La decisión de Ryanair de abandonar Tenerife Norte y recortar cerca de medio millón de plazas en Canarias para la temporada de invierno ha encendido las alarmas por todas partes. Más allá de las repercusiones turísticas y la tensión política entre la aerolínea, AENA y el Gobierno de España, los principales damnificados serán consumidores, y especialmente los canarios residentes en la Península que dependen del transporte aéreo para visitar a sus familias. Así lo advierte la asociación Canarios Sin Alas, que agrupa a los perjudicados por las deficiencias de la conectividad entre el Archipiélago y el resto de España en precios y frecuencias.
Su portavoz, Tomás Hernández Lecuona, explica a Atlántico Hoy que ven la medida de Ryanair “con preocupación, porque eso puede implicar, una vez más, una subida de precios para Navidad”, uno de los momentos del año con mayor tránsito de canarios hacia las islas. Recuerda que el año pasado “hubo una pequeña mejora" con más vuelos en las rutas Madrid a Tenerife, "pero no sabemos si esto puede implicar una nueva subida de precios".
El temor de la asociación es que las familias se vean atrapadas entre la reducción de oferta y la especulación. “Muchas familias no puedan ir a visitar a sus familiares en Navidades”, advierte Hernández Lecuona, que aporta ejemplos concretos de lo que supone esta situación: “Estamos hablando de que una familia de cuatro miembros se está gastando, si lo coge con poca antelación, unos 1.200 euros. Prácticamente entre 250 y 300 euros por persona. Y eso, para muchas familias, es muy duro”.
Hernández subraya que la situación se agrava en las islas no capitalinas: “Eso si no hablamos de islas como La Palma, La Gomera, Fuerteventura y Lanzarote, que los precios aumentan aún más”.
Soluciones en manos del Estado
Preguntado por las medidas que debería impulsar el Gobierno, Hernández Lecuona insiste en que los perjudicados no tienen fórmulas mágicas, pero sí demandas claras: “Nosotros no somos técnicos, somos afectados, somos gente que tenemos familias allí. En cuanto a soluciones, han de ser los propios políticos los que nos den opciones”.
Entre ellas, subraya la posibilidad de establecer en determinadas rutas una Obligación de Servicio Oúblico (OSP), aunque reconoce que “la Unión Europea nos ha dicho que es bastante más complicado”. Otras propuestas pasan por “cualquier tipo de ayuda para los canarios que no pueden desplazarse por motivos económicos. O bien la posibilidad de subvencionar uno o dos billetes al año, o la posibilidad de hacer algún tipo de fraccionamiento para el caso de un familiar con dependientes o fallecimiento de un familiar”.
Sobre la posibilidad de sentarse a negociar directamente con Ryanair, Hernández Lecuona no cierra la puerta: “La verdad es que nunca nos lo habíamos planteado, pero no lo descartamos”.
Una retirada con múltiples frentes abiertos
La salida de Ryanair de Tenerife Norte se enmarca en un pulso abierto con AENA y el Gobierno de España. La aerolínea, contraria al aumento de tasas aeroportuarias de 68 céntimos por pasajero, ha anunciado el cierre de su base en Santiago de Compostela y la cancelación de las rutas desde y hacia Vigo y Tenerife Norte.
En el aeropuerto tinerfeño, las rutas afectadas son las de Alicante, Barcelona, Madrid, Palma de Mallorca, Sevilla y Valencia. Se calcula que la isla perderá unas 400.000 plazas este invierno desde esos destinos.
