El 40% de los trabajadores españoles sufre el síndrome de desgaste ocupacional o ‘burnout’

La mitad de los trabajadores europeos sufre estrés frecuentemente en su trabajo y uno de cada cuatro considera que el trabajo tiene un impacto negativo en su salud

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Hay factores humanos como la motivación, las expectativas laborales o experiencia que determinan el rendimiento. /Unsplash
Hay factores humanos como la motivación, las expectativas laborales o experiencia que determinan el rendimiento. /Unsplash

En 2022 entró en vigor la nueva Clasificación Internacional de Enfermedades de la Organización Mundial de Salud (OMS) y en esta se incluye, por primera vez, el conocido como Síndrome Burnout en la categoría de padecimiento laboral. Se conoce también como síndrome de desgaste ocupacional y es definido como el resultado del estrés crónico en el lugar de trabajo. 

Según la Guía del Mercado Laboral 2022, más del 40% de los profesionales españoles sufre este síndrome. “La mitad de los trabajadores europeos sufre estrés frecuentemente en su trabajo y uno de cada cuatro considera que el trabajo tiene un impacto negativo en su salud”, explica Raúl Amador, doctor en psicología y profesor en la Universidad Fernando Pessoa Canarias. 

Para Amador el debate actual sobre la reducción de la jornada laboral está justificado porque “nunca como hasta ahora se habían conocido tantos estudios sobre la salud psicológica de la población trabajadora”, expone. 

Motivación y compromiso

La concentración que una persona puede mantener durante el desarrollo de su jornada laboral “dependerá de varios factores como, por ejemplo, la carga física o mental de la tarea, el nivel de pericia del trabajador o su aptitud física”. No obstante, el rendimiento de una persona dependerá también de su motivación y grado de compromiso con su puesto de trabajo. “Según distintos estudios, la falta de compromiso se ha disparado a nivel global: el porcentaje de empleados comprometidos ha decrecido en los últimos cinco años del 26% al 17%. Estamos ante un problema que se estima que cuesta a las organizaciones 550 billones de dólares por año”, asegura el psicólogo. 

Promover, por tanto, el compromiso es el gran reto al que se enfrentan las empresas. Una de las raíces del problema se encuentra en la situación de agotamiento de una buena parte de los empleados; de hecho, se calcula que más del 40% de los profesionales en España sufre el síndrome de estar quemado (burnout). “Ciertamente tenemos un problema que, además, repercute directamente en la productividad de las empresas”, manifiesta Amador. Aunque, “las organizaciones que registran mejores tasas de compromiso incrementan su productividad más de un 20%, como explica el informe Gallup 2022”. 

Reducción de jornada

Una jornada laboral de cuatro días manteniendo el sueldo de los trabajadores, la productividad y aumentando en tres los días de descanso es un debate que hace ya tiempo se mueve entre empleados, empresas y gobiernos. En diciembre del pasado año se aprobó el primer proyecto piloto en España —dentro del sector industrial— para desarrollar este experimento. Las empresas que se inscriban en el concurso organizado por el Ministerio de Industria pueden llegar a recibir unas subvenciones de hasta 200.000 euros si implementan esta jornada durante al menos dos años. 

El País Vasco también ha dado un paso más y ha anunciado su intención de probar la semana laboral de cuatro días, convirtiéndose en la primera comunidad española en sumarse a esta iniciativa. Su objetivo es evaluar su beneficios en la productividad y calidad de vida de los trabajadores y se espera que involucre a unas 3.000 personas del sector público vasco.

Empleados en una oficina de empresas. / Europa Press
Empleados en una oficina de empresas./ EUROPA PRESS

Productividad

¿Reducir la jornada laboral a cuatro días puede hacer que una persona sea más productiva? “Es razonable esperar que sí por dos razones: la primera porque el trabajador estará más descansado y la segunda porque los empleados se esforzarán para conservar esa conquista laboral”. 

Aunque Amador comenta que la productividad no solo depende del tiempo de trabajo. Hay factores humanos como la motivación, las expectativas laborales o experiencia que determinan el rendimiento. “Por lo tanto, las empresas deben también modernizar la gestión de sus recursos humanos (retribución variable por resultados, evaluación del desempeño, formación, etc.) porque tendrá un impacto positivo no sólo en la productividad, sino en la permanencia en la empresa. La psicología puede ayudar a las organizaciones en ello”, defiende. 

Tiempo libre

“El tiempo libre es crucial para que los trabajadores se recuperen de los efectos acumulados de carga en el trabajo. Además, le permitirá un mayor equilibrio entre el trabajo y la familia. Con más tiempo disponible, la persona debería aprender a aplicar estrategias de recuperación del trabajo: descansar, cultivar el ocio, enriquecer las relaciones sociales. Todo ello tendrá consecuencias para su bienestar psicológico”, concluye. 

“Si esto no sucede y, por el contrario, la persona no consigue desconectar del trabajo —algo que no depende del número de horas de su jornada laboral— su bienestar físico y psicológico no se beneficiará. Lo cual puede evolucionar hacia reacciones de carácter más crónico; por ejemplo, fatiga prolongada o alteraciones del sueño”, concluye Raúl Amador.