Casimiro Curbelo, Juego de Tronos y el señor de la Isla

Hay un personaje por todos conocido que forma parte de todas y cada una de las temporadas de la vida política canaria | Un político que consigue lo que quiere, pero para quien él quiere

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Casimiro Curbelo / EFE
Casimiro Curbelo / EFE

En este Juego de Tronos canario conocido como política hay un personaje que, temporada tras temporada, continúa con sus reapariciones y jugadas esperadas —ya previstas, poco sorprendentes y conocidas por los espectadores—. Desde la sombra, aunque a ojos de todos, y desde esa pequeña y hermosa isla redonda extiende unas redes que empiezan en el Cabildo, viajan por todas y cada una de las calles de La Gomera, se lanzan al mar y llegan hasta el mismísimo Gobierno de Canarias

La historia empezaría así: Había una vez, un político que, preocupado por la situación que vivía su isla —porque es suya— decidió que haría hasta lo imposible para que sus ciudadanos —que también son suyos— pudieran vivir en paz, en armonía y con todos los servicios a su alcance. Daba igual a quién tuviera que enfrentarse y, sobre todo, daba igual a quién tuviera que dejar atrás para conseguir su objetivo: a La Gomera no le faltaría de nada

Temporada a temporada

Esta serie se lleva emitiendo desde hace más de tres décadas y el protagonista de la misma es todo un héroe para algunos gomeros: Casimiro Curbelo. ¿Cómo no serlo si él mismo afirma que ha intercedido personalmente en muchos de los trámites personales de sus ciudadanos? Sí, consigue lo que quiere, pero para quien él quiere. Su gestión va más allá de simples anécdotas. Y es que los presupuestos del Gobierno de Canarias para este año 2023 señalaban que La Gomera es la isla donde más aumentó la inversión durante la pasada legislatura —también es la isla donde más creció la inversión por habitante—. 

Por si eso fuera poco, morir sale gratis para los gomeros porque el Cabildo abona los servicios fúnebres, caja funeraria, traslado del féretro, una corona de flores, embalsamiento del cadáver, gastos de sepultura y alquiler del nicho, lápida y colocación de la misma, velatorio, oficios religiosos, cien recordatorios y una esquela. Pero hay más. La corporación insular también ofrece ayudas al estudio —complementarias a las que dispone el Estado—, financia intervenciones dentales, gafas, audífonos, prótesis, reformas para adaptar las viviendas a personas con movilidad reducida...

Un trabajo

Alba, por casualidades de la vida, acabó hablando con la dueña de un hotel de su municipio: Vallehermoso. Hacía tiempo que quería trabajar ahí para ahorrar el trayecto en carretera hasta Valle Gran Rey —allí tenía dos empleos, uno en un hotel y otro con la empresa Fred Olsen— así que no dudó en postular para este y dejar los otros dos que tenía cuando le confirmaron que la habían cogido. Todo parece ir de perlas: un nuevo trabajo, cerca de casa, indefinido… El sueño de cualquier asalariado, ¿no?

El desenlace de esta historia viene cuando Alba denuncia ante Atlántico Hoy que nunca llegó a empezar en ese trabajo. El espectador regresa, entonces, al protagonista inicial: el héroe de la serie que siempre cuida de sus ciudadanos, menos de los que son contrarios a él. “Antes de que pasara todo esto y antes de aceptar el trabajo, le expliqué a la dueña del hotel que yo hacía poco tiempo que había empezado a formar parte de un partido político que no era afín ni simpatizante con el partido del Ayuntamiento (y del Cabildo)”, explica Alba. Al principio esa información pareció ser irrelevante porque, ¿cómo, en pleno siglo XXI, iba a suponer un problema formar parte de la oposición? 

