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Centro Municipal de Acogida (CMA) y frase que se repite en su interior|AH

“Dos empujoncitos para salir adelante”: el albergue de Santa Cruz, comprometido con el sinhogarismo

El acompañamiento, el compromiso de los usuarios y el trabajo de los profesionales del Centro Municipal de Acogida ayuda a revertir la adversidad en la que viven personas sin hogar y las impulsa a recuperar su proyecto de vida

Son muchas las personas a las que, si preguntamos por el Centro Municipal de Acogida (CMA) -también conocido por albergue de Santa Cruz-, responderían con palabras como tristeza, vigilancia, conflicto, frustración y peligro. Sin embargo, al entrar descubrimos un centro dinámico, lleno de vida y, sobre todo, de esperanza.

Traspasamos la puerta y nos encontramos con un patio rodeado de asientos, con zonas de sombra y sol. En una de las paredes cuelga un cartel grande, visible desde cualquier rincón, en el que se puede leer: “Dejar de sobrevivir y empezar a vivir”.

Usuarios

Uno de los bancos está ocupado por tres usuarios que se apresuran a hacer sitio a una señora que también se sienta. Uno bosteza y en su boca solo asoma la sombra de un diente, pero sus ojos brillan como los de un niño. Desvío la mirada, bajo la vista y descubro cuatro pares de pies que han caminado un mundo y desean seguir andando.

La mujer abre una bolsa y saca un paquete que contiene un dulce o algo parecido y se lo ofrece a su compañero de banco. “Este es blandito”, le dice. Un cruce de miradas y una caricia fugaz por la mano generosa que le ha obsequiado el pastel, delatan respeto y agradecimiento

Cuatro personas en un banco del CMA

El patio de su casa

Nos adentramos en el centro y el olor a comida rica invade la pituitaria. A la vez, el olfato también es asaltado por el aroma de la albahaca. Cruzamos un pasillo y llegamos a otro patio: un pequeño edén repleto de oxígeno.

Ante nuestra vista se abre el paisaje en el que se mezcla la apariencia de un jardín con un huerto urbano en el que hay espacio para todo. A la izquierda y rodeada de flores y arbustos, crece una albahaca que mide casi un metro de altura, frondosa y repleta de flores. A la derecha vemos más vegetación, otras plantas aromáticas y aloe vera, todas perfectamente cuidadas, delimitadas por un campo de bochas donde los usuarios del centro realizan algunos campeonatos.

Jardín CMA

Lo cuidan los usuarios

Avanzamos por el jardín y comprobamos que al fondo crecen algunas plataneras y una pequeña parcela surcada es testigo de cómo se desarrollan las plantas de la calabaza.

Todo esto lo plantan y cuidan las personas que viven aquí. El jardín lo gestionan ellos”, comenta uno de los trabajadores. El muro de este vergel, que limita con el exterior, luce un gran mural que invita a la reflexión. “Vino un artista y lo pintó con las indicaciones que les iban dando unos y otros”, comenta un usuario.

Jardín y huerto urbano CMA

Habitaciones

La gran mayoría de habitaciones son de carácter individual, en torno al 60%, y un 40% son dobles, pernoctando en estas últimas personas con vínculos de pareja o familiares. La característica común a todas estas dependencias es la preservación de la intimidad, puesto que todas tienen sus respectivas ventanas y puertas

Las habitaciones se encuentran en módulos diferentes según sean las singularidades de las personas que habitan en ellas. Uno de estos módulos es solo para personas que padezcan algún tipo de discapacidad o movilidad reducida, ya que estos dormitorios y su acceso no presentan ningún tipo de barrera arquitectónica

Habitación individual

Alternativas

En la planta de entrada también se encuentran las habitaciones para mujeres y, en otro pasillo diferente, se ubica la alternativa familiar para dos personas (madre o padre con hijo o hija u otra relación de parentesco), además de otras dependencias compartidas que representan la única opción para parejas

En la planta alta se concentran el mayor número de dormitorios y están destinados exclusivamente para hombres. En la planta baja se encuentran las duchas y el ropero, a disposición no solo de las personas que mantienen su residencia en el CMA, sino también para los que hagan uso del centro de día o de los que lo necesiten en un momento dado.

Promoción personal

Las personas que acceden a los recursos del CMA se comprometen a trabajar en su promoción personal, aceptando pequeños retos y objetivos marcados por los técnicos del centro, quienes acompañan en el día a día a los usuarios con el fin de que puedan salir del sinhogarismo y recuperar la normalidad de sus vidas.

“Los usuarios que se comprometen con las condiciones del CMA son personas que desean involucrarse en su proceso. Las que libremente deciden que no quieren compromisos solicitan cama por noche, según la disponibilidad, en el Centro de Mínima Exigencia, que está cerca de aquí”, comenta la técnico.

178 han abandonado la calle

“Son muchas las personas que están aquí y que solo necesitan dos empujoncitos para salir adelante”, explica y añade que no suele haber límite al trabajo personal con las personas en situación de calle, “siempre y cuando haya un compromiso real”. Apuntan los técnicos que los resultados se revisan cada tres meses y, dependiendo de lo que se haya logrado, se continua o se cambia de estrategia. 

Según los datos ofrecidos por el Ayuntamiento de Santa Cruz, en lo que va de año se ha logrado que 178 personas salgan del sinhogarismo y enfrenten una vida normalizada.