El Socorro es uno de los pueblos costeros con más historia de Tenerife. Con cerca de 500 habitantes, muchos de ellos mayores, el núcleo perteneciente a Güímar mantiene arraigadas sus costumbres y la devoción a la Virgen del Socorro, pero también enfrenta desafíos importantes para la vida diaria de sus vecinos.
Una de las principales preocupaciones es la falta de acceso adaptado a la playa para personas con movilidad reducida. Ingrid Jorge Ferrera, presidenta de la Asociación Vecinal Brisas del Mar, cuenta a Atlántico Hoy que llevan años reclamando esta mejora para garantizar que todos puedan disfrutar del litoral. La mejora del alumbrado, tramos de calle sin asfaltar o la conexión del alcantarillado son algunas de las demandas más latentes.
La asociación renació en los últimos cuatro años. Además de atender a las demandas del barrio, han impulsado en sus instalaciones –disponibles para quien lo necesite– campamentos de verano, talleres, o actividades inclusivas.
Playa y alumbrado
"En este barrio hay muchas personas mayores, gran parte en silla de ruedas, que necesitan ayuda para llegar a la playa. Muchas veces tienen que dar un rodeo en coche porque los accesos desde la calle principal del barrio son solo escaleras o una rampa empinada”, explica Ingrid. La presidenta insiste en que estas demandas no son nuevas: “En el municipio solo hay dos playas, esta y el Puertito de Güímar. No pedimos mucho, solo que nuestros vecinos y visitantes puedan disfrutar con seguridad”. Para la playa también han planteado otras mejoras, como la construcción de un dique más amplio.
Pero los vecinos de El Socorro no solo reclaman la mejora en el acceso a la playa, también piden mejoras en la iluminación, que es escasa. “La zona debería tener más luz. Hemos propuesto instalar luces solares en lugar de los focos actuales. Creemos que se integrarían mejor en el entorno”, señala Ingrid.
Asfaltado
Otro problema pendiente es un tramo de 200 metros de carretera junto a la playa que quedó sin asfaltar por estar cerca del Llano de la Virgen, Bien de Interés Cultural (BIC), que incluso carece de señalización o cartel informativo. "Esta zona es muy ventosa y la tierra de ese trozo de vía sin asfaltar llega hasta las casas y a un bar. No se pueden abrir las ventanas", añade Ingrid. La presidenta de la asociación explica que tienen el permiso de Patrimonio para que se use otro tipo de material que sirva para asfaltar, pero "como está en servidumbre, Costas tiene bloqueado el expediente", afirma.
Asimismo una de las cuestiones a las que se enfrentan, como sus vecinos de Playa de Lima, es el polvo que reciben desde una planta de asfaltado ubicada en el Polígono de Güímar y cercana a sus casas. "Hicieron las mediciones desde una zona lejana al barrio y no salieron valores perjudiciales. Pedimos que la hagan de noche, que es cuando nos afecta realmente, y en el barrio", cuenta.