El portavoz de la Agrupación Socialista Gomera (ASG), Casimiro Curbelo, durante el pleno del Parlamento de Canarias. ASG
El portavoz de la Agrupación Socialista Gomera (ASG), Casimiro Curbelo, durante el pleno del Parlamento de Canarias. ASG

Truncado

Pero sí lo fue. Alba nunca llegó a trabajar en ese hotel. “La dueña, antes de que yo empezara a trabajar, fue al Ayuntamiento y, casualmente, después de esa visita me llama y me dice que tiene que hablar conmigo”, continúa su relato. “Allí, según ella, le habían dicho que si yo empezaba a trabajar en su hotel iba a tener problemas”. Y fue así como Alba se quedó sin empleo por una simple razón: "A mí no me detiene ni la Guardia Civil", resuenan los flashbacks de esta serie. 

“No puedo acusar a nadie porque ella no me quiso decir quién fue, pero la realidad es que alguien del Ayuntamiento le dijo eso”. Alba la entiende, asegura, “puede que le retrasen algunos permisos que ella fuera a pedir o que le pongan pegas solo por tenerme a mi ahí trabajando”. 

Dos realidades

“Casimiro es el prototipo de cacique”, no duda en afirmar Aaron Rodríguez, portavoz del Grupo Mixto en el Cabildo de La Gomera. No es la única persona que dentro y fuera de La Gomera usa este término para referirse a Casimiro Curbelo —”persona que ejerce un poder abusivo o excesiva influencia en una comunidad rural”, según la RAE—. “Lo que pasa es que tiene una elasticidad que le permite tomar medidas parcheadas: puede tomar decisiones que parecen favorecer al ecologismo, al feminismo, a veces se convierte en progresista, luego en un fiel defensor de la patronal… Es muy elástico, pero con un discurso vacío”. 

“En La Gomera hay dos realidades”, continúa Rodríguez. Estos dos escenarios empiezan, según explica, en las listas vinculadas a contratación de personas a través de encomiendas de gestión a Gesplan. “Estas se construyen desde el Cabildo insular de La Gomera y es algo que hemos denunciado desde siempre: la listas negras que contienen a los que sí y a los que no”. 

Para Rodríguez, la clave está en perfeccionar los sistemas “para que, cuando hay una encomienda de gestión del Cabildo a Gesplan, no sea la administración insular o una persona de la empresa pública la que decida a quién se debe contratar y a quién no”. Se debería seguir, de esta forma, “un procedimiento competitivo, transparente, público y con los criterios básicos regulados por el Servicio Canario de Empleo”. 

Empleo en La Gomera

“En La Gomera hay una cosa curiosa con el desempleo”. Este suele estar entorno a las mil personas, según el Observatorio Canario de Empleo. “No es una cifra muy alta, pero la paradoja es que siempre que hay un ciclo electoral, esta disminuye de los mil porque explotan las encomiendas de gestión”, asegura Rodríguez. “Este año lo vivimos, antes de mayo de repente había un montón de encomiendas —que ahora se llaman encargos a medios propios— que el Cabildo le hacía a Gesplan. 

“Gesplan, empresa cuyo consejero delegado era un cargo de Agrupación Socialista Gomera (ASG) por el Pacto de Las Flores. Sumas eso, sumas los encargos que hacían algunos ayuntamientos como el de Hermigua, cuyo alcalde era el hermano del consejero delegado de Gesplan… Era escandaloso”, critica. “Si solicitas los datos de las personas contratadas tendrías que hacerlo a través de Gesplan y, seguramente, las encomiendas tendrán duraciones de seis en seis meses y verás nombres que se repiten, los caídos en gracia. Los caídos en desgracia son los que nunca aparecen”. 

Emancipar el empleo

Muchos gomeros han ido encadenando contratos con Gesplan de seis en seis meses, es decir, trabajar seis y descansar otros seis. “Se ha creado toda una cultura entorno a esto”, comenta Rodríguez. “Dicen que la gente se apacigua y se acomoda con este tipo de contratos, pero el tema es que en una isla como La Gomera, donde el sector privado está desapareciendo, el sector agrícola casi ha desaparecido y el sector turístico es estacional y precario, ¿qué te queda para llenar la nevera?”, se pregunta. 

“Es muy conveniente para el cacique eso de controlar las fuentes de empleo”, responde. “El hecho de que no haya iniciativa privada, cooperativas o un sector agrícola fuerte para emancipar el empleo, propicia que el cacique controle las fuentes de trabajo de la gente”, concluye Rodríguez.