El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha convocado una Comisión Mixta para el próximo 13 de julio con el objetivo de tratar el acuerdo entre la Unión Europea (UE) y Marruecos para faenar en el Sáhara, según información a la que ha tenido acceso Atlántico Hoy. El Gobierno de España ha tomado la decisión de citar a los pescadores, entre los que hay varios canarios, porque tres días después expirará el pacto tras el veredicto del Tribunal General de la UE. La razón que ofrecen es que no se había contado con el visto bueno del Frente Polisario, el representante del pueblo saharaui reconocido por Naciones Unidas.
Juan Morera es patrón de pesca y armador en la empresa Redesmar Lanzarote. Se dedica al sector desde hace más de 40 años y conoce bien la mar. Por cada rincón de la costa canaria y saharaui se mueve como pez en el agua. “Yo creo que soy el último superviviente, empecé cuando el Sáhara era español”, bromea. A partir del próximo 17 de julio no podrá ir allí a faenar después de que expire el último acuerdo alcanzado entre la UE y el reino alauita.
El pacto fue tumbado en septiembre de 2021 y está vigente desde el año 2019. Ahora la incertidumbre se ha instalado entre los pescadores. “Que no dejen a las empresas tiradas sin posibilidad de nada porque sería un desastre económico para toda la familia”, expresa Morera en referencia al Gobierno de España.
Ingresos a cero
El patrón de pesca explica que Redesmar Lanzarote solo captura en el Sáhara, por lo que en algo más de una semana “la empresa quedará totalmente paralizada económicamente, los ingresos van a caer a cero”. “Cuando se acabó el último acuerdo nos afectó tanto que vendimos el barco”, declara. En 2017, al retomar la actividad, compraron otro.
“Estamos pendientes de que el Gobierno nos conceda algún tipo de ayuda, tanto para personal como para el armador. Necesitamos mantener los puestos de trabajo, pagar la Seguridad Social… Normalmente, antes te las daban y mantenías la actividad a la espera de ver qué pasaba”, asevera.
¿Cuántos buques?
Fuentes de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Pesca del Gobierno regional han informado a este periódico de que existen 10 buques canarios con licencia para faenar en el Sáhara: “Seis con puerto base en Arrecife, dos en Arguineguín y dos en el Puerto de La Luz”.
En la lista facilitada por el Ejecutivo no aparece ninguna compañía de la provincia de Santa Cruz de Tenerife. Aunque Francisco Jiménez, presidente de Teidetuna, una atunera ubicada en la isla capitalina, asegura que también trabajan en aguas saharauis y les afectará que desaparezca el acuerdo. “En el Sáhara tengo un barco que se dedica al pescado blanco en categoría de artesanal. No nos han notificado nada, nos enteramos por la prensa de cómo iban las cosas”, relata.
Esperanza por la ayuda
Teidetuna tiene tres buques más que dedica a pescar atún, pero el que navega en el Sáhara solo se dedica al pescado fresco y lo van a tener que parar con los nueve empleados que trabajan en él. “Todavía estamos pagando el barco”, protesta.
Jiménez no es capaz de decir cuántas pérdidas puede ocasionarles dejar de actuar en aguas del Sáhara, porque depende de lo capturado cada año. Además, tiene esperanzas en que después de que el acuerdo deje de estar en vigor el Estado les dé una ayuda porque “se ha hecho a lo largo de la historia”. “No creo que ahora no se haga”, resalta.
Este viernes tendrá lugar un encuentro entre el sector pesquero canario y el Frente Polisario en el número 14 de la calle Profesor Agustín Millares Carló en el que tienen previsto atender a los medios de comunicación. El acto está impulsado por la Consejería de Solidaridad Internacional y Cooperación Institucional del Cabildo de Gran Canaria, tutelada por Carmelo Ramírez.
"Nos tiene preocupados"
El Gobierno detalla que los atuneros cañeros se van a pescar a aguas del Sáhara cuando no han pescado las cuotas asignadas en Canarias. Es el caso de Optuna 42 y su gerente, Andrés Cedrés, explica que esta situación les supone un problema. “Porque normalmente nosotros la licencia la tenemos desde que se firmó el acuerdo en 2004, desde el principio. Hasta este año, que lo pagamos en noviembre”, sentencia.
Aunque ellos navegan también alrededor de las Islas y Madeira, aseguran que la situación los inquieta. “Nos tiene preocupados porque si en Canarias no hay pesca como el año pasado, vamos a África”, manifiesta. A finales de 2022 capturaron más de 200 toneladas de atún, mientras en 2023 no han conseguido nada. El Ejecutivo cuenta que “quien se suele beneficiar algún año que la pesca no ha ido del todo bien es la flota de Arrecife, por proximidad”.
Falta de profesionales
El gerente de la compañía, con seis licencias para actuar en el Sáhara y con sede en Lanzarote, espera que haya algún tipo de ayudas. “Si no, no hay forma de subsistir. No se encuentran marineros ni profesionales”, dice Cedrés. “Cada vez hay menos gente que se quiera embarcar”, agrega.
Sus expectativas sobre que el pacto se prorrogue por parte de las instituciones no son muy altas: “Tal y como están las cosas, creo que de momento no va a haber acuerdo. Ojalá nos equivoquemos”. Tampoco sabe si les darán ayudas, pero lo ve indispensable porque si no “¿qué hacemos con estos barcos?”.
Empresas pequeñas
Juan Morera, de Redesmar Lanzarote, comenta que una de sus propuestas sería dar ayudas y opciones de desguace para los barcos que no tengan opción. “Y que se puedan disolver las empresas con dinero y liquidar a la gente”, apostilla. “Al final las familias que llevan estas empresas son familias, no son grandes empresas. En el barco somos ocho y hay dos en tierra, sobre 10 personas en nómina”, atestigua.
El marinero cree que no se va a tomar una decisión definitiva hasta final de año no va desencaminado. Marruecos y la UE pactaron un recurso de apelación conjunto para mantener la situación en statu quo a la espera de la resolución de la máxima instancia judicial europea, prevista para el último trimestre de este año.
Incertidumbre
Morera, en una actitud optimista, sí cree que les van a dar la ayuda. “Esperemos que no sea como la última de 2017, el año en el que yo compré el barco, seis meses antes del acuerdo anterior. Me afectó porque se rompió el acuerdo y estuvimos un año parados. Entonces el Gobierno solo nos dio ayudas un mes y estuvimos 11 meses sin nada”, sentencia.
Protesta porque esta realidad cíclica en la que cada cierto tiempo se acaban los acuerdos con Marruecos no les permite hacer proyectos a largo plazo. “Económicamente no puedes invertir en un barco nuevo, porque no sabes lo que va a pasar. Te metes en una serie de deudas y luego… A mí me pasó, compré el barco, hipotequé mi casa y a los cinco meses me vi sin acuerdo pesquero. Tienes siempre la incertidumbre”, reflexiona.