Toni Acosta es una enamorada de las papas arrugadas / AH - GUÍA REPSOL
Toni Acosta es una enamorada de las papas arrugadas / AH - GUÍA REPSOL

Las mejores papas arrugadas se comen en este restaurante, según Toni Acosta: "Estoy enamorada"

Para Toni Acosta, Canarias no es solo su lugar de origen, es un mapa emocional y gastronómico al que regresa una y otra vez

Irene Cartaya

Volver a casa no siempre es solo una cuestión de geografía. Para Toni Acosta, Tenerife es el lugar donde la memoria se funde con los sabores, donde el mar acompaña los días y donde cada guachinche guarda una historia familiar. La actriz, orgullosa de su tierra, no duda en compartir con entusiasmo lo que más valora de sus raíces.

Aunque sus compromisos la han llevado recientemente a recorrer distintos rincones de Europa, hay algo que, según confiesa, no encuentra fuera: la gastronomía canaria. En una entrevista con la Guía Repsol, publicada hace unos meses, Toni reivindica con fuerza la riqueza culinaria de las islas y los lugares que, para ella, son un tesoro que aún queda por descubrir.

Una embajadora del sabor

Con un rodaje en marcha centrado en el mundo gastronómico, Acosta explica que ha tenido la oportunidad de trabajar con chefs canarios y todos coinciden: lo que se produce y cocina en Canarias es excepcional. “Estoy segura de que la gastronomía canaria aún está por descubrir”, asegura. Y como buena embajadora, no se guarda sus favoritos.

Uno de ellos es un restaurante que lleva en el corazón: Casa Julián Balcón del Mar, ubicado en el Puerto de la Cruz. “Está frente al mar y lo llevan las mismas personas de toda la vida. Yo soy muy de eso”, comenta con cariño. Allí siempre pide el pescado del día, ese que recomiendan los anfitriones, y por supuesto, nunca falta un plato de papas arrugadas con mojo. “Estoy enamorada”, dice con esa pasión que solo se reserva a lo verdaderamente auténtico.

Papas, mojo y raíces

Las papas arrugadas no son solo un plato para Toni. Son un símbolo, un sabor que la conecta con su infancia, con su familia, con los días junto al mar. Para ella, este restaurante tinerfeño lo prepara con un encanto difícil de igualar y su cocina es un ejemplo de cómo la tradición bien cuidada puede emocionar a quienes la conocen.

Pero más allá de la carta, Acosta destaca el ambiente: la cercanía, la familiaridad, la sensación de estar en un sitio donde todo sucede con naturalidad. “Lo llevan las mismas personas desde siempre, y eso tiene mucho valor”, insiste.

Guachinches con historia

Otra de sus pasiones son los guachinches, esas casas particulares reconvertidas en templos del sabor popular. Originados como ventas de vino acompañadas de alguna tapa, muchos de ellos se han profesionalizado, pero mantienen la esencia. Toni habla de ellos con devoción y sentido del humor. “Ahora hay hasta apps para descubrirlos”, señala.

Entre sus favoritos está Los Gómez, en el norte de Tenerife, cerca del Puerto de la Cruz. “El local está hecho a cachos porque no pueden construir, pero tiene mucha personalidad”, cuenta. En este rincón singular se puede disfrutar de una excelente ropa vieja, entre otros platos tradicionales, elaborados por quienes han estado al frente del negocio toda su vida.

Entre vistas y bombones

Otro lugar que recomienda con especial ternura es la Bodega Cha Juana, en lo alto de Güímar. Además de ofrecer unas vistas preciosas, destaca por el trato cercano de la señora Juana, que no solo cocina, sino que a veces baja café de su propia casa para ofrecérselo a los comensales junto a unos bombones. “En el baño del local tiene la lavadora la señora”, bromea Toni, encantada con esa mezcla de hogar y hospitalidad que define el carácter isleño.

Este tipo de anécdotas, lejos de restar profesionalidad, refuerzan el encanto rural y auténtico de la experiencia. Lugares donde cada comida se convierte en un momento para compartir, recordar y agradecer.

Volver siempre a Canarias

Toni Acosta no necesita excusas para regresar a su isla. En sus redes lo deja claro: “La canariedad es mi estado de ánimo favorito”. Caminar junto al mar en Candelaria, reencontrarse con los sabores de siempre o dejarse sorprender por nuevos rincones, son gestos que repite con gratitud.

Y aunque su agenda la lleve lejos, siempre vuelve. Porque Canarias no es solo su lugar de origen. Es un mapa emocional al que regresa una y otra vez, sabiendo que allí le esperan no solo los suyos, sino también los sabores que nunca pasan de moda.