Diferentes asociaciones vecinales de Santa Cruz de Tenerife se quejan de la suciedad en diferentes zonas de la ciudad. “La opinión general es que la capital podría estar mucho más limpia”, concluyen los portavoces.
Falta de papeleras, menos contenedores, menor presencia de operarios de limpieza, mayor número de terrazas y restaurantes, así como una cada vez más cantidad de viviendas vacacionales provocan que la basura se apelotone dentro y fuera de los recipientes hasta que es recogida, lo que ocasiona líquidos que impregnan la calzada, malos olores y malestar vecinal.
Quejas
Los portavoces Jesús Triana, Silvia Barrera, Francisco Miranda Y Reynaldo González, de las asociaciones vecinales La Arboleda, El Perenquén, Residencial Anaga y Las Ramblas, respectivamente, se han quejado de la falta de limpieza en el municipio, pero sobre todo en la zona centro, según declaraciones recogidas por Atlántico Hoy a raíz de una entrevista en RNE
“Antes la ciudad estaba mucho más limpia”. “nuestra ciudad merece una limpieza más a fondo” o “a Santa Cruz le falta un agüita”, son solo algunas de las opiniones vertidas por los representantes vecinales, quienes han destacado -en modo irónico-, que “cuando llueve se nota en la limpieza de las aceras”, criticando que sus quejas no son escuchadas por quien corresponde
Más gente y más residuos
Por otro lado, tomando como referencia el paisanaje de la ciudad, expresan que las bondades del clima y la amplia oferta comercial y de restauración provocan que “cada vez vengan más personas a pasear y a disfrutar del lugar”, con lo que “cada vez se generan más residuos”, pero matizan que no sobran personas sino que “faltan operarios de limpieza”, aclarando que no “hay quejas sobre el trabajo de los que están porque ellos hacen lo que pueden y no dan abasto”.
“Es necesario volver atrás, analizar las necesidades de Santa Cruz y tener cierto control con lo que está pasando”, apuntan. Detallan, además, que una de las circunstancias que están observando es el poco control de los aforos de las terrazas y la desaparición de papeleras y contenedores de basura en calles con mucha presencia de personas.
Menos contenedores y papeleras
“La ciudad era bonita y estaba bien organizada: un árbol, un banco, una papelera. Ahora lo van quitando todo”, menciona Silvia Barrera, reprochando que los contenedores de recogida de residuo hayan desaparecido de calles enteras, dejando de estar cerca de donde se genera basura y recordando que “la distancia máxima recomendada es de 100 metros para asegurar la accesibilidad”.
“En lugar de estar programando para beneficiar a las empresas es necesario sentarse y escuchar a las asociaciones de vecinos”, señala Barrera, añadiendo que la descoordinación existente, la desaparición de recipientes para la basura y la falta de operarios no se puede reducir a “multa para los vecinos”, sin tener en cuenta que “cada vez hay más terrazas y bares que generan gran cantidad de residuos a los que ni siquiera se les controla el aforo”.
“Chorretes” y mal olor
La actividad ejercida por la restauración produce muchos residuos, en Santa Cruz y en cualquier parte. Al respecto, el portavoz de la Asociación vecinal Residencial Anaga, Francisco Miranda, se ha quejado que el traslado de la basura, desde uno de los muchos bares próximos a domicilios, hasta el contenedor, deja “continuos chorretes de líquidos” que se impregnan en el suelo, produciendo mal olor “hasta que llueve”. “Esto no puede ser, esto no es normal”, sentencia.
Reynaldo González, de la Asociación de vecinos Las Ramblas, concluye que la ciudadanía también tiene mucha responsabilidad en el estado de suciedad de Santa Cruz, apuntando que el incivismo debe ser multado. “La suciedad es un delito. No somos una sociedad incívica pero al incívico hay que castigarlo de alguna manera”.
Ordenanza
La Ordenanza Municipal de limpieza obliga a quienes estén al frente de quioscos, bares, terrazas o puestos en la vía pública, “a mantener limpio el espacio en que desarrollan su cometido, durante el horario en que realicen su actividad, y a dejarlo en el mismo estado una vez finalizada ésta”.
Por otro lado, los titulares de cafés, bares y otros establecimientos análogos están obligados a dotar a las mesas ubicadas en la vía pública de recipientes para depositar los residuos de los usuarios, evitando que por acción del viento u otros agentes externos sean vertido en la vía pública.
