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Política

La Canarias que no les gusta

La primera jornada del debate de la nacionalidad canaria gira alrededor del 'caso Mediador' | Ángel Víctor Torres asegura que "una Canarias mejor es hoy una realidad; una Canarias aún mejor es necesaria" | Manuel Domínguez (PP) destaca entre la oposición

5 minutos

Vidina Espino, Manuel Domínguez, Ángel Víctor Torres, José Miguel Barragán y Ricardo Fernández de la Puente durante el debate de la nacionalidad canaria. / Ramón de la Rocha (Efe)

Ángel Víctor Torres, presidente del Gobierno de Canarias, se presentó este martes en el debate de la nacionalidad con una idea por bandera: no hablar del pasado y centrarse en el futuro. Como declaración de intenciones, no estuvo nada mal. El problema es que en el Parlamento, al final, tal vez por un problema endogámico, todos los partidos acaban rumiando los mismos temas... Y casi todos ajenos a la Canarias real que tanto preocupa a los diputados regionales.

En el último debate de la legislatura, a tres meses de la celebración de las elecciones locales, insulares y autonómicas del 28 de mayo, una palabra marcó el relato: mediador. Y eso que Torres, en su discurso de apertura —85 páginas que ejecutó en 90 minutos—, no la pronunció. Eso sí, el presidente del Ejecutivo regional no esquivó el problema que ha salpicado a su partido en las últimas semanas.

Conejo en la chistera

Anunció Torres, como el que se saca un conejo de la chistera, que el PSOE también se personará como acusación popular contra la trama presuntamente corrupta en la que se investiga a 12 personas —incluidas un exdiputado nacional socialista (Juan Bernardo Fuentes) y un ex director general de Ganadería (Taishet Fuentes) nombrado por él— a las que se les atribuyen cinco delitos: cohecho, tráfico de influencias, falsificación, blanqueo de capital y pertenencia a organización criminal por extorsionar a empresarios que buscaban atajos para cobrar subvenciones o sortear expedientes sancionadores.

Ángel Víctor Torres conversa con Román Rodríguez, Noemí Santana y Julio Pérez tras su discurso. / Ramón de la Rocha (Efe)

Escapar de las garras del caso Mediador, con toda la mierda —perdón, pero aprovecho que Gustavo Matos (presidente del Parlamento regional) aún no me puede sancionar por utilizar esta palabra— que ha salpicado estos días al PSOE, no era tarea fácil. Torres y su equipo procuraron levantar una pared de hormigón para protegerse a partir de las cifras de empleo, las mejoras en los datos de la atención a la dependencia, la llegada de más turistas o la robustez de la economía tras pasar el corte de la pandemia. Su mantra: "una Canarias mejor es hoy una realidad; una Canarias aún mejor es necesaria".

¿Sin fortuna?

Durante los últimos cuatro años, muchos han reparado en la mala suerte que ha tenido Torres desde que asumió la presidencia del Gobierno de Canarias. Igual es momento para empezar a negar la mayor: entre tanta desgracia ha disfrutado de una oposición de medio pelo durante mucho tiempo, con Fernando Clavijo (Coalición Canaria) buscando protección en el Senado —aconsejado por su defensa para afrontar el caso Grúas— y Asier Antona (Partido Popular) desterrado a Madrid después de no facilitar otro pacto —de tono conservador— en 2019.

Panorámica del Parlamento de Canarias durante la primera jornada del debate de la nacionalidad canaria. / Ramón de la Rocha (Efe)

Todos los portavoces que tomaron este martes la palabra para intentar desmontar el optimismo de Torres se enredaron en generar dudas sobre el caso Mediador, en recordar que Canarias está a la cola de casi todos los parámetros que valen la pena, que todo está mal y dejaron pasar el caso Mascarillas: una trama en la que realmente hubo un quebranto de fondos públicos —cuatro millones de euros, para ser exactos—. Todos menos uno: Manuel Domínguez (Partido Popular), que mantuvo alto su pulso con Torres y demostró que, como los alumnos aplicados, progresa adecuadamente.

Barragán, KO

Pero vayamos por partes. José Miguel Barragán, ese señor que habita en el Parlamento de Canarias desde 1996 con gafas cada vez más cools, tomó la palabra en nombre del principal partido de la oposición, Coalición Canaria. Él, que lleva 27 años en la élite política, se mostró preocupado por la Canarias real. Él. Barragán. Sin pestañear. Sin descojonarse. Fue tan previsible que se convirtió en una presa fácil para el presidente.

