En el corazón de La Gomera, una de las islas menos transitadas del archipiélago canario, se encuentra Hermigua, un pequeño municipio que, según diversos estudios meteorológicos, presume de tener el mejor clima del mundo. A pesar de este título, Hermigua sigue siendo un destino poco conocido, lo que lo convierte en un auténtico tesoro escondido de Canarias.
¿Por qué Hermigua tiene el mejor clima del mundo?
La afirmación de que Hermigua tiene el mejor clima del mundo no es solo un eslogan turístico. Un grupo de meteorólogos internacionales llegó a esta conclusión hace décadas, tras analizar las condiciones climáticas del municipio. Las temperaturas oscilan entre los 18 ºC en invierno y raramente superan los 27 ºC en verano, lo que garantiza un ambiente templado y constante durante todo el año.
Este microclima se debe a la influencia de los vientos alisios, que refrescan el entorno, y del océano Atlántico, que actúa como regulador térmico. Además, la orientación norte-noreste del valle favorece la entrada de humedad, lo que mantiene una vegetación exuberante durante todo el año.
Un paisaje de contrastes
Hermigua se extiende desde las alturas del Parque Nacional de Garajonay, con sus bosques de laurisilva, hasta los acantilados que se precipitan al océano. En ese recorrido vertical, el paisaje cambia radicalmente de zonas húmedas cubiertas de helechos y brezos a terrazas agrícolas repletas de plataneras y vides.
El trazado del valle, alargado y encajado entre montañas, hace que dé el sol en las laderas durante todo el día. El entorno natural se mantiene prácticamente virgen, con pequeñas aldeas y una forma de vida hogareña.

Un destino de turismo sostenible
Mientras otras localidades canarias han crecido al ritmo del turismo de masas, Hermigua ha elegido otro camino. Aquí, el turismo rural y sostenible es la norma, no la excepción. Este rincón atrae por sus casas rehabilitadas con mimo, senderos señalizados y una oferta gastronómica basada en productos locales, como el almogrote o los potajes de berros.
Además, su cercanía al Parque Nacional de Garajonay lo convierte en un punto de partida para descubrir uno de los ecosistemas más antiguos del planeta. Pero también es un lugar para el descanso, perfecto para leer bajo una higuera o pasear entre bancales.
Hermigua es un pueblo donde se respira paz en cada esquina y con unas vistas privilegiadas del Teide. Incluso en los días en los que el resto del archipiélago sufre olas de calor, Hermigua conserva su frescura. No es raro que su clima sorprenda. De hecho, es habitual ver a los visitantes revisar la temperatura en sus móviles para asegurarse de que realmente están a apenas unos kilómetros del trópico.
Este rincón del archipiélago canario es la prueba de que no hacen falta grandes resorts ni playas abarrotadas para disfrutar de unas vacaciones inolvidables. A veces, basta con un clima perfecto y rodearse de montañas para desconectar de cualquier preocupación. Este pequeño pueblo gomero es, sin duda, uno de los grandes desconocidos de Canarias, pero también uno de los que más merece la pena visitar.
