De momento no hay declaraciones. Más allá de las preguntas que se puedan hacer en las clásicas ruedas de prensa, desde el entorno de Coalición Canaria evitan hablar de que hasta en tres ocasiones el partido nacionalista ha incumplido su propia línea roja: pactar con la ultraderecha.
“Partimos de un posicionamiento claro que es que mantenemos nuestras líneas rojas a apoyar a ningún gobierno en el que esté dentro Vox o Sumar”. Estas palabras fueron pronunciadas por el presidente de Canarias y secretario general nacional de Coalición Canaria-PNC, Fernando Clavijo, después de las elecciones regionales de 2023.
La primera promesa rota
Poco duró la línea roja que los nacionalistas habían anunciado alrededor de Vox. El primero de los acuerdos con la ultraderecha por parte de Coalición Canaria cayó en Teguise, Lanzarote. La ultraderecha fue necesaria para que la nacionalista Olivia Duque arrebatara el poder a los socialistas.
Aunque la ultraderecha no pidió nada a cambio, el concejal de ultraderecha Ginés González se sentó en el gobierno local, con la tercera tenencia de alcaldía y el área de Policía Local, Protección Civil y Tráfico. Un año después, el edil abandonó el partido pero mantuvo sus funciones.
Pérdida de confianza
Desde ese apoyo de 2023 hasta la situación de 2025 el acercamiento entre los dos partidos se mantuvo estático, al menos en lo que a acuerdos de gobierno se refiere. Lo estuvo hasta que el gobierno de Arona, en Tenerife, saltó por los aires y el Partido Popular echó del gobierno local a los concejales de Más por Arona.
La alcaldesa Fátima Lemes gobernaba de la mano de Coalición Canaria y el partido localista, pero la “pérdida de confianza” le llevó a tener que buscar otro socio para mantener el gran hito que había supuesto arrebatar el poder al PSOE de José Julián Mena.
Sin cordón sanitario
Encontró a sus socios a su derecha, con los concejales Naím Yánez Alonso y Melania Santos González. Su respaldo le valió a Yánez la segunda tenencia de alcaldía y las competencias de Turismo, Cultura y Patrimonio Histórico, y a Santos el área de Promoción Económica, Sector Primario y Empleo.
Vox llegó así a encabezar el segundo gobierno local en las islas y en un mes ya estaría a punto de cerrar un tercer gobierno local, también en Tenerife. Entre medias de esas negociaciones el PSOE intentó sacar el compromiso a Coalición Canaria de que no iba a pactar con la ultraderecha como había prometido, pero no consiguió que cuajara, e incluso cargaron contra ellos en el pleno del Cabildo insular.
El último pacto
Poco más de una semana después de ese pleno donde se dejó claro que Coalición Canaria no iba a aplicar un cordón sanitario a Vox, llegó la noticia de que ya había un pacto entre ambas formaciones con el Partido Popular para arrebatar al PSOE el otro gran feudo que aún mantiene en Tenerife, el Ayuntamiento de Granadilla de Abona.
Los tres partidos ya han llegado a un acuerdo, y el concejal del PP Marcos Rodríguez votará a favor de la moción que pactaron los tres partidos. Solo hacía falta el voto de uno de los dos concejales populares para devolverle el bastón de mando al nacionalista Domingo Regalado. El pleno que quitará del Gobierno Local a Jennifer Miranda se prevé que se celebre la próxima semana.
Las dos visiones
Poco a poco, desde lo local, Coalición Canaria ha roto su promesa de no apoyar ningún gobierno con Vox. También, en cierto modo, rompió su palabra con apoyar gobiernos con Sumar, ya que la única diputada de Coalición Canaria, Cristina Valido, apoyó la investidura de Pedro Sánchez a cambio de firmar la Agenda Canaria.
La diferencia entre apoyar a uno o a otro es más programática. La esencia de Coalición Canaria radica en la defensa de la gestión autonómica y del autogobierno y la protección de las competencias que el Estatuto de Autonomía otorga a Canarias. Para Vox, sin embargo, “nuestro Estado autonómico es políticamente inmanejable y financieramente insostenible”, según reflejan en su manifiesto fundacional.