En uno de sus turnos de réplica —donde le saca varios cuerpos de ventaja al resto—, Torres le recordó a Barragán que su jefe, Clavijo, en 2019, dijo allí mismo: "Señor nuevo presidente, le dejamos a usted una mejor Canarias que la que yo recogí en 2015. ¿En qué es mejor? Hay más afiliados a la Seguridad Social, hay más ocupados en la ecuesta de población activa, hay más inversión en Educación, hemos mejorado la Dependencia, tenemos mejores datos en energías renovables, estamos mejor en la ejecución presupuestaria, el pago de proveedores es de 30 días y la deuda por habitante ha bajado". 

José Miguel Barragán (CC). / Ramón de la Rocha (Efe)

El problema para Barragán, que intentó dibujar una enmieda a la totalidad del trabajo realizado por el Pacto de las Flores, es que en base a esos parámetros utilizados por Clavijo hace cuatro años, el Gobierno de Canarias actual presenta hoy mejores datos que el último Ejecutivo presidido por Coalición Canaria. Ningún diputado nacionalista, desde el rincón de CC, tuvo compasión del compañero: nadie lanzó una toalla para salvar a Barragán, parar el pulso y evitar el KO.

Un regalo

Más incisivo, más sólido en su crítica y más elegante a la hora de aportar soluciones estuvo Manuel Domínguez. "Su Gobierno va a ser recordado por la cantidad de escándalos, como pagar dinero a una empresa de coches para comprar mascarillas mientras usted dice que nadie se lo contó. Y detienen a los Fuentes por extorsionar a ganaderos con dinero para mariscadas, prostíbulos, drogas y usted dice que le pilla por sorpresa", ironizó.

Manuel Domínguez se dirige a Ángel Víctor Torres durante la primera jornada del debate. / Ramón de la Rocha (Efe)

El líder del Partido Popular ya no es el alcalde de Los Realejos que se asomaba por el Parlamento con un primer objetivo: no meter la pata. Fue duro con el caso Mediador por alusiones —después de que el conseguidor de la trama asegurara que el PSOE de Tenerife le encargó tumbarlo como alcalde—, advirtió que al sistema sanitario público se le ven las costuras tras la pandemia, alertó que los ingresos de las familias canarias rinden menos por la inflación y la subida de los tipos de interés, fue gentil al reconocer el empeño del Ejecutivo por buscar lo mejor para el Archipiélago, recetó rebajar los impuestos tras años de recaudación alta del propio Gobierno y le regaló su programa a Torres para salir del delicado momento. "Le puede usted quitar las siglas del PP y ejecutarlo, se lo regalo", soltó Domínguez desde la tribuna.

La segunda unidad de CC

La primera jornada del debate también dio el turno de palabra a Vidina Espino, la segunda unidad de Coalición Canaria en el Parlamento. A la diputada, elegida por sus votantes de Ciudadanos para acabar con veintipico años de gobierno nacionalista en las Islas y ahora en el Grupo Mixto como marca blanca de CC tras dejar el partido liberal, se le ve venir de lejos. Repitió sin chispa la retahíla de quejas que le han acompañado desde 2019. En su discurso no destacó nada: ni una pregunta interesante, ni un solo golpe que pillara a Torres con la guardia baja, ni una sola propuesta. 

Vidina Espino, durante una de sus intervenciones. / Ramón de la Rocha (Efe)

Ricardo Fernández de la Puente, de Ciudadanos, intentó morder por el caso Mediador. Planteó una comisión de investigación, que espera que el PSOE apoye para "levantar alfombras y sacar la porquería" y recalcó que el Gobierno de Canarias "debería investigar" los hechos y aclarar si pudiera haber "implicaciones en otros departamentos" más allá de Ganadería.

A la cola

Todos dejaron claro la Canarias que no les gusta. Sin excepción. El problema es que esta comunidad autónoma, que sobresale por estar a la cola en todas las listas que valen la pena del estado de bienestar —espera sanitaria (tanto para entrar en quirófano como para una cita con un especialista), informe PISA, expedientes de dependencia, sueldos, población activa, acceso a la vivienda, etc—, es resultado de las políticas que durante los últimos 40 años han ejecutado Coalición Canaria, PSOE y Partido Popular.

Todos tienen la solución, lástima que ninguna sepa ejecutarla cuando les toca gobernar. A ver si hay más suerte a partir del 29 de mayo.