La jornada laboral de cuatro días: el éxito británico y su futuro en España

En diciembre de 2022, se publicó en el Boletín Oficial del Estado (BOE) el primer proyecto piloto en todo el país para probar la semana laboral de cuatro días

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Trabajadores durante su jornada laboral. /Unsplash
Trabajadores durante su jornada laboral. /Unsplash

Una jornada laboral de cuatro días manteniendo el sueldo de los trabajadores, la productividad y aumentando en tres los días de descanso es un debate que hace ya tiempo se mueve entre empleados, empresas y gobiernos. En diciembre del pasado año se aprobó el primer proyecto piloto en España —dentro del sector industrial— para desarrollar este experimento. Las empresas que se inscriban en el concurso organizado por el Ministerio de Industria pueden llegar a recibir unas subvenciones de hasta 200.000 euros si implementan esta jornada durante al menos dos años

El País Vasco también ha dado un paso más y ha anunciado su intención de probar la semana laboral de cuatro días, convirtiéndose en la primera comunidad española en sumarse a esta iniciativa. Su objetivo es evaluar su beneficios en la productividad y calidad de vida de los trabajadores y se espera que involucre a unas 3.000 personas del sector público vasco. 

Proyecto piloto en España

En diciembre de 2022, se publicó en el Boletín Oficial del Estado (BOE) el primer proyecto piloto en todo el país para probar la semana laboral de cuatro días. Impulsado por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo que abrió un concurso para que pymes del sector industrial se postulen para percibir ayudas de hasta 200.000 euros si se comprometen a implantar dicha modalidad organizativa durante un plazo de dos años. Esta orden establece que las empresas participantes deberán reducir un mínimo del 10% la jornada laboral a sus trabajadores. Por tanto, si un trabajador tiene una jornada semanal de 40 horas —la más común de todas— pasará a trabajar, como mínimo, 34 horas. 

Además, la empresa no podrá pagarle menos a sus trabajadores porque las bases aseguran la total prohibición de disminuir el tiempo de trabajo a cambio de una disminución del sueldo. "La jornada laboral ordinaria realizada en los términos precedentes, en ningún caso afectará a las retribuciones salariales que legal o convencionalmente correspondiesen al 100 % de la jornada laboral", recoge el BOE. Por tanto, los empleados trabajarán menos horas pero cobrarán el mismo salario

Un triunfo en Reino Unido

En Reino Unido también pusieron en marcha un ensayo de la semana laboral de cuatro días y de las 61 empresas que se sumaron al proyecto, 56 han decidido prorrogar este esquema de trabajo y 18 han decidido convertirlo en permanente. Para todas ellas ha sido posible reducir la cantidad de horas trabajadas, aumentar el bienestar de los empleados e incluso elevar la productividad de los mismos. 

El mes pasado se pusieron en común ante una comisión de la Cámara de los Comunes de Reino Unido los prometedores resultados del proyecto 4 Day Week —4 Días a la Semana—. En él han participado académicos de las universidades de Oxford, Cambridge y Boston y el experimento se basa en el modelo conocido como 100-80-100: mantener el 100% del salario, reducir a un 80% la jornada laboral y mantener, al menos, el 100% de la productividad.

La diferencia con el proyecto piloto español es que el británico buscó empresas de diferentes sectores. Desde un restaurante de fish and chips a una empresa emergente de robótica o un despacho de abogados. En total, se vieron envueltos en este experimento más de 2.900 trabajadores. 

Reacciones

Desde Comisiones Obreras (CCOO) entienden que se da la situación ideal para llevar a cabo este cambio gracias a la era de la automatización y los procesos de digitalización. Esther Martín, secretaria de Acción Sindical e Igualdad del sindicato, asegura que “no hay que renunciar a tener las relaciones laborales que merecemos porque tenemos jornadas de trabajo maratonianas donde la productividad brilla por su ausencia. Estamos cansados física y mentalmente porque tenemos que hacer malabares para poder conciliar”.

Sin embargo, Pedro Alfonso, presidente de de la CEOE Tenerife, apunta que el problema es que “el tamaño de la empresa en el Archipiélago no permitiría tener una bolsa de empleo sobre los trabajadores que pudieran hacer rotaciones importantes en la medida que tengamos que recortar ese día de trabajo y seguir dando atención al público o sirviendo nuestros productos y servicios”