decidan los poderes económicos, lo que provoca una nueva ola de colonización: viene gente con muchísimo poder adquisitivo de los países ricos europeos a comprar viviendas y terrenos, lo que genera la sensación de que están comprando el Archipiélago a pedazos y que la población canaria se tiene que ir, con lo que provoca ese desarraigo de pérdida de identidad, de aculturación, etcétera.

La movilidad sostenible es uno de los ejes para combatir el cambio climático. En Canarias las grandes apuestas sobre esta materia giran alrededor del tren (tanto en Gran Canaria, donde incluso se vincula al hidrógeno verde y la eólica marina, como en Tenerife), que reduce la contaminación respecto a los medios que utilizan combustibles fósiles, pero que tiene un impacto relevante en el territorio. ¿Qué plantea Drago Verdes Canarias respecto al tren?

Es imposible pensar en combatir el cambio climático y en un horizonte de sostenibilidad en el Archipiélago sin hablar de la movilidad. Y la movilidad sostenible es uno de nuestros ejes programáticos. Lo primero que hay con todo esto, como con muchas cosas que pasan en Canarias, es un déficit histórico de la ciudadanía de participación en la toma de decisiones de carácter estratégico. Y la responsabilidad de este déficit es de quienes ostentan el poder, que han decidido tomar decisiones poco participadas, poco colegiadas y poco informadas realmente. Ocurrió con el Estatuto de Autonomía, ocurre con el Salto de Chira-Soria, por ejemplo. Y lo de los trenes es otro ejemplo práctico. Esto viene de décadas atrás, que no contemplan una visión estructural de lo que es la movilidad en Gran Canaria y Tenerife. Como decía, esto viene de planteamientos de décadas atrás que se desecharon para favorecer autopistas sin establecer carriles VAO para transporte público, para vehículos de alta ocupación y priorizando el uso individual del coche con las consecuencias que eso trae. Ahora plantean la disyuntiva entre tren o no tren, en un territorio como Canarias con una de las cifras de vehículos privados por habitante más altas del planeta sin hacer un planteamiento de reposicionar esas vías ya construidas hacia carriles VAO, ni hablar de mayor frecuencia de transporte público, sin planes de conexión, etcétera. Los trazados siguen enfocados en conectar las zonas capitalinas con los pueblos turísticos dejando de lado al resto de comarcas, imposibilitando el desarrollo endógeno de esos territorios porque simplemete quedan aislados. Tampoco se plantea hacer el tren sobre los viales ya existentes, sino que lo que se pone sobre la mesa es una vez más destrucción del territorio con más piche y más cemento, más piche y más cemento. Entonces el debate, nosotras, creemos que no es tanto entre tren sí o tren no, si no dónde, de movilidad sostenible real y no de pelotazos a costa de nuestro territorio. Estas decisiones creemos que deben ser tomadas de forma más amplia, estudiada y participada por la ciudadanía y por los territorios que están afectados. Y desde luego las formas actuales en las que están planteados estos proyectos no cumplen, ni mucho menos, las condiciones mínimas para que una fuerza ecologista y que defiende el territorio y a sus habitantes apoye iniciativas de este tipo.  

Alberto Rodríguez, durante una intervención en el Congreso de los Diputados. / EFE/Paco Campos
Alberto Rodríguez, durante una intervención en el Congreso de los Diputados. / PACO CAMPOS-EFE

Canarias ha vivido recientemente una crisis migratoria, una más, y la respuesta de Bruselas y Madrid fue convertir las Islas en una especia de cárcel para retener a las personas. ¿Qué cree que se debe hacer desde Canarias para combatir eso cuando las competencias en Seguridad son del Estado?

