Macu Machín. /EFE
Macu Machín. /EFE

Macu Machín, directora canaria en la Berlinale: “Hay que proteger nuestros festivales de cine”

La creadora de 'La Hojarasca' espera que, pronto, "a las mujeres no se nos vea como usurpadoras de un espacio que no nos pertenece, que no tengamos que demostrar tanto que lo merecemos"

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Macu Machín ha hecho historia en el cine canario al ser la primera directora del Archipiélago en presentar una película, La Hojarascaen el Festival Internacional de Cine de Berlín, más comocido como la Berlinale. Participó también en el Festival de Málaga, donde consiguió dos Biznagas de Plata, mejor película española y mejor dirección; en el 23º Festival de Cine de Las Palmas donde obtuvo el Premio Richard Leacock al mejor largometraje, en el D´A Film Festival de Barcelona y en MiradasDoc, de Tenerife, donde se hizo con el premio a mejor película canaria

Pese al triunfo evidente en premios y crítica, Machín dice, en una conversación con Atlántico Hoy, no estar segura de definir su caso como éxito. "Supongo que siempre puede ir mejor la película, pero también mucho peor y quedar metida en un cajón", afirma. Aunque hace alguna concesión: ha constatado que una historia pequeña, la de su familia y el conflicto por un trozo de tierra en la isla de La Palma, "puede ser universal. Desde esa perspectiva, sí siento que la película ha sido un éxito". 

Una historia íntima y universal

La película de Machín es bella. Los paisajes palmeros, con la niebla como cuarto personaje y los sonidos de un volcán a punto de erupcionar como banda sonora, la hacen también inquietante. "Me encantaría pensar que también es frágil y misteriosa", apunta la autora. 

La Hojarasca es un testimonio personal, la historia de unas hermanas que deciden qué hacer con unas tierras heredadas no especialmente valiosas. "Pinta tu aldea y pintarás el mundo", dice Machín citando (posiblemente) a Tolstoi. Las actrices que haces de estas tres hermanas que cuentan la historia real de su madre y sus dos tías son, en efecto, su madre y sus dos tías “que, sin ninguna ambición, se prestaron a ponerse en escena con tanta valentía”, expone.

Fotograma de 'La hojarasca'. / AH
Fotograma de 'La hojarasca'. / AH

"Mi mayor expectativa era terminarla, compartirla con mi familia y disfrutar el proceso de acercarla a otros públicos. Compartir la experiencia con mi propia familia en Berlín fue un regalo, un cierre perfecto para tantos años de trabajo incierto", señala.

Hacer cine en casa

El panorama cinematográfico en Canarias, según Machín, ha cambiado mucho en los años en la década que estuvo viviendo en Buenos Aires, donde se formó en Cine Documental. “La realidad de cuando me fui en comparación a la de ahora es muy diferente. Ahora es factible poder rodar cine si eres rigurosa, te sigues formando y no tiras la toalla”.

Destaca la existencia de ayudas al cine, escuelas y “un montón de festivales que generan red”, lo que la animó a volverse a Canarias. “Vi factible trabajar en mis cortos de manera artesanal, explorar un lenguaje, una mirada propia e intentar mover mis trabajos por festivales locales que tienen una programación ambiciosa, arriesgada y estimulante”. 

La precariedad del cine

Por lo que significan para ella, defiende sin tapujos la figura de estos eventos: “La existencia de festivales de cine en Canarias es una fragil y maravillosa realidad que hay que proteger. Fue precisamente gracias al Miradasdoc, al Festival de Cine de Las Palmas o a TenerifeShort que sentí la motivación de quedarme en las islas y desarrollar mis trabajos”. 

Sin embargo, la autora considera que, a título personal, dedicarse al cine en las islas le resulta "un reto tremendo. Disfrutamos de las ayudas y de una política de incentivos fiscales que atrae a rodajes foráneos permitiendo que se cree un tejido industrial, pero yo, como cineasta, no creo formar parte de ese tejido”. No solo considera que su trabajo requiera dedicación y constancia, sino también "la aceptación de cierta precariedad, al menos, ese es mi caso”. 

También se trata, en su opinióon, de una labor muy solitaria con poco sostén económico y emocional "a no ser que practiques mucho el pluriempleo, que es lo que todes hacemos". “Yo termino una película que me ha llevado más de siete años sacar adelante y luego debo meterme en la cueva a trabajar en la siguiente por un tiempo largo, indeterminado, agónico y, de alguna manera, expulsada de esa red”, lamenta. 

Ser mujer en la industria

Y como es habitual, a la precariedad de la profesión se suma la intimamente ligada a ser mujer: "El mundo del cine todavía está jerarquizado desde una mirada fuertemente patriarcal. Esa mirada no es periférica, no permite habitualmente ni la disidencia, ni lo fragil, ni la duda, es violenta en la medida en que exige que te adecues a un modelo vertical y conservador", afirma tajante.

El rayo de luz que ve Machín es el número creciente de "mujeres tejiendo redes y cuestionando este modelo heredado", aunque opina que queda mucho trabajo por hacer. "Espero que pronto nuestro papel como mujeres en el cine sea relevante y equiparable al de los hombres, que no se nos vea como usurpadoras de un espacio que no nos pertenece, que no tengamos que demostrar tanto que lo merecemos".

Lo que viene

Ante la pregunta de qué será lo próximo de Macu Machín, la autora nos cuenta que se encuentra trabajando en un nuevo proyecto de ficción que fue seleccionado en el Programa de Residencias de la Academia de Cine, pero no sabe aún cuándo verá la luz. 

Pero da una pista: está "muy feliz" por desarrollarlo junto a "compañeres nacionales e internacionales talentoses". En cuanto a la temática, "sigo explorando mis raíces, mi conexión con la tierra y la familia. Los misterios de lo que parece que conocemos bien", concluye.