Plátano de Canarias. / AH
Plátano de Canarias. / AH

El precio del plátano canario por las nubes: un placer divino en una economía terrenal

El precio del plátano se dispara en las Islas, debido, entre otras circunstancias, a la subida de los costes y a las inclemencias climáticas que han provocado una merma en la producción.

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El plátano ya no se puede comer” o “comprar plátanos es un lujo para dioses” son quizás algunas de las frases más repetidas por quienes hasta se santiguan, escandalizados, ante el precio de los plátanos de Canarias, que ya se sitúa en torno a los casi tres euros por kilo, en algunos comercios.

Está claro que nadie es profeta en su tierra, como reza el proverbio, y algo así debe suceder con la fruta canaria, castigada sin perdón a quedarse en la estantería del comercio por incrementar su precio. Sin embargo, otras frutas foráneas como, por ejemplo, la naranja extra (2,75 euros/kilo) o las nectarinas (4,95 euros/kg), cuentan con nuestro agrado y son consumidas con auténtico fervor. 

Los plataneros no pueden más

“Los plataneros han estado prácticamente al borde de la extinción”, según las palabras de Ángela Delgado, presidenta de Asaga-Asaja Canarias, quien, en declaraciones a Atlántico Hoy, recuerda que muchos agricultores del plátano han desistido del cultivo, quedándose en una situación de adversidad, debido a las deudas y pérdidas económicas originadas por la dedicación a este sector.

Durante los dos últimos años, el cultivo del plátano en las Islas ha estado sometido a bajos precios, “no cubriéndose ni siquiera los costes de producción”. De hecho, comenta la presidenta de Asaga, “se ven un montón de fincas de plátanos en venta. Algunos productores están tirando la toalla, algo que no había pasado nunca”.

Precios y clima

El alza de los precios de la fruta se debe, en parte, a la baja oferta en el mercado. Explica Delgado que se ha pasado de una producción de 8,5 millones de kilos, que se enviaban a la península semanalmente, a enviar 6 millones y medio de kilos, lo que refleja la merma de la productividad.

La presencia de un invierno activo, con más lluvia y más frío, ha incidido directamente en el cultivo, algo que no sucedía desde hace algunos años. “El clima ideal de la platanera es el subtropical y da más kilos en menos tiempo”, afirma. El año anterior, caracterizado por la sequía, “la producción ha sido muy grande y los precios se han venido abajo”.

Ley de oferta y demanda

Un invierno fresco y una primavera lluviosa han originado que la platanera se resienta y su rendimiento sea más lento. Si a esto se le suma el daño ocasionado por el volcán en diferentes fincas productoras de La Palma, tenemos que la oferta del producto en el mercado no se corresponde con la  demanda, lo que ocasiona un monto más elevado.

La baja presencia de la fruta en los diferentes comercios está creando una situación de costo que se puede extender hasta el mes de septiembre, “se estima que los plátanos van a mantener este precio hasta finales de verano”, apunta.

La eterna rival, la banana

Mal de muchos, consuelo de todos, indica otro refrán (aunque, tal vez, no sea exactamente así). En este sentido es reseñable que la banana, eterna competidora del plátano canario, no se encuentra en mejor situación. 

Según destaca Ángela Delgado, el fruto foráneo ha experimentado también un alza de su coste, pasando de los 70 céntimos el kilo a 1,30 euros/kilo, “porque tampoco hay exceso de banana”, con lo que, subraya, “la coyuntura es ideal para que los precios se mantengan y los plataneros respiren”.

Suben los costes

En general, los costes del cultivo de las frutas han subido, “los fertilizantes han duplicado sus precios, la mano de obra sigue subiendo y todo esto repercute en que los productos sean más caros”, matiza.

Hay que mirar el plátano dentro del contexto del resto de la fruta”, señala la presidenta, explicando que es de justicia que los plataneros, “que han estado recibiendo entre 30 o 40 céntimos por kilo en años anteriores, ahora puedan recibir entre 1,50 y 1,70 euros por kilo”, evitando así la ruina del sector. Para que siga siendo así tampoco hay que perder de vista los vaivenes del mercado.