Lo primero que hay que hacer es cambiar el enfoque y en vez de hablar de las competencias de Seguridad o hablar sólo de un problema de Seguridad, hay que enfocarlo desde los Derechos Humanos. Lo que sucede en el Archipiélago es una vulneración de los Derechos Humanos, entre ellos el derecho a la vida de miles personas que no mueren aleatoriamente, si no que mueren por culpa de las políticas de apartheid de la Unión Europea. Hay que decirlo y desde Drago Verdes Canarias los decimos. Hay que asegurar vías legales y seguras para migrar. Canarias no se puede convertir en una cárcel a cielo abierto. Con las Islas se subcontratan y externalizan las fronteras para interrumpir la ruta migratoria, porque no olvidemos que la inmensa mayoría de las personas africanas que vienen a Canarias lo hacen de paso porque su objetivo es seguir con su ruta hacia capitales europeas para establecer reagrupamientos familiares. A partir de ahí, Canarias, debido a su posición geoestratégica, debe tener capacidad de decisión para que no se vuelva a repetir la situación de la última crisis. Y también para poder hacer efectiva una solidaridad interterritorial dentro del Estado. Para que no se vuelvan a vulnerar derechos humanos en los centros de detención, donde se habla de casos de tráficos de personas y explotación sexual. Eso ha dejado una herida abierta en Canarias, cuando somos un pueblo solidario.

Ha anunciado que se presenta también a la alcaldía de La Laguna. Horas después de hacer pública esa decisión, Rubens Ascanio —número uno de la lista que formarán Sí Se Puede, Podemos e Izquierda Unida— escribió un post en Facebook en el que le criticaba y ponía como ejemplo sobre la división de la izquierda al Frente Popular de Judea y al Frente Judaico Popular de La vida de Brian. ¿Qué opinión le merece?

Lo hemos dicho en múltiples ocasiones. Nosotros creemos que la sociedad canaria, a todos los niveles, tiene madurez de sobra para tomar decisiones libres soberanamente y para decidir entre diferentes opciones. En ningún momento consideramos eso dramático. Eso ocurre en otros territorios del Estado y ocurre con toda la normalidad del mundo, con más fuerza, incluso. Ocurre en Cataluña, ocurre en Galicia, ocurre en el País Valenciano, ocurre en un montón de sitios y nosotros no creemos que la sociedad canaria sea más que esas sociedades, pero creemos que menos tan poco. Esto no va de colores, esto no va de nombres. Esto va de política y de gestión. Y nosotros creemos que hay una desafección muy grande a todos los niveles en el Archipiélago canario con la política que se ha hecho, porque esto que estoy diciendo ahora mismo, por ejemplo, lo que acabamos de hablar durante un buen rato de políticas de vivienda, está ocurriendo en La Laguna. Y también está ocurriendo en La Palma, en Puerto Rosario. En La Laguna, por ejemplo, hay gente joven, sobre todo, que está siendo expulsada del municipio porque no puede pagar los alquileres. Y un gobierno municipal progresista no ha actuado de ninguna manera en los barrios en los que se concentra la gran parte de la población del municipio, a los que están dejado de la mano de Dios. Nosotras no le tenemos miedo a la democracia, no tenemos miedo a que la gente vote y elija. Si realmente la gente está súper contenta con la gestión que han hecho las instituciones canarias a todos los niveles, le dará su apoyo en las urnas. Y si creen que hay demasiadas opciones de izquierda, lo tienen súper fácil: que las fuerzas que han gobernado en Canarias desde 2019 vayan juntas a las elecciones. Presumen de ser un ejecutivo estable, con lo cual un gobierno que no ha tenido tensiones internas y al que le parece bien la situación en la que se encuentra Canarias cuatro años después puede presentarse unido a las elecciones. A nosotros eso no nos parece que sea ni mucho menos motivo de preocupación. 

Alberto Rodríguez charla con Yolanda Díaz en Telde. / PROYECTO DRAGO
Alberto Rodríguez y Yolanda Díaz, durante el encuentro que mantuvieron en Telde el 2 de abril. / PROYECTO DRAGO

Durante la visita de Yolanda Díaz a Gran Canaria durante su proceso de escucha por las diferentes comunidades autónomas de España, se dejó ver con ella. Proyecto Drago estuvo en la presentación de Sumar en el Magariños. ¿Formarán parte de ese proyecto como la pata canaria, se integrarán en una especie de confluencia o se mantendrán como una formación de obediencia canaria?

