El caso del perro brutalmente decapitado en el municipio tinerfeño de Tegueste ha dado un nuevo giro. Tras conocerse que la Guardia Civil ha identificado a un hombre como presunto autor del delito de maltrato animal con resultado de muerte, la familia dueña del animal ha confirmado a Atlántico Hoy que se trata de uno de los dos propietarios legales de la vivienda donde se produjo el crimen. Oficialmente, la Guardia Civil no ha confirmado ni desmentido estos detalles, dado que sigue la investigación.
Casa que estaba siendo okupada por los dueños del animal decapitado, según narró en Radio Televisión Canaria este jueves el propio dueño del perro, cuyo nombre era Boli. Según sus declaraciones en la televisión pública, él y su familia habían intentado razonar con el dueño de la vivienda sin llegar a un entendimiento.
Según ha explicado la propia familia del perro a Atlántico Hoy, el investigado y su hermano heredaron la propiedad tras el fallecimiento de su padre. Desde la defunción, la vivienda había quedado abandonada, y fue precisamente en ese contexto en el que los actuales moradores —la familia del perro— decidieron okuparla, alegando una situación económica complicada.
Alarma social
La investigación de la Guardia Civil, en la que participaron agentes del Puesto Principal de Tacoronte y del SEPRONA, permitió localizar el cuerpo del perro, cuya cabeza había sido colocada frente a la puerta de la vivienda como una macabra amenaza. Las pruebas recabadas condujeron a la identificación del presunto autor, ahora investigado formalmente.
El crimen ha generado una profunda alarma social en el municipio, tanto por la crueldad del acto como por las tensiones derivadas de la situación de ocupación. Las diligencias se han remitido al Juzgado de Instrucción de Guardia de San Cristóbal de La Laguna, mientras el caso continúa bajo investigación.
