A veces, después de un día largo, todo lo que apetece es sentarse a cenar algo sencillo, nutritivo y reconfortante, sin pasar horas en la cocina. Afortunadamente, la tradición gastronómica de Canarias ofrece sabores intensos que se pueden disfrutar con muy poco esfuerzo.
Con solo unos pocos ingredientes y un poco de horno, es posible preparar una cena que une sabor, salud y rapidez.
Receta exprés y sabrosa
Esta receta sencilla combina algunos de los sabores más reconocibles de Canarias con técnicas de cocina básicas. Los protagonistas son los muslitos de pollo, una carne rica en proteínas, jugosa y perfecta para absorber los adobos y salsas.
El primer paso es preparar un majado tradicional a base de ajo y sal, al que se añade un generoso chorro de aceite de oliva. Con esta mezcla, se impregna una parte de los jamoncitos de pollo, asegurando que queden bien cubiertos de sabor.
Varios sabores
Otra tanda se adereza con una combinación de salsa barbacoa, aceite y un toque de vino blanco, para darle un matiz ahumado y jugoso. El tercer adobo combina el clásico majado de ajo con cebolla blanca picada y más vino blanco, creando una opción más suave y aromática.
La última variante se prepara mezclando mostaza con aceite, dando como resultado un bocado más potente y ligeramente picante, ideal para quienes buscan un toque diferente.

El bubango
La guarnición de esta cena también bebe de la tradición canaria: el bubango, nuestro particular calabacín. Se trocea y se adereza con ajo, aceite, pimentón dulce, tomillo y sal, aportando frescura y un contraste perfecto a la intensidad de los muslitos.
Todo el conjunto se hornea entre 20 y 30 minutos, dependiendo del tamaño de los jamoncitos, hasta que la carne esté dorada y el bubango, tierno y sabroso.