Drago es un espacio inequívocamente de obediencia canaria. Al 100%. La política, todos los debates, todas las consecuencias y las conclusiones que se tengan se tratarán en el Archipiélago, inequívocamente. Nosotras creemos que eso es una cuestión básica de democracia, de proximidad, de kilómetro cero. Y además eso es autoestima, es amor propio. Ese poder configurarse como un sujeto político es lo que nos permite establecer un diálogo entre iguales con otra fuerza dentro del Archipiélago canario y también fuera de Canarias, a todos los niveles, incluso internacionalmente. No somos una fuerza sectaria ni mucho menos. Al contrario, hemos hablado con todo el mundo para llegar hasta aquí. Hay gente con la que nos hemos puesto de acuerdo. Y aquí estamos, digamos, todo el polo verde del Archipiélago, todas las fuerzas verdes, ecologistas, vamos juntas. Es un ejemplo de capacidad de diálogo y de llegar a acuerdos. Y hemos hablado con otro montón de espacios políticos y sociales. Hemos hablado con todo el mundo de tú a tú y desde el respeto mutuo. Y en el caso de Sumar esperamos sensatamente que suceda lo mismo. Si realmente es un espacio que respeta la diversidad del Estado, que respeta la plurinacionalidad, que no pone a algunas naciones por encima de otras, o unos territorios por encima de otros, aquí tendrán un interlocutor para hablar desde el respeto y veremos después qué es lo que pasa. Nosotros no tenemos la vista en las elecciones generales. Ahora mismo estamos en un 100% centrados en el 28 de mayo. Si ese respeto a la diversidad del Estado, a la plurinacionalidad, no es sólo de boquilla porque estamos en campaña electoral, sino que se lleva a la práctica, no le quepa ninguna duda que Sumar podrá contar con nosotros.

Hagamos un ejercicio de política ficción. Llega la noche del 28 de mayo y la composición del Gobierno de Canarias depende de Drago Verdes Canarias. ¿Qué harán?

¿Nosotros? Primero, una cosa que nosotros tenemos clara y, por decirlo así, queremos que lo tenga claro todo el mundo: no vamos a permitir gobiernos conservadores, con formaciones emergentes, en ninguna de las administraciones, en ninguna. Sinceramente creo que no van a entrar en las instituciones del Archipiélago, pero bueno, en el caso de que se dé, nosotros no vamos a favorecer que gobiernen. A partir de ahí, nosotros lo que vamos a hacer es exigir un programa de gobierno. Creo que esto, como ya dije antes, no va de con quién; va de para qué. A nosotros nos dan igual los nombres, los colores, las siglas, eso nos da igual. Vamos a hablar de política. Vamos a poner un freno a la triste situación del Archipiélago. Vamos a trabajar para diversificar el modelo de verdad, proveyendo las herramientas que tenemos, como los ingentes fondos que han venido el último año y que no se han utilizado para cambiar el modelo. Vamos a actuar sobre la sanidad pública para frenar su privatización. Y sobre el resto del servicio público: educación, los salarios de los poderes públicos. Vamos a actuar en defensa del territorio, en defender las competencias de las Islas frente al Estado. Nosotros vamos a ser capaces de llegar a acuerdos con todo el mundo, pero sin eso, que no cuenten con nosotros. 

PD- El redactor que firma esta entrevista jura y perjura que, si la vista no le ha jugado una mala pasada, poco después de terminar el encuentro con Alberto Rodríguez y ya de vuelta en coche a la redacción se cruzó con Manuel Marchena —presidente de la Sala Segunda del Tribunal Supremo que condenó al líder de Proyecto Drago— a unos 500 metros de la Grada Curva del Insular.