El otoño invita a hacer una pausa, a buscar lugares donde el tiempo parezca detenerse y la rutina quede lejos. Canarias es, en ese sentido, un paraíso inagotable.
Dentro de su amplia oferta turística, hay un rincón que cada octubre gana protagonismo por su ambiente sereno, su conexión con la historia y unas vistas que parecen sacadas de un cuadro. Un destino que no solo es alojamiento, sino también un viaje sensorial.
Un enclave histórico con vistas únicas
Ese lugar es el Parador de La Gomera, ubicado en San Sebastián, la capital de la isla. Alojado en un edificio canario de época colombina, el parador sorprende desde el primer momento por su arquitectura tradicional: artesonados de madera, grandes patios llenos de vegetación y una esencia que evoca tiempos pasados.
Lo que más cautiva al visitante es su piscina infinita sobre el Atlántico, desde donde se contempla la silueta de Tenerife y el majestuoso Teide al fondo. Un balcón natural al océano que convierte cada amanecer y cada atardecer en un espectáculo inolvidable.
Jardines subtropicales y descanso absoluto
El parador está rodeado de jardines con cactus, palmeras y especies subtropicales, lo que lo convierte en un refugio ideal para quienes buscan desconectar en plena naturaleza. Todo el complejo respira calma, con rincones pensados para el descanso y el contacto directo con el entorno.
Además, su ubicación guarda un detalle histórico de gran valor: fue la última escala de Cristóbal Colón antes de iniciar su viaje hacia el descubrimiento de América, lo que suma un atractivo cultural a la experiencia de hospedarse allí.
La isla del silbo y la laurisilva
La experiencia se enriquece con el entorno. La Gomera es un territorio singular en el que la naturaleza y la tradición van de la mano. El Parque Nacional de Garajonay, declarado Patrimonio de la Humanidad, conserva uno de los ecosistemas más antiguos del planeta: la laurisilva, una vegetación prehistórica que sobrevive gracias al clima templado de la isla.
A ello se suma el silbo gomero, un lenguaje silbado milenario, también Patrimonio de la Humanidad, que los pastores utilizaban para comunicarse a través de los barrancos y que hoy es símbolo de la identidad cultural gomera.
Un destino para este octubre
Hospedarse en el Parador de La Gomera este mes de octubre significa regalarse tiempo y experiencias: pasear entre jardines subtropicales, sumergirse en una piscina con las mejores vistas del Atlántico, recorrer el casco histórico de San Sebastián o adentrarse en la magia del Garajonay.
Un alojamiento que no solo invita a dormir, sino a vivir la isla en toda su esencia.