Ryanair ha ejecutado este miércoles la amenaza que venía agitando desde agosto: dejará de operar en Tenerife Norte a partir de la temporada de invierno. La decisión se enmarca en un recorte de un millón de asientos en España, de los cuales 400.000 corresponden a Canarias, y entre ellos todos los vuelos que unían Los Rodeos con la Península. La decisión se ha tomado a pesar de que Canarias es uno de los destinos más rentables para la compañía, razón por la que se había librado ya del recorte de plazas del verano.
En el caso de Tenerife, el anuncio supone la desaparición de todas las rutas que la low cost operaba desde Los Rodeos. El aeropuerto del sur mantiene conexiones con Ryanair, pero el reparto de capacidad entre las dos terminales de la isla se verá alterado. Aena ha calificado los hechos de "chantaje". Pero, ¿por qué? Esta es la cronología de un tenso pulso entre la aerolínea irlandesa y el Gobierno de España.
El trasfondo: un conflicto prolongado por las tasas
El origen de la disputa se remonta a febrero de 2024, cuando la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia autorizó a Aena una subida del 4,09 % en las tarifas aeroportuarias. Aunque en diciembre de ese mismo año se decidió congelarlas para 2025, la tensión se reavivó en julio de este año, cuando Aena aprobó un incremento del 6,5 % a partir de 2026, con el argumento de financiar inversiones millonarias en Barajas, El Prat y otras infraestructuras.
Ryanair reaccionó en enero de 2025 anunciando la eliminación de 800.000 plazas para el verano, alegando que las tasas hacían inviables muchas rutas regionales. En abril endureció su posición con nuevas advertencias y Aena respondió con contundencia: ceder a la presión de una aerolínea, dijo, sería “una grave ilegalidad”.
Cruce de acusaciones con el Gobierno
El choque dejó pronto de ser técnico. El ministro de Transportes, Óscar Puente, denunció que Ryanair estaba intentando “ejercer presión” sobre el Gobierno con anuncios de recortes que en su opinión formaban parte de una campaña de intimidación.
En paralelo, el ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu, aseguró que España “no se someterá a decisiones arbitrarias” y se comprometió a buscar otros operadores para garantizar la conectividad.
El frente con Pablo Bustinduy
Al mismo tiempo, el conflicto tomó un cariz personal con el ministro de Consumo, Pablo Bustinduy. Tras la sanción de 179 millones de euros impuesta a varias aerolíneas por prácticas abusivas, entre ellas el cobro por el equipaje de mano, el consejero delegado del grupo Ryanair Holdings, Michael O’Leary, le llamó públicamente “ministro loco comunista” en enero de 2025.
Semanas después, Ryanair lanzó una campaña publicitaria en la que lo caricaturizaba como un payaso, ofreciendo billetes rebajados bajo el lema “precios locos”. Bustinduy replicó entonces que no participaría en “excentricidades de un millonario” y que su labor era proteger a los consumidores. En mayo, O’Leary volvió a mencionarlo de forma despectiva en una conferencia con analistas, lo que llevó al ministro a insistir en que no cedería a insultos ni presiones. Durante la primavera, organizaciones de consumidores europeas respaldaron públicamente su postura.
El desenlace: septiembre de 2025
El 28 de agosto, Ryanair adelantó que recortaría un millón de asientos en España para el invierno. Hoy, 3 de septiembre, el anuncio se ha concretado: cierre de base en Santiago de Compostela, cancelación de vuelos en Vigo y retirada de Tenerife Norte. En Canarias, el recorte alcanza los 400.000 asientos, lo que afecta especialmente a la conectividad con la Península desde el aeropuerto norteño.
Aena ha respondido acusando a Ryanair de “chantaje político” y recordando que mantiene programas de incentivos para aerolíneas que apuesten por aeropuertos regionales. El Gobierno, por su parte, asegura que reforzará la presencia de otras compañías para garantizar que Tenerife y el resto de las islas no queden desatendidas.
Una estrategia más amplia
La retirada de Ryanair de Tenerife Norte no es un hecho aislado, sino parte de una estrategia más amplia. La compañía ha explicado que traslada capacidad a mercados más rentables, mencionando países como Italia, Hungría, Croacia, Marruecos y Suecia. Según Eddie Wilson, consejero delegado de la aerolínea en sí, Aena se centra en obtener beneficios en los grandes aeropuertos mientras descuida el desarrollo de terminales regionales, muchos de los cuales —afirma— operan con niveles de ocupación cercanos al 70%.
Los movimientos de flota lo confirman: en paralelo al recorte en España, Ryanair ha reasignado dos millones de plazas anuales hacia Italia, Croacia, Albania y Marruecos, según apuntan varios medios internacionales, aunque la cifra puede variar según la fuente. En este último país, la aerolínea ya opera más de 1.100 vuelos semanales, ha inaugurado 35 rutas nuevas y ha creado más de 600 empleos.
A pesar de los recortes en España, Ryanair prevé aumentar su tráfico global un 3 % para marzo de 2026, apoyándose en esas reubicaciones estratégicas.