En septiembre del año 2000, la dueña de la imprenta-papelería Nivaria, María de la Paz Hernández, cerró definitivamente un local que llevaba abierto en la calle Imeldo Serís de Santa Cruz de Tenerife desde la década de los 30 del siglo pasado. El edificio que albergaba la imprenta fue demolido, pero Hernández salvó el característico mosaico en cerámica que adornaba su entrada, compuesto de tres paneles efectuados con piezas de 15 por 15 centímetros. El superior medía 75 centímetros por 3,90 metros e indicaba el nombre de la empresa, mientras que los otros flanqueaban la puerta y medían cada uno 2,40 por 1,15 metros.
La pieza tiene casi un siglo, pues fue encargada en 1934 a la empresa Valencia Artística e Industrial, de Juan Bautista Molins, por Pedro Hernández, padre de María de la Paz. Sus dibujos, realizados mediante la técnica de la cuerda seca, mostraban unas botellas de tinta Samas y el rótulo de la tienda. Dicha técnica se caracteriza por la separación de las siluetas dibujadas con cuerdas para poder pintar cada zona, lo cual genera sobre la cerámica un singular efecto de relieve donde se sitúan los cordeles.
Esta rotulación en cerámica fue muy característica en negocios españoles desde finales del siglo XIX y durante el XX. En Santa Cruz destacan otros ejemplos, como las cerámicas la antigua droguería Ayala en la calle del Castillo. El uso de cerámicas de estilo andaluz en Canarias se extendió también a las edificaciones públicas. Muestra de ello es la plaza de Los Patos de la capital tinerfeña, aunque hay decenas de ejemplos ampliamente documentados en los Anales de la Real Academia Canaria de las Bellas Artes San Miguel Arcángel.
Cesión al ayuntamiento
El día 28 de aquel mes, la propietaria de la histórica papelería firmó con el entonces alcalde de Santa Cruz de Tenerife, Miguel Zerolo, la cesión del mosaico al ayuntamiento para su restauración y posterior exposición como elemento pintoresco e identitario de la ciudad. Una grúa desmontó el mosaico
Cinco años más tarde, en febrero de 2005, la familia Hernández manifestó públicamente su enfado a través de un reportaje publicado en La Opinión de Tenerife por desconocer el paradero del mosaico ni tener noticia alguna de su gestión.
25 años desaparecido
Han pasado 25 años desde la cesión y el mosaico ni ha aparecido, ni mucho menos está expuesto en ningún lugar: está completamente desaparecido y no queda registro del acta de cesión, según reconoce el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife en una respuesta por escrito a una solicitud de información formulada por la asociación para la defensa del patrimonio gráfico de Canarias Ínsula Signa.
Jaime Medina, presidente de la asociación, explica a Atlántico Hoy que hace meses que su organización formuló esta solicitud de información y acaba de obtener respuesta a través de dos informes, uno del Organismo Autónomo de Cultura y otro de la Jefatura de Gestión del Patrimonio.
Los informes
El primero da cuenta de lo ya mencionado, que "no consta en los datos de que dispone el Organismo Autónomo de Cultura (OAC) ninguna información sobre la cesión, ubicación, inventario ni situación actual del mosaico citado, ni se ha encontrado expediente alguno que contemple datos al respecto, ni su adscripción a este Organismo para su gestión. Tampoco consta que se trate de un elemento objeto de protección conforme a la normativa sobre patrimonio cultural vigente".
Pero el realmente interesante es el segundo informe, porque Patrimonio sí reconoce haber registrado la entrada del mosaico, pero reconoce no tenerlo en sus instalaciones y tampoco menciona ningún registro de salida: "Consultado por el personal del servicio el Inventario Municipal de Bienes y Derechos, consta bajo el número de orden: 9913 identificado como MOSAICO DE AZULEJOS de la fachada del inmueble sito en la calle Imeldo Serís,33 (Nivaria imprenta-papelería) cedida a este Ayto. por Doña Mª de la Paz Hernández Marrero y D. Crispín Santos Herranz mediante acta de cesión de elementos de ornato de 28 de septiembre de 2000. Se ha procedido a la búsqueda física de los mosaicos en el Depósito Municipal del Excmo. Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife y se constata que los mismos no se encuentran en las citadas instalaciones. Este servicio carece de expedientes o cualquier otro tipo de actuación administrativa sobre los citados bienes que puedan aflorar información sobre el uso y destino de los mismos".
Una pista del paradero
Así las cosas, ¿dónde está el mosaico, al que Jaime Medina le imputa "un valor incalculable por ser un patrimonio histórico y artístico asociado al comercio de Santa Cruz"? No hay certezas, pero sí una pista en la que Ínsula Signa tiene puesta toda su fe. Medina explica a Atlántico Hoy que la asociación ha contactado con la antigua dueña de la imprenta, María de la Paz Hernández, quien les ha trasladado su apoyo en el objetivo de encontrar la pieza de cerámica y les ha dicho que cree recordar que el exalcalde Zerolo, con quién firmó el acta de donación, en su momento le dijo que la pieza iba a ser almacenada en el edificio Ireneo de Santa Cruz.
"Tenemos constancia de que el Ayuntamiento de Santa Cruz utiliza la trasera del edificio Ireneo como trastero, a la espera de la reforma que hay planteada para él", explica Jaime Medina. El edificio cuenta desde 2017 con una promesa de rehabilitación que incluso llegó a adjudicarse a la Unión Temporal de Empresa (UTE) Menis-Guerra-Martínez Segovia un año después, pero el proyecto lleva desde entonces durmiendo el sueño de los justos. Para Ínsula Signa, tendría sentido que el mosaico pudiera estar allí, ya que el edificio es la antigua Escuela de Artes Aplicadas.
Si se confirma que el mosaico se encuentra allí, la asociación Ínsula Signa asegura que irá a los tribunales contra el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife para lograr la reposición de la pieza a su dueña, habida cuenta de que, en su opinión, el consistorio se ha mostrado incapaz de cumplir su parte contractual de conservación y exposición de la misma. "Es una negligencia", asegura Jaime